Bulos de la antigua Roma: mentiras de hace 2.000 a?os

Cierre los ojos y piense en Ner¨®n. Quiz¨¢ le venga a la mente la imagen de un emperador con aire perturbado y de pelo rizado, que toca la lira mientras observa c¨®mo el fuego devora Roma. Es la interpretaci¨®n que la pel¨ªcula Quo Vadis (1951) hizo del incendio que arras¨® la capital del imperio en el a?o 64 despu¨¦s de Cristo, con el actor Peter Ustinov en el papel de princeps. Pero Ner¨®n no se encontraba ese d¨ªa en Roma: las fuentes lo sit¨²an en Antium. E incluso la arqueolog¨ªa ha demostrado que el incendio fue fortuito. ¡°Se produjo el efecto del tel¨¦fono escacharrado: hubo un rumor de que Ner¨®n hab¨ªa sido visto en un jard¨ªn de la ciudad, despu¨¦s alguien oy¨® que observaba el fuego desde una torre y a?os despu¨¦s el emperador tocaba la lira desde el palacio imperial mientras la ciudad ard¨ªa, pero la realidad no tiene nada que ver con esta versi¨®n¡±, defiende el arque¨®logo N¨¦stor F. Marqu¨¦s, que acaba de publicar el libro Fake news de la antigua Roma. Enga?os, propaganda y mentiras de hace 2000 a?os (Espasa).

No es la ¨²nica distorsi¨®n de la historia que ha llegado hasta el imaginario colectivo del siglo XXI. ¡°Sobre el mundo romano se han creado muchos bulos, algunos los generaron los propios romanos por intereses pol¨ªticos para perjudicar, por ejemplo, a un emperador y ensalzar a otro, pero tambi¨¦n hay historias que se han ido deformando con el paso del tiempo¡±, apunta Marqu¨¦s, autor de Un a?o en la antigua Roma. La vida cotidiana de los romanos a trav¨¦s de su calendario (Espasa, 2018) y creador del proyecto de divulgaci¨®n hist¨®rica Antigua Roma al d¨ªa.

Y muchas de esas falsas historias o im¨¢genes desfiguradas de la sociedad romana han perdurado por obra y gracia de Hollywood. Por ejemplo, las desiguales peleas de gladiadores en las que un solo hombre se enfrenta a musculosos luchadores y que incluyen errores como el de la pel¨ªcula Pompeya (2014), donde un gladiador usa un mangual, una especie de bola con pinchos que solo comienza a fabricarse en la Edad Media. Otro ejemplo son los asesinatos de cristianos devorados por los leones. ¡°Esta condena existi¨® pero solo para determinados delitos, no por cuestiones religiosas¡±, se?ala Marqu¨¦s, que cree que hay ¡°mucho mito¡± en las persecuciones de cristianos. ¡°En tres siglos fueron condenados unos cientos, concentrados en un periodo de 13 a?os. E incluso en los edictos romanos contra los cristianos se dec¨ªa claramente que no hubiera derramamiento de sangre si no era necesario¡±.

Aunque el bulo por excelencia sobre la antigua Roma es, seg¨²n este arque¨®logo, la relaci¨®n entre el mundo romano y las bacanales, ¡°esa imagen de gente comiendo de forma voraz que participa en org¨ªas¡±. ¡°El tema de las bacanalia no tiene nada que ver con este concepto, sino que eran rituales religiosos dedicados a Baco, el dios del vino¡±, explica Marqu¨¦s. La mentira se gest¨® en el a?o 186 antes de Cristo, cuando el c¨®nsul Postumio, al ver que los hombres se integraban en este ritual religioso que antes solo practicaban las mujeres, vio peligrar el poder del Senado. ¡°Hizo una caza de brujas. Se difundi¨® la falsedad de que en esas celebraciones, en las que se conectaba con Baco a trav¨¦s de la danza y la m¨²sica, hab¨ªa sexo grupal y asesinatos, por lo que se convenci¨® al pueblo de que lo que all¨ª se hac¨ªa era terrible e incluso se ejecut¨® a muchos de sus seguidores para reducir el culto a este dios¡±, a?ade.

