?Por qu¨¦ la alergia puede producir depresi¨®n y el estr¨¦s, ataques de asma?
Hay pa¨ªses europeos donde los psic¨®logos participan en las consultas de alergolog¨ªa, y no es por casualidad; la mente y el sistema inmune comparten un v¨ªnculo secreto
Es incre¨ªble, pero el ataque de tos, que recuerda a la alergia, desapareci¨® nada m¨¢s cruzar la puerta de urgencias del hospital. Hac¨ªa tan solo unos minutos que la dificultad para respirar, combinada con un miedo y estado de nervios excesivo, se hac¨ªa insoportable hasta el punto de sentir que te ahogabas. La agitada respiraci¨®n fue calm¨¢ndose, al tiempo que el m¨¦dico que atend¨ªa tu crisis te tocaba el hombro y te ped¨ªa que te relajaras. No hizo falta buscar un inhalador, la tranquilidad de saber que estabas en el sitio adecuado, a salvo, fue suficiente. Tampoco hubo que recetar ning¨²n f¨¢rmaco, porque no fue un ¨¢caro, ni el polen o el epitelio de un animal el causante de aquella reacci¨®n. La ansiedad fue la culpable.
La experiencia fue el resultado de una gran cantidad de estr¨¦s que tu organismo fue capaz de somatizar y convertir en un dolor f¨ªsico, una reacci¨®n que, aparentemente, presentaba la misma sintomatolog¨ªa que un ataque de asma provocado por una reacci¨®n al¨¦rgica. Es una muestra del v¨ªnculo entre la psique y tu cuerpo, una relaci¨®n que puede llegar a atormentar a muchas personas y que, a pesar de no ser nueva para la ciencia, a¨²n guarda muchos misterios.
Han pasado muchos a?os desde que la ciencia descubri¨® que los factores emocionales pueden mejorar o empeorar una alergia, exactamente m¨¢s de un siglo desde que un famoso otorrinolaring¨®logo brit¨¢nico, Morell Mackenzie, observara que las personas nerviosas eran m¨¢s propensas a sufrir ataques de estornudos m¨¢s prolongados. Desde entonces, son muchos los ensayos cl¨ªnicos que han confirmado una alta incidencia de s¨ªntomas aparentemente psicosom¨¢ticos entre los pacientes al¨¦rgicos.
Por ejemplo, una encuesta demostr¨® que solo un 2% de 2.000 personas que presentaron picaz¨®n y urticaria al ingerir varios alimentos result¨® ser verdaderamente al¨¦rgico, cuando se les hizo las pruebas de la piel. Otra muestra es un reciente estudio alem¨¢n que demostr¨® que pacientes con rinitis al¨¦rgica, a pesar de saber que estaban recibiendo un placebo, notaban que su picaz¨®n y sus secreciones fueron disminuyendo a medida que lo tomaban. ?Qu¨¦ quieren decir estos estudios? ?Es qu¨¦ nuestra mente es capaz de provocar una alergia?
Ansiedad y depresi¨®n, los principales factores de riesgo
"La alergia siempre se produce a trav¨¦s de dos fases consecutivas. Primero tiene lugar la fase de sensibilizaci¨®n, en la que se produce un primer contacto con el al¨¦rgeno externo a trav¨¦s de las mucosas o de la piel, lo que desencadena una respuesta inmunitaria en el individuo, pero sin manifestaciones cl¨ªnicas. Despu¨¦s llega la fase al¨¦rgica o de reacci¨®n, tambi¨¦n llamada fase cl¨ªnica o sintom¨¢tica, en la que se desarrollan los s¨ªntomas al¨¦rgicos en un segundo contacto con el al¨¦rgeno. Seg¨²n el mecanismo de hipersensibilidad responsable de la alergia, los s¨ªntomas se producen de forma inmediata o retardada respecto de la exposici¨®n", explica la directora del servicio de Alergolog¨ªa de la Cl¨ªnica Creu Blanca, Inmaculada Herrera.
"Pero eso no niega que bajo estados emocionales negativos (ansiedad y depresi¨®n, principalmente) sea m¨¢s probable desarrollar enfermedades relacionadas con el sistema inmune. Tampoco podemos negar, como llevan demostrando trabajos en el ¨¢rea de la psicoinmunolog¨ªa desde los a?os ochenta, una relaci¨®n entre las exacerbaciones al¨¦rgicas y el estr¨¦s; este ¨²ltimo puede empeorar los s¨ªntomas de la alergia al desencadenar la activaci¨®n de las c¨¦lulas implicadas en la reacci¨®n", matiza la alerg¨®loga. Seg¨²n la especialista, los factores psicol¨®gicos influyen sobre todo en las reacciones al¨¦rgicas respiratorias (rinitis y asma), y en enfermedades cut¨¢neas inflamatorias como la dermatitis (una enfermedad que ocasiona numerosas molestias ante las que hay que saber reaccionar) y la urticaria. "Tambi¨¦n ocurre en las reacciones al¨¦rgicas alimentarias, en las que estas emociones son exacerbantes, pudiendo dar lugar a reacciones tan fuertes como cuadros cl¨ªnicos de anafilaxia, en los que la vida del paciente puede estar en juego", a?ade Herrera.
