La flauta
Eligi¨® un d¨ªa festivo, cuando todos estaban celebrando oficios eclesiales, para volver con su flauta solo que esta vez a quien se llev¨® fue a los ni?os
En una populosa ciudad del sur se produjo, para espanto de la poblaci¨®n, una invasi¨®n de ratas. Estaban por todas partes y mord¨ªan. Los poderes p¨²blicos se agitaron para encontrar al c¨¦lebre flautista ratero, un m¨²sico que con su instrumento las hechizaba y se iban tras ¨¦l. Lo encontraron y contrataron, pero el flautista dijo que solo aceptar¨ªa si promet¨ªan, una vez resuelta la epidemia, formar un Gobierno justo y ben¨¦fico. As¨ª lo prometieron.
El flautista comenz¨® a tocar su instrumento y las ratas salieron de todos sus escondrijos y comenzaron a seguirle encantadas. El flautista las llev¨® hasta un precipicio por el que cayeron todas y murieron. Volvi¨® entonces el m¨²sico al pueblo y exigi¨® que cumplieran su palabra las autoridades, pero estas le dieron una botella de vino, le invitaron al f¨²tbol, le presentaron a una corista de la tele, pero el m¨²sico insist¨ªa en su exigencia. Al final lo sacaron a patadas de la ciudad.
El flautista eligi¨® un d¨ªa festivo, cuando todos estaban celebrando oficios eclesiales, para volver con su flauta, solo que esta vez a quien se llev¨® fue a los ni?os, que le siguieron cantando y riendo. Caminaron hasta la monta?a y all¨ª los guard¨® en una cueva secreta. Cuando los gobernantes se percataron de lo que hab¨ªa sucedido fueron a buscar de nuevo al m¨²sico y con llantos y plegarias le rogaron que devolviera a los ni?os. Tambi¨¦n le entregaron una nueva Constituci¨®n democr¨¢tica y ben¨¦fica. El flautista accedi¨® y los condujo hasta la cueva. Son¨® de nuevo la flauta, pero ante el pasmo de los gobernantes comenzaron a salir de la cueva inn¨²meros ancianos cantando La Marsellesa.
Este s¨¢bado los ni?os podr¨¢n sacar a pasear a sus abuelos, los padres ganar¨¢n intimidad y los gobernantes se palpar¨¢n el billetero.
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