Entre las monstruosas im¨¢genes creadas por la desinformaci¨®n, N¨¦stor F. Marqu¨¦s destaca, adem¨¢s de la del pir¨®mano Ner¨®n, la del est¨²pido Claudio o los inhumanos Domiciano, Cal¨ªgula y C¨®modo. Fueron emperadores v¨ªctimas de la damnatio memoriae (condena de la memoria). Los historiadores Suetonio y T¨¢cito presentaron a Domiciano, por ejemplo, como un vil villano, en contraposici¨®n con Trajano, ¡°porque el objetivo era engrandecer la figura de este ¨²ltimo¡±, explica Marqu¨¦s. ¡°Recientemente las novelas de Santiago Posteguillo han recogido esta imagen¡±, a?ade. Sin embargo, seg¨²n explica, sobre Domiciano hay muy pocas fuentes, pr¨¢cticamente solo las que escribieron sus enemigos. ¡°Es como si de la Espa?a franquista 2.000 a?os despu¨¦s solo se conservara el NODO, por lo que todo el mundo pensar¨ªa que la dictadura de Franco fue una ¨¦poca gloriosa¡±, usa como ejemplo el historiador. Sin embargo, en las pocas fuentes sobre Domiciano, como las arqueol¨®gicas, se encuentran elementos que sugieren que fue ¡°un gobernador muy eficiente, que prim¨® el bienestar de los romanos y dej¨® las arcas llenas¡±.

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Pero si alguien fue maltratado por los bulos romanos fue Livia, la esposa del emperador Augusto. Su caso es paradigm¨¢tico de c¨®mo la sociedad romana trataba a las mujeres. Seg¨²n este divulgador de la historia, Livia fue la primera mujer con poder en Roma. ¡°Se liber¨® de la opresi¨®n de los hombres, gracias a su matrimonio con Augusto, y fue muy querida por el pueblo, tanto que estuvieron a punto de darle el honorable t¨ªtulo de mater patriae [madre de la patria]. Por lo tanto, ten¨ªa que ser presentada como una persona horrible, porque de otra manera una mujer no habr¨ªa llegado tan alto¡±, apunta. El historiador T¨¢cito atribuy¨® con rumores a Livia los asesinatos de los descendientes de Augusto, convirti¨¦ndola en la ¡°madrastra envenenadora¡±, una figura, la de la madrastra, que ya en Roma se asociaba ¡ªal igual que ha hecho Disney¡ª a un concepto negativo. E incluso desliz¨® que habr¨ªa podido ser la responsable de la muerte del gran Augusto, unas acusaciones que han llegado hasta nuestros d¨ªas a trav¨¦s de la novela Yo, Claudio, de Robert Graves, convertida despu¨¦s por la BBC en una serie de culto. ¡°Pero si muri¨® a los 75 a?os, ?por qu¨¦ Livia habr¨ªa esperado tanto?¡±, se pregunta Marqu¨¦s.

Y adem¨¢s de las mentiras y rumores, Roma se sirvi¨® de una eficaz propaganda. La Eneida, m¨¢s all¨¢ de su indudable valor literario, ¡°es una obra pagada por el mecenazgo del emperador Augusto con el fin de convencer al pueblo de que deb¨ªan entregarle todo el poder a ¨¦l y de que esa acci¨®n les conven¨ªa¡±, subraya Marqu¨¦s.

?Se puede, entonces, llegar a conocer lo que verdaderamente ocurri¨® en la antigua Roma? Seg¨²n Marqu¨¦s, hay que conformarse con ¡°unir algunas piezas dispersas¡± e intentar tener una idea aproximada del pasado. Porque la historia ¡ªla antigua y la reciente¡ª ¡°es un intricado conjunto de hechos, mentiras y opiniones que se entremezclan en un gran sistema, a menudo dif¨ªcil de comprender¡±. Y advierte al lector contempor¨¢neo: ¡°Somos un reflejo de nuestros antepasados. Nihil sub Sole novum (nada nuevo bajo el Sol)¡±.