El negocio de la verg¨¹enza sigue creciendo en India
El pa¨ªs no logra articular un sistema legal que consiga enfrentarse de manera eficaz a una realidad tan compleja como la trata de seres humanos y otras formas de trabajo forzoso
Conoc¨ª a Nayana hace unos meses, cuando acudi¨® al centro de salud mental que Sonrisas de Bombay ha abierto en Kamathipura, tambi¨¦n conocido como el ¡°distrito de las luces rojas¡± de Bombay. La zona est¨¢ considerada el ¨¢rea de prostituci¨®n m¨¢s grande de toda Asia y una de las m¨¢s peligrosas. De hecho, se calcula que en Bombay actualmente est¨¢n explotadas con finalidad sexual m¨¢s de 400.000 personas, incluyendo 180.000 menores, seg¨²n el estudio Monitoreo global del estado de la lucha contra la explotaci¨®n sexual comercial de ni?os de la red internacional de organizaciones ECPAT.
A Nayana, que naci¨® hace 36 a?os en un peque?o pueblo del Rajast¨¢n, la vida no dej¨® de sorprenderle desde los 12. Con esa edad, fue vendida por su familia a un prost¨ªbulo de Bombay y empez¨® un triste periplo de burdel en burdel, presa de una mafia de proxenetas que la arrastraba de Bombay a Pune, de Calcuta a Delhi, trabajando en unas condiciones inimaginables. La esclavitud, malos tratos, falta de afecto y nulo poder de decisi¨®n fueron los motivos que la llevaron, adem¨¢s, a refugiarse en el alcohol. Nayana qued¨® embarazada de uno de los clientes del prost¨ªbulo y su proxeneta, que rechazaba esa maternidad, la separ¨® de su beb¨¦, escondiendo a la peque?a en otro prost¨ªbulo en la ciudad de Pune, prohibi¨¦ndole cuidarlo y verlo crecer. Este hecho supuso un nuevo trauma para Nayana, que segu¨ªa siendo explotada en Kamathipura.
Despu¨¦s de un a?o de infierno, Nayana se acerc¨® a nuestro centro desesperada, en busca de ayuda. Tras la pertinente coordinaci¨®n por parte de nuestro equipo en la zona, pudimos iniciar una operaci¨®n policial que cont¨® con la colaboraci¨®n de otras entidades, y con la que nos propusimos rescatar a la ni?a del burdel de Pune donde estaba retenida antes de que tambi¨¦n empezaran a negociar su precio. La operaci¨®n fue un ¨¦xito y por ahora la ni?a est¨¢ en un centro tutelado en el que se permiten visitas regulares de su madre, Nayana, con la que estamos trabajando la rehabilitaci¨®n de sus numerosas adicciones. No est¨¢ siendo un camino f¨¢cil, ya que las reca¨ªdas son frecuentes, pero sabemos que lo vamos a conseguir.
La historia de Nayana no difiere de la de otras muchas mujeres que han vivido una peripecia igual o peor. El de ella es un caso de explotaci¨®n sexual, pero la trata, comercio o tr¨¢fico de personas puede tener tambi¨¦n prop¨®sitos de esclavitud laboral, reproductiva, extracci¨®n de ¨®rganos y otras formas de esclavitud.?
Se estima que el tr¨¢fico de personas genera m¨¢s de 15.000 millones de d¨®lares anuales en forma de beneficios ilegales
Se estima que el tr¨¢fico de personas genera m¨¢s de 15.000 millones de d¨®lares anuales en forma de beneficios ilegales, seg¨²n la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo. En total, casi 22 millones de personas son v¨ªctimas de la trata de personas en el mundo, 20 millones de las cuales est¨¢n sin identificar. Sin duda, las cifras son alarmantes, m¨¢s a¨²n si tenemos en cuenta que, seg¨²n un reciente informe de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (UNODC), la mitad de ellas son menores de 18 a?os y el 79% de ellas est¨¢n sometidas, al igual que lo fue Nayana, a la explotaci¨®n sexual.
India es el pa¨ªs asi¨¢tico con m¨¢s tr¨¢fico humano para este prop¨®sito y Bombay es una ciudad clave, donde los 40.000 menores que viven en la calle son las primeras v¨ªctimas potenciales de estas redes mafiosas, engrosando las cifras de los que son captados por otras v¨ªas. A pesar de que el Gobierno del pa¨ªs ¡ªjunto a varias organizaciones que nos dedicamos a erradicar esta lacra¡ª est¨¢ trabajando para rescatar a las v¨ªctimas, aquellas que lo logran tienen muchos obst¨¢culos para salir adelante. M¨¢s all¨¢ del trauma, f¨ªsico y emocional, muchas supervivientes son incapaces de reconstruir sus vidas debido al estigma que enfrentan y la falta de recursos.
En total, casi 22 millones de personas son v¨ªctimas de la trata de personas en el mundo, 20 millones de ellas sin identificar
En el ¨¢mbito legal, la Constituci¨®n de India proh¨ªbe taxativamente ¡°el tr¨¢fico de seres humanos y otras formas similares de trabajo forzoso¡±. Sin embargo, en la pr¨¢ctica, el pa¨ªs no ha logrado articular un sistema legal que consiga enfrentar de manera eficaz a una realidad tan compleja como esta. La Ley para la Prevenci¨®n del Tr¨¢fico Inmoral, aprobada en 1956, es la que en principio deber¨ªa hacerlo, pero no logra definir de forma clara el tr¨¢fico de personas como tal, ni atiende a sus diferentes posibles finalidades, m¨¢s all¨¢ de la prostituci¨®n.
Nos queda mucho camino por recorrer y lucha por continuar. Seg¨²n el libro Sex Trafficking. Inside the business of modern slavery, del periodista Siddarth Kara, el n¨²mero de v¨ªctimas de tr¨¢fico humano en Bombay sigue creciendo. Es b¨¢sico empoderar a las personas que han vivido en primera persona esta lamentable realidad y aumentar la informaci¨®n y protecci¨®n en las aldeas y zonas donde la mayor¨ªa de estas menores son vendidas, a veces como consecuencia de enga?os; otras como resultado de una familia que quiere desprenderse a toda costa de la hija que ha nacido mujer.
Parece una realidad completamente ajena a Occidente, pero no lo es. Una de las cosas que m¨¢s me sorprendi¨® hace unos a?os, cuando recababa informaci¨®n para un libro centrado en esta penosa situaci¨®n, fue descubrir la elevada responsabilidad de Europa y los numerosos pa¨ªses de este continente que ocupan primeros puestos en el triste ranking de pa¨ªses receptores. ¡°Este es el negocio que m¨¢s deber¨ªa avergonzar a la humanidad. Si nosotras tuvimos que vender nuestro cuerpo es porque otros vendieron su alma¡±, le escuch¨¦ decir a Nayana en una ocasi¨®n. La pasividad de los ciudadanos a la hora de presionar a Gobiernos es tambi¨¦n parte de esa alma vendida. Este 30 de julio es el D¨ªa Mundial contra la Trata, una buena ocasi¨®n para recordar la utilidad de nuestra voz y la atrocidad de nuestro silencio.
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