Las heridas de la guerra en Siria perviven en una ciudad turca
En Reyhanli, Turqu¨ªa, viven miles de sirios huidos de la guerra en su pa¨ªs. Entre ellos abundan quienes sufren discapacidades permanentes a causa de la violencia del conflicto
Raya, de 13 a?os, perdi¨® una pierna y parte de la otra en 2013, cuando deton¨® mientras jugaba un coche bomba con ella dentro en Damasco. M¨¢s de tres millones de sirios han quedado discapacitados a causa de la guerra, seg¨²n un informe de 2017 de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud y Handicap International.Cristina CascajoLos cuadros, bandejas y mu?ecas que hace a mano la siria Raya, de 13 a?os, junto a sus pr¨®tesis de las piernas. Raya sobrevivi¨® a un coche bomba en Damasco, su ciudad natal, en 2014, pero perdi¨® una pierna y la otra qued¨® destrozada.Cristina CascajoA Raya le encanta pintar y quiere ser arquitecta. Su familia la observa dibujando en su domicilio actual, en la ciudad turca de Reyhanli, fronteriza con Siria.Cristina CascajoRaya sonr¨ªe mientras realiza uno de los dibujos con los que luego hace sus cuadros y bandejas a mano. Vive en Reyhanli, ciudad turca fronteriza con Siria, con su familia desde octubre de 2016, cuando huyeron de su hogar.Cristina CascajoMuafak es uno de los fundadores de la ONG Rasul, con sede en Reyhanli y que proporciona ayuda a los sirios heridos de guerra tanto en Siria como en esta ciudad turca. Qued¨® paral¨ªtico despu¨¦s de un ataque a¨¦reo en su pa¨ªs hace ya nueve a?os. En la imagen, est¨¢ trabajando en su casa haciendo cuadros con hilo y que luego vende.Cristina CascajoMuafak, en su casa, sostiene un cuadro con la bandera de la oposici¨®n siria. La organizaci¨®n Rasul ayud¨® en 2021 a m¨¢s de 2.500 v¨ªctimas de la guerra tanto en Siria como en Reyhanli, proporcionando muletas, sillas de ruedas el¨¦ctricas y manuales, y financiando el desplazamiento de estas v¨ªctimas a otras ciudades para someterse a intervenciones quir¨²rgicas, seg¨²n cuentan sus fundadores.Cristina CascajoEl despacho de Abu Ismail, un sirio que vive en Reyhanli y que alquil¨® este lugar hace siete a?os para albergar a mujeres sirias con c¨¢ncer y que no tienen recursos para sobrevivir. Abu Ismail no quiso salir en la fotograf¨ªa porque este centro es ilegal de cara al Estado turco y no est¨¢ registrado como organizaci¨®n.Cristina CascajoAbdal¨¢, de 10 a?os, r¨ªe t¨ªmidamente en su cama. Est¨¢ paral¨ªtico desde los siete a?os, cuando un ataque a¨¦reo en su ciudad natal de Siria, Homs, en 2018 destroz¨® su hogar, mat¨® a su hermano Has¨¢n, de entonces 16 a?os, y dej¨® a este ni?o en una silla de ruedas para siempre.Cristina CascajoAbdal¨¢ con su tel¨¦fono, del que no se despega y con el que puede pasar horas, junto a dos chocolatinas. Lleg¨® a Reyhanli con su madre, Nishreen, en 2018. Viven ambos en la casa alquilada por Abu Ismail para ayudar a mujeres sirias que padecen c¨¢ncer y no tienen recursos. No recuerda la ¨²ltima vez que jug¨® con un chico de su edad. De mayor le gustar¨ªa ser doctor.Cristina CascajoNishreen Qash junto a Abdal¨¢ en su habitaci¨®n de Reyhanli. Pasan aqu¨ª los d¨ªas, ya que tienen pocos recursos y en todas las escuelas que hay cerca ense?an en turco. Nishreen asegura que reciben 120 euros al mes, pero que env¨ªa la mitad a Siria, donde a¨²n viven su marido