Por su parte, el m¨¦dico del servicio de Alergia del Hospital Universitario La Paz Javier Contreras dice que "los trastornos por ansiedad ocurren con m¨¢s del doble de probabilidad en personas que han tenido crisis de asma. Sabemos que en las situaciones de estr¨¦s -que afecta a la memoria- influye enormemente la activaci¨®n de una parte del sistema nervioso denominada sistema vegetativo o aut¨®nomo. Tambi¨¦n que hormonas como los corticoides son producidas en mayor cantidad en momentos emocionales desagradables, y que disminuyen la capacidad de defenderse de nuestro sistema inmunol¨®gico. Pero, en realidad, los mecanismos por los que las emociones influyen en estas enfermedades son conocidos solo en parte", admite el especialista.
Cuando vivir con los s¨ªntomas afecta a la salud mental
Tambi¨¦n se puede sufrir la situaci¨®n inversa: que los pacientes con trastornos al¨¦rgicos terminen padeciendo ansiedad o depresi¨®n por culpa de los s¨ªntomas que les ocasiona la patolog¨ªa. Algunas investigaciones han descrito una posible relaci¨®n entre enfermedades de tipo al¨¦rgico y trastornos de p¨¢nico y f¨®bicos como la agorafobia, y un reciente estudio publicado en la revista Frontiers in Psychiatry ha hallado una clara asociaci¨®n entre la rinitis, el asma y la dermatitis con el hecho de sufrir ansiedad y depresi¨®n. Esta investigaci¨®n sugiere que el mismo estr¨¦s que genera tener que vivir con los picores y las dem¨¢s molestias de la alergia pueden generar episodios de depresi¨®n, aunque los cient¨ªficos tambi¨¦n han observado que el mismo tipo de inflamaci¨®n que da lugar a los episodios al¨¦rgicos causa las enfermedades psiqui¨¢tricas.
Contreras confirma que s¨ª existen enfermedades al¨¦rgicas que ocasionan gran sufrimiento y que no tienen mucha visibilidad. "Es el caso de los ni?os que tienen alergia a m¨²ltiples alimentos, algo que es cada d¨ªa m¨¢s frecuente. Hace unos a?os estas alergias alimentarias eran muy raras, pero hoy en todos los colegios hay ni?os con alergias alimentarias graves. Son ni?os sanos, pero si entran en contacto de forma accidental con lo que les produce alergia tienen una reacci¨®n que puede llegar incluso a que su vida corra peligro si no se act¨²a de forma r¨¢pida. Los peque?os viven esta situaci¨®n con angustia, ya que tienen numerosas limitaciones y poca gente es consciente de su sufrimiento. Por ejemplo, no es raro que sean excluidos de actividades escolares, excursiones, cumplea?os de compa?eros¡ por miedo a que tengan reacciones al¨¦rgicas", dice el alerg¨®logo. "?C¨®mo no va a tener todo esto tambi¨¦n impacto en su psicolog¨ªa y en su desarrollo?", se pregunta.
?Y si la consulta de alergolog¨ªa tuviera psic¨®logos cl¨ªnicos?
La consulta de Contreras en el Hospital La Paz se encuentra a diario con casos que pueden confundirse con alergias pero que, en realidad, esconden un motivo 100% emocional. "Es com¨²n encontrarse con pacientes que tienen brotes de dermatitis porque est¨¢n viviendo situaciones familiares problem¨¢ticas o porque est¨¢n en plena temporada de ex¨¢menes. Otro ejemplo son las personas con dificultad para respirar en momentos de ansiedad intensa, que pueden confundirse con crisis de asma. A veces llegar a diferenciar ambas condiciones es bastante dif¨ªcil y puede llevar incluso a tratamientos err¨®neos", explica el especialista.
Por todo ello en muchos pa¨ªses europeos los equipos que atienden a ni?os y adultos con enfermedades al¨¦rgicas graves ya incluyen psic¨®logos cl¨ªnicos e incluso trabajadores sociales en la consulta. Est¨¢ demostrado que si los pacientes est¨¢n viviendo momentos problem¨¢ticos por sus circunstancias personales, familiares o sociales van a notar un empeoramiento en los s¨ªntomas de sus enfermedades al¨¦rgicas. "?Ojal¨¢ se hiciera tambi¨¦n en nuestro pa¨ªs! El ser humano es una unidad, de manera que todo lo que nos pasa por la cabeza influye en nuestro cuerpo y al rev¨¦s. Los s¨ªntomas que vive el cuerpo tienen su impacto a nivel mental y emocional, por lo que los m¨¦dicos deber¨ªamos tener siempre presente que separar el ¨¢mbito psicol¨®gico del corporal es algo que al final no ayuda a los pacientes", opina el facultativo.
"Por otro lado, podemos aprovechar esta influencia entre la psique y el cuerpo para mejorar las enfermedades al¨¦rgicas e incluir intervenciones como el mindfulness, programas de entrenamiento en el manejo del estr¨¦s y otras t¨¦cnicas psicoterap¨¦uticas que han demostrado mejor¨ªa en la calidad de vida de las personas con enfermedades al¨¦rgicas graves, y tambi¨¦n en los cuidadores", concluye.
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