?ngela Molina: ¡°Nunca me copio a m¨ª misma; vivo a trav¨¦s del sue?o de ser el otro¡±
Fue musa de Bu?uel y en la ficci¨®n ha sido objeto del deseo de Fernando Rey y madre de Pen¨¦lope Cruz. Su filmograf¨ªa explica en cierto modo la historia de Espa?a y su carrera rompe t¨®picos. Ha trabajado con Tanner, Tornatore, Ridley Scott, Guti¨¦rrez Arag¨®n¡, y ha dicho ¡°no¡± a pel¨ªculas de Saura, Bigas Luna¡ Con 65 resplandecientes a?os y un rosario de premios ¡ªNacional de Cine, Medalla de Oro de la Academia, Medalla de las Bellas Artes, Donatello, Gran Premio de la Cr¨ªtica de Nueva York¡ª, ahora recibir¨¢ por fin un Goya. De honor.
No pas¨® por Hollywood, pero pas¨® por Bu?uel. ?ngela Molina Tejedor (Madrid, 65 a?os) ten¨ªa 22 a?os cuando el autor de Un perro andaluz la eligi¨® para compartir con Carole Bouquet uno de los papeles m¨¢s inquietantes de su carrera en Ese oscuro objeto del deseo. Formada como bailarina, llevaba cinco a?os en el cine. Tan famosas son las pel¨ªculas que hizo ¡ª...
No pas¨® por Hollywood, pero pas¨® por Bu?uel. ?ngela Molina Tejedor (Madrid, 65 a?os) ten¨ªa 22 a?os cuando el autor de Un perro andaluz la eligi¨® para compartir con Carole Bouquet uno de los papeles m¨¢s inquietantes de su carrera en Ese oscuro objeto del deseo. Formada como bailarina, llevaba cinco a?os en el cine. Tan famosas son las pel¨ªculas que hizo ¡ªDemonios en el jard¨ªn, La mitad del cielo, Las largas vacaciones del 36, La ciutat cremada, Blancanieves, Bearn o Carne tr¨¦mula¡ª como las que se neg¨® a protagonizar: la Carmen de Saura, Las edades de Lul¨² o Qu¨¦ he hecho yo para merecer esto. La entrevista es en su casa. La entrada est¨¢ llena de zapatos. A la japonesa, se los quitan antes de entrar, pero, a la espa?ola, me insiste en que no me moleste quit¨¢ndomelos. Ofrece caf¨¦. Ella toma un descafeinado con leche de soja y pregunta: ¡°?Cu¨¢ntos hermanos tienes? ?Hijos?¡±.
Somos cuatro. Dos hijos, ni la mitad que usted.
Yo cinco, empec¨¦ y acab¨¦ con ni?as. He adorado tener hijos. Desde peque?a me pon¨ªa un coj¨ªn bajo el vestido y jugaba a que estaba embarazada.
?Hab¨ªa visto a su madre siempre as¨ª?
Me tocaba hacer de madre cuando camin¨¢bamos al colegio en la calle del Tutor.
?All¨ª aprendi¨® franc¨¦s?
No, con las canciones de Brassens y Moustaki. Y con mi primer compa?ero [el fot¨®grafo Herv¨¦ Timarch¨¦]. Nos escrib¨ªamos casi cada d¨ªa.
?D¨®nde lo conoci¨®?
En la playa, con 14 a?os. Mi padre hab¨ªa comprado una sala de fiestas con jard¨ªn en Benidorm. All¨ª vi actuar a Frank Sinatra, a Johnny Hallyday y a Lola Flores. Nos vimos y nos enamoramos.
El gran, digo el primer, amor de su vida.
El primero. El amor siempre es grande.
?Ha tenido mucho?
Con mi marido y el padre de mis hijos mayores estoy muy resuelta.
?C¨®mo ha conseguido el aprecio generalizado habiendo triunfado internacionalmente?
?Qu¨¦ quieres decir?
Sin fingir una leve cojera.
Quiz¨¢ porque las relaciones que disfruto son desde lo verdadero. Si alguien no es transparente conmigo, no me entero de nada.
Con tanta amabilidad no se sabe si es la antidiva o la diva m¨¢s lista¡
Siempre lo digo: para divo, mi padre [el cantante y actor Antonio Molina]. Todo giraba a su alrededor. He vivido eso y no lo repito instintivamente.
Tambi¨¦n se ha cuidado diciendo que no a bastantes papeles.
Cada papel es una persona y yo s¨¦ si conocer a esa persona me puede aportar como ser humano. Por instinto. A veces me ofrecen algo y pienso: ¡°No, esto lo har¨ªa divino tal actriz¡±. Cuando Saura me ofreci¨® Carmen, yo estaba rodando La Bella Otero en Italia. En otro momento estaba criando y no quer¨ªa separarme del beb¨¦. En la vida has de saber qu¨¦ es lo importante.
?No sinti¨® que sacrificaba su profesi¨®n o su juventud con tanta crianza?
Siempre he tenido ayuda porque me mov¨ªa mucho. Me dejaba el alma atr¨¢s, pero me iba tranquila dejando a los ni?os con ellos.
Ha sido la actriz mejor pagada en tiempos de inequidad.
Un logro de mi representante, Ram¨®n Pilac¨¦s. Hemos sabido adaptarnos.
Lo ha sido todo en t¨¦rminos casi opuestos: virginal y madura, sofisticada e inocente.
Nunca me han encasillado ni he hecho personajes como yo. Les he puesto mi experiencia, mi alma, mi conocimiento, mi sangre, pero nunca me copio a m¨ª misma. Vivo a trav¨¦s del sue?o de ser el otro.
Ha sido internacional sin Hollywood. Eso s¨ª que es extra?o.
Cuando Bu?uel estren¨® all¨ª, me propusieron quedarme y ser la portada de Playboy sin desnudarme. Pero cuando llegu¨¦ a la sesi¨®n de fotos vi que se desdec¨ªan de lo pactado, pretend¨ªan poner mucho velo y esas cosas, y me fui. Entonces ya ten¨ªa trabajo en Europa y no me compensaba no vivir en mi pa¨ªs. Aunque m¨¢s tarde viv¨ª en Francia hasta que mi hija Olivia cumpli¨® un a?o.
?Sus hijos hablan franc¨¦s?
E ingl¨¦s. Como yo, que tambi¨¦n hablo italiano. Pero ellos son m¨¢s biling¨¹es: yo no s¨¦ escribirlos.
Sus parejas fundamentales han sido extranjeras.
S¨ª. Mi marido es canadiense de origen noruego, y mi ex, franc¨¦s. La casualidad es un exceso de sentido.
?Se ha sentido m¨¢s libre entre extranjeros?
Yo no siento extranjero a nadie, soy siempre la misma.
Ha sido nominada cinco veces. ?Mereci¨® alg¨²n Goya que no fuera de honor?
No tener el Goya y aspirar a ¨¦l una y otra vez me gustaba.
?Se puede triunfar en Espa?a sin despertar envidia?
No s¨¦ lo que es. No la he sentido. Lo que amo de los dem¨¢s, lo amo. Y al rev¨¦s: me aparto de lo que s¨¦ que no me har¨¢ bien.
Su gran tema es el amor al pr¨®jimo, a la vida, a la familia.
El respeto a la vida.
?No es intransigente con nada?
Siempre he sido justiciera. Para m¨ª el amor y la justicia son casi lo mismo: si no hay justicia, es muy dif¨ªcil que se desarrolle el amor. No puedo estar ante una injusticia y callarme.
?Ha perdido algo por hablar?
La vida no me ha puesto en una tesitura as¨ª. Pol¨ªticamente no me defino porque ni yo misma s¨¦ lo que es hoy la pol¨ªtica m¨¢s all¨¢ de algo necesario para tener derechos y para que el pa¨ªs funcione.
?De qu¨¦ justicia habla entonces?
De la social.
Pero eso es pol¨ªtica.
Puede estar tambi¨¦n fuera, como la religi¨®n fuera de la iglesia. Soy absolutamente creyente, pero no creo en ninguna religi¨®n. O creo en todas. Creo en el ser humano. Puedes creer en Dios o no. Pero no puedes ignorar su creaci¨®n, que es la vida. No me gusta poner nombres porque entonces todo se desvanece. No s¨¦ si t¨² crees o no en Dios. Pero ?de ni?a no sent¨ªas tu alma en tu forma de ser?
?La conciencia?
S¨ª. Somos eso: conciencia de nosotros mismos, de la vida, de los dem¨¢s.
?Nunca ha traicionado a su conciencia?
No. Pero me he equivocado mucho.
?En qu¨¦?
No s¨¦, cuando era joven era m¨¢s ego¨ªsta. De joven arrasas y luego lo tienes que asumir. Desde que soy una joven vieja y una vieja joven pienso que no hubiera hecho algo diferente, pero quiz¨¢ lo hubiera hecho de otra manera.
?Teniendo m¨¢s en cuenta a los dem¨¢s?
Es dif¨ªcil porque cada uno es responsable de