y padre de Abdal¨¢, Abu Hasan, y sus dem¨¢s hijos, Mohamed y Asma, de 14 y 17 a?os.Cristina CascajoEntrada a la casa alquilada por Abu Ismail donde vive Abdal¨¢ con su madre junto a otras mujeres sirias. A la izquierda se aprecia el peque?o coche que un donante privado regal¨® a Abdal¨¢ para que pueda pasearse junto a su madre por Reyhanli. Nishreen asegura que lo hacen poco, ya que las calles de la ciudad no est¨¢n bien asfaltadas y es peligroso.Cristina CascajoAhmed, sirio de 37 a?os, en el despacho de la ONG clandestina Casa para el Bienestar de los Heridos. Esta organizaci¨®n ilegal de cara al Estado turco, alquila una casa que alberga a 22 sirios heridos de guerra. El proceso para hacer la organizaci¨®n legal, asegura Ahmed, es ¡°demasiado costoso¡±.Cristina CascajoRashed Al Masri en su cama de la casa que renta la organizaci¨®n Casa para el Bienestar de los Heridos. Naci¨® hace 32 a?os en Homs, Siria. En 2015, asegura, un francotirador le dispar¨® en la espalda y se qued¨® paral¨ªtico.Cristina CascajosAhmed, de 26 a?os, es de Idlib (Siria). Est¨¢ sentado en su cama de la vivienda que les proporciona la organizaci¨®n clandestina Casa para el Bienestar de los Heridos, donde viven 22 sirios discapacitados a causa de la guerra.Cristina CascajoMahmoud, de 26 a?os, en una sesi¨®n con un fisioterapeuta voluntario en su habitaci¨®n proporcionada por la ONG Casa para el Bienestar de los Heridos. Era taxista en Homs, Siria, cuando un ataque a¨¦reo en el a?o 2015 lo dej¨® en silla de ruedas. Lleva cinco a?os en esta casa y est¨¢ a la espera de una operaci¨®n que no se puede permitir porque cuesta 700 euros. En la pared se observa la imagen de Ibrahim Qashoush, uno de los s¨ªmbolos de las protestas que empezaron en Siria en 2011 contra el Gobierno de Bashar al Asad.Cristina CascajoRashed Al Masri (izquierda) y Mahmoud (derecha) en su habitaci¨®n de la vivienda clandestina donde viven en Reyhanli junto a sus sillas de ruedas.Cristina CascajoWaleed Mansur, de 29 a?os, junto a Anas Salilo, de 35, en la habitaci¨®n que comparten con otros dos compa?eros en la vivienda que gestiona la organizaci¨®n Casa para el Bienestar de los Heridos. Son de Damasco y ambos tienen graves quemaduras, por lo que est¨¢n a la espera de poder costearse las intervenciones. Waleed las tiene porque qued¨® atrapado en un bombardeo; a Anas le alcanz¨® un barril de explosivos lanzado desde un helic¨®ptero.Cristina CascajoWaleed, apoyado en la puerta de una habitaci¨®n. En su brazo derecho se pueden apreciar las quemaduras que le invaden tambi¨¦n gran parte del cuerpo.Cristina CascajoVarios voluntarios preparan la comida para los 22 heridos de guerra que residen en la casa. Uno de ellos a?ade agua en un recipiente para hacer caf¨¦ turco.Cristina CascajoWaleed fuma en el patio de la casa donde vive desde hace a?os gratis gracias al apoyo de la ONG clandestina Casa para el Bienestar de los Heridos. Ahmed, el fundador de la organizaci¨®n, asegura que no tienen fondos ni donantes, y que si no consiguen dinero pronto, tendr¨¢n que dejar la casa y decenas de heridos no tendr¨¢n un techo para dormir. En Reyhanli hay decenas de organizaciones encubiertas que ayudan a sirios y sirias heridas de guerra, pero que no est¨¢n registradas por no poder asumir el coste de formalizarse.Cristina Cascajo