La Rioja, un c¨®ctel perfecto de sensaciones
Historia, gastronom¨ªa, paisaje y cultura conviven en este rinc¨®n con nombre de vino (?o es al rev¨¦s?). Una miscel¨¢nea con encanto que rondar¨¢ el mill¨®n de visitantes al finalizar el a?o 2024. Y con raz¨®n. Hay motivos m¨¢s que de sobra para acercarse este oto?o
Cercana y accesible, la comunidad aut¨®noma m¨¢s peque?a de Espa?a es tambi¨¦n la que m¨¢s tiene que ofrecer. Porque tan reducido es su tama?o como rica su diversidad. Con una superficie de 5.000 kil¨®metros cuadrados, escaparse en oto?o a La Rioja supone una inmersi¨®n completa en un estilo de vida donde el paisaje y el buen vino se hacen c¨®mplices para regalar una experiencia imborrable al visitante. Una tierra acogedora, capaz de maridar con acierto el arraigo de la tradici¨®n con la revisi¨®n de las nuevas tendencias. Basta con acercarse a ver el ambiente nocturno de la calle Laurel, en el coraz¨®n de Logro?o. En apenas 300 metros re¨²ne los mejores pinchos que hay que degustar para conocer (y disfrutar) la buena gastronom¨ªa de barra. El cl¨¢sico champi del Bar Soriano, el T¨ªo Agus del T¨ªo Agus Bar Lorenzo o el crujiente de careta de cerdo de La Tavina son algunos de sus bocados favoritos.
Vino en todas sus formas
Sea cual sea el plan decidido, ir a La Rioja representa una apuesta segura. Y una escapada que va mucho m¨¢s all¨¢ de lo sensorial. Porque en esta tierra con nombre enol¨®gico, los vinos no son solo una bebida, sino una cultura a explorar. Por eso, las experiencias m¨¢s imbatibles son varias: visitar un vi?edo para descubrir los trabajos que se llevan a cabo en las cepas; practicar deporte entre los lineales; en tiempo de vendimia, pisar uvas... Y, por supuesto, visitar una bodega. O dos. O tres. La Rioja cuenta con m¨¢s de 80 instalaciones de puertas abiertas, entre las m¨¢s de 500 que se distribuyen por todo su territorio. Aprender los secretos del vino en un curso de cata o aprovechar los poderes antioxidantes de la uva (sin beb¨¦rsela) con un tratamiento de vinoterapia son otros de sus grandes atractivos.
Por algo esta regi¨®n es l¨ªder en enoturismo en Espa?a, con m¨¢s de 900.000 turistas al a?o, seg¨²n datos del Gobierno de La Rioja. Ya saben los m¨¢s en¨®filos que no pueden perderse el Barrio de la Estaci¨®n de Haro, un enclave que podr¨ªa ser a la vez un museo o un libro de historia, al reunir la mayor concentraci¨®n de bodegas centenarias del planeta.
Retrocediendo a¨²n m¨¢s atr¨¢s en el tiempo, pocos lugares ofrecen la posibilidad de descubrir c¨®mo era el mundo habitado por los dinosaurios. Cerca del l¨ªmite de la provincia de Soria, en el Sistema Ib¨¦rico se encuentra Enciso, un pueblo realmente sin r¨¦plica: sus 200 habitantes conviven con m¨¢s de 3.000 icnitas (huellas de todas las especies) que datan del Cret¨¢cico inferior. Para poder admirar estos restos paleontol¨®gicos, los lugare?os recomiendan cruzar el puente sobre el r¨ªo Cidacos, una traves¨ªa que se puede recorrer a pie o en coche. Y para que los m¨¢s peque?os aprendan a¨²n m¨¢s sobre los animales m¨¢s asombrosos del planeta, el parque de paleoaventuras El Barranco Perdido ser¨¢ todo un acierto.
Otro plan original para apreciar la multiplicidad de La Rioja es sumarse a uno de los tres itinerarios del Camino de Santiago que confluyen por su territorio: el franc¨¦s, el jacobeo del Ebro y el vasco del interior. Para aprovechar la parada hay que detenerse en los monasterios de Yuso y Suso en San Mill¨¢n de la Cogolla, ambos Patrimonio de la Humanidad. All¨ª precisamente se form¨® y escribi¨® las primeras anotaciones en castellano el religioso y poeta Gonzalo de Berceo en el siglo XIII.
Naturaleza elevada a la en¨¦sima potencia
El 40% del territorio riojano es un itinerario verde. Plagado de Espacios Naturales Protegidos (y a su vez de alojamientos rurales para los amantes de la monta?a), especies como corzos, ciervos o jabal¨ªes campan a sus anchas por una sierra llena de hayedos, rebollares, encinares, robledales atl¨¢nticos o pinares silvestres. La Reserva de la Biosfera de La Rioja ocupa casi una cuarta parte de la superficie regional, dotada de un abanico de condiciones geogr¨¢ficas, clim¨¢ticas y paisaj¨ªsticas bien diferentes. Tanto es as¨ª que los Valles del Leza, Jubera, Cidacos y Alhama cuentan con el distintivo de Reserva Mundial otorgado por la Unesco desde 2003. Una experiencia que se engrandece por la ausencia de contaminaci¨®n sonora o lum¨ªnica. La maravillosa contemplaci¨®n de sus cielos estrellados le vali¨® en 2012 su condici¨®n de Destino Tur¨ªstico Starlight. Incluso en oto?o, mirar arriba en una noche clara es un privilegio.
El 40% del territorio riojano es un itinerario verde. Plagado de Espacios Naturales Protegidos (y a su vez de alojamientos rurales para los amantes de la monta?a), especies como corzos, ciervos o jabal¨ªes campan a sus anchas por una sierra llena de hayedos, rebollares, encinares, robledales atl¨¢nticos o pinares silvestres
A mesa puesta, con estrella Michelin
Adem¨¢s de contar con unos vinos de categor¨ªa universal, La Rioja tambi¨¦n es conocida por su exquisita gastronom¨ªa. La amplia lista de restaurantes con distinciones Michelin sit¨²a a su cocina local en lo m¨¢s alto del podio culinario: dos con dos Estrellas, cuatro con una, otro con una Estrella Verde (que premia las iniciativas sostenibles en la gastronom¨ªa) y tres Big Gourmand. Platos como los guisos de caparrones (la c¨¦lebre alubia bicolor local), las pochas con codornices, las patatas a la riojana o la fritada har¨¢n las delicias de quien tenga la suerte de pedirlos. Poco m¨¢s se necesita para escoger este destino como escapada oto?al en familia, en pareja o con amigos. Un maridaje insuperable entre los colores naturales del paisaje y un imparable atractivo gastron¨®mico.