Contra la impunidad de los cr¨ªmenes cometidos en Siria

En Idlib se est¨¢ desarrollando un nuevo desastre humanitario, uno de los peores de la crisis siria que, en casi una d¨¦cada, ha causado demasiados desastres para llevar la cuenta. El r¨¦gimen sirio contin¨²a su estrategia de reconquistar militarmente el pa¨ªs a cualquier precio, sin consideraci¨®n hacia las consecuencias para los civiles sirios. Desde diciembre, sus operaciones en la zona noroeste han aumentado de intensidad, contando con el respaldo de la aviaci¨®n rusa. Los incesantes ataques a¨¦reos y el bombardeo con bombas de barril han obligado a casi un mill¨®n de sirios a huir en apenas unas semanas. Las infraestructuras de asistencia est¨¢n saturadas. Cientos de miles de personas ¨Cla mayor¨ªa mujeres y ni?os¨C buscan refugio en campos improvisados y est¨¢n expuestos al fr¨ªo, el hambre y las epidemias.

Desafiando el derecho humanitario internacional, los ataques se dirigen deliberadamente contra hospitales y centros sanitarios (79 de los cuales se han visto obligados a cerrar), escuelas y refugios. Desde el 1 de enero ha habido un total de 298 v¨ªctimas mortales civiles en Idlib, seg¨²n los datos de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACDH).

Para nosotros est¨¢ absolutamente claro que existen grupos radicales en Idlib. Nunca tomar¨ªamos a la ligera el terrorismo. Luchamos contra el terrorismo con determinaci¨®n y estamos en la l¨ªnea del frente en la lucha contra el Daesh. Pero combatir al terrorismo no debe justificar violaciones masivas del derecho humanitario, como las que contemplamos cada d¨ªa en la regi¨®n noroccidental de Siria.

Naciones Unidas ha avisado del riesgo de una crisis humanitaria sin precedentes si la actual ofensiva contin¨²a. Hacemos un llamamiento al r¨¦gimen sirio y a sus aliados para que pongan fin a esta ofensiva y retomen el alto el fuego establecido en oto?o de 2018. Les pedimos que cesen inmediatamente las hostilidades y hagan frente a las obligaciones que les corresponden en aplicaci¨®n del derecho humanitario internacional, incluyendo la protecci¨®n de los trabajadores humanitarios y el personal sanitario, quienes han perdido la vida debido a su compromiso con la poblaci¨®n civil de Idlib. Asimismo, hacemos un llamamiento a Rusia, a que contin¨²e sus negociaciones con Turqu¨ªa tendentes a rebajar la gravedad de la desesperada situaci¨®n de Idlib y contribuya a alcanzar una soluci¨®n pol¨ªtica.

Pero, m¨¢s all¨¢ de la urgencia de llegar a una tregua en Idlib, solicitamos que Rusia no bloquee el Consejo de Seguridad en los pr¨®ximos meses para impedir que se renueve el mecanismo que permitir¨ªa transportar hasta el noroeste de Siria la ayuda humanitaria internacional que all¨ª necesitan desesperadamente. Un mecanismo que ya se ha desactivado en el noroeste, donde ahora necesitamos encontrar alternativas al cruce de Al Yaroubiyah. ?Qui¨¦n puede afirmar en estos momentos que el r¨¦gimen sirio permitir¨¢ motu proprio que la ayuda llegue a aquellos que la necesitan, cuando es el propio r¨¦gimen el mayor responsable de su situaci¨®n?

Finalmente, es importante recordar que solo una finalizaci¨®n negociada pol¨ªticamente podr¨¢ poner fin de manera duradera a la crisis siria. No puede darse la normalizaci¨®n pol¨ªtica cuando se est¨¢ desarrollando de manera activa un genuino e irreversible proceso pol¨ªtico. El r¨¦gimen, centrado en su estrategia militar, intenta socavar cualquier tipo de proceso pol¨ªtico inclusivo, bloqueando para ello todas las negociaciones constitucionales previstas en Ginebra bajo los auspicios del Enviado Especial de Naciones Unidas, Geir Pedersen. Pero la reconquista actual es una ilusi¨®n, y las mismas causas tendr¨¢n los mismos efectos: radicalizaci¨®n, inestabilidad en Siria y en la regi¨®n, y exilio; todo ello en un pa¨ªs en el que m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n se encuentra desplazada o vive en calidad de refugiada. Tenemos que reconocer los enormes esfuerzos que est¨¢n realizando los pa¨ªses vecinos de Siria para dar refugio a estos sirios que han tenido que abandonar sus hogares.

Dada la evoluci¨®n de la tragedia, los europeos tambi¨¦n cargan con su responsabilidad. Desde un punto de vista humanitario, la Uni¨®n Europea y sus Estados miembros son los mayores donantes de ayuda a la poblaci¨®n siria. Mantendremos y ampliaremos este esfuerzo colectivo como reacci¨®n a la evoluci¨®n de la crisis en Idlib.

Europa sigue presionando sobre el r¨¦gimen para que se involucre realmente en el proceso pol¨ªtico. El 17 de febrero los europeos adoptaron nuevas sanciones dirigidas individualmente contra empresarios sirios que colaboraban en los esfuerzos de guerra del r¨¦gimen y se beneficiaban de su impacto.

Es nuestra responsabilidad asimismo luchar contra la impunidad en los cr¨ªmenes cometidos en Siria. Es una cuesti¨®n de principios y de justicia. Tambi¨¦n es una condici¨®n necesaria para alcanzar una paz sostenible, en una sociedad siria que ha sido asolada por casi diez a?os de conflicto. Tenemos la intenci¨®n de seguir respaldando los mecanismos contra la impunidad establecidos por Naciones Unidas, que est¨¢n reuniendo pruebas que ser¨¢n esenciales en la preparaci¨®n de futuras causas contra aquellos que sean responsables de los cr¨ªmenes m¨¢s graves: la Comisi¨®n de Investigaci¨®n sobre la Rep¨²blica ?rabe de Siria y el Mecanismo Internacional, Independiente e Imparcial. Tambi¨¦n proseguiremos nuestros trabajos para presentar casos ante la Corte Penal Internacional. Mantendremos nuestro compromiso, incluyendo actuar dentro de los respectivos ordenamientos jur¨ªdicos nacionales, para que los cr¨ªmenes cometidos en Siria no queden impunes. Estos cr¨ªmenes han incluido el uso de armas qu¨ªmicas, violando las m¨¢s elementales normas del Derecho Internacional. Debemos esclarecer responsabilidades y necesitamos responsabilidad. Igualmente necesitamos claridad para averiguar qu¨¦ ha sido de los numerosos detenidos y personas desaparecidas.

Arancha Gonz¨¢lez Laya es ministra de Exteriores de Espa?a; Jean-Yves Le Drian, de Francia; Heiko Maas, de Alemania; Luigi di Maio, de Italia;?Augusto Santos Silva de Portugal y Philippe Goffin, de B¨¦lgica. Tambi¨¦n firman los ministros de Exteriores de Holanda, Estonia, Polonia, Lituania, Suecia, Dinamarca, Finlandia e Irlanda.