Jacques y Gabriella de M¨®naco, cinco a?os del nacimiento de unos pr¨ªncipes por contrato
La llegada de los hijos de los pr¨ªncipes Alberto y Charlene supuso un alivio para el principado monegasco que llevaba diez a?os esperando un heredero

Cinco a?os cumplen este martes Jacques y Gabriella, los hijos de Alberto y Charlene de M¨®naco, unos gemelos que nacieron diez a?os despu¨¦s de que su padre tomara las riendas del Principado tras la muerte de su padre Raniero. Fueron tiempos convulsos en los que los monegascos reclamaron al pr¨ªncipe que se casara y tuviera un descendiente para asegurar as¨ª el destino de este peque?o Estado. Un Principado que se ha construido una reputaci¨®n internacional gracias a su medi¨¢tica familia principesca y su dulce pol¨ªtica para las grandes fortunas.
Los peque?os Jacques Honor¨¦ Rainier y Gabriella Th¨¦r¨¨se Mari, nacieron el 10 de diciembre mediante una ces¨¢rea programada, con dos minutos de diferencia: primero la ni?a (a las 17.04 horas) y luego el ni?o (17.06 horas). El var¨®n se convirti¨® en el nuevo heredero del Principado y le fue concedido el t¨ªtulo de marqu¨¦s de Baux; la peque?a, segunda en la l¨ªnea de sucesi¨®n recibi¨® el t¨ªtulo de condesa de Carlad¨¨s.
Poco menos de un mes despu¨¦s, el 7 de enero de 2015, Jacques y su hermana Gabriella hicieron su primera aparici¨®n en el balc¨®n del Palacio del Pr¨ªncipe. Luego los vimos crecer, entre citas obligadas de la familia como el D¨ªa Nacional del Principado el 19 de noviembre o el tradicional picnic monegasco que anuncia cada a?o el final del verano, y otras salidas informales. Menci¨®n aparte tienen las fotos de sus hijos que la princesa Charlene publica en su Instagram, donde da cuenta de las actividades escolares de los peque?os, los viajes familiares y oficiales, como la reciente visita de los peque?os al El¨ªseo; las navidades o incluso el esp¨ªritu deportivo de los peque?os animando al equipo del pa¨ªs natal de la propia Charlene, Sud¨¢frica.
Pocos d¨ªas despu¨¦s de su nacimiento, Charlene habl¨® por primera vez de su reciente maternidad: "Me siento feliz, aliviada, orgullosa y muy emocionada". Lo hizo por tel¨¦fono desde la cl¨ªnica en que se recuperaba de la ces¨¢rea. La esposa de Alberto de M¨®naco asegur¨® que siempre quiso construir su propia familia. ¡°Cost¨® tiempo, pero hoy me siento bendecida". Desde su ¨Ccuestionado- enlace con Alberto II, ha tenido que soportar las presiones para dar un heredero al peque?o pa¨ªs. A la vez que Charlene hizo estas declaraciones se difundieron unas fotos de los pr¨ªncipes con los ni?os en un intento de acallar noticias que circulaban sobre el estado de los beb¨¦s que nacieron antes de tiempo.
El que no haya antecedentes de gemelos en las familias de los pr¨ªncipes hace pensar que Charlene se ha sometido a un tratamiento de fertilidad, ya que llevaba tres a?os casada y no se hab¨ªa quedado embarazada, algo que la pareja deseaba para as¨ª consolidar la l¨ªnea de sucesi¨®n.
Alberto y Charlene de M¨®naco cumplieron en julio ocho a?os de un peculiar matrimonio cuestionado desde antes de que se celebrara. Las continuas ausencias de la princesa de la vida oficial del Principado y de la vida familiar de los Grimaldi no hacen m¨¢s que alimentar las noticias de que la pareja se mueve m¨¢s por un acuerdo de despacho que por amor. Ya cuando se casaron, la prensa francesa public¨® que Charlene hab¨ªa firmado un documento prematrimonial seg¨²n el cual se compromet¨ªa a pasar cinco a?os al lado de Alberto ejerciendo como esposa y primera dama y a darle un heredero en este plazo. El tiempo se ha cumplido y el Principado tiene dos herederos. Ahora Charlene, si lo desea, puede retomar su libertad o por el contrario, como apuntan algunos medios, seguir¨¢ siendo esposa de Alberto pero haciendo su propia vida. Pero lo cierto es que en este tiempo sus ausencias han aumentado y la crisis familiar de los Grimaldi tambi¨¦n. Y es que desde que se cas¨® con Alberto de M¨®naco, Charlene se ha convertido en una princesa con c¨®digos propios, alejados del protocolo que se les supone a las personas de su condici¨®n. Por todo ello, su matrimonio est¨¢ permanentemente bajo sospecha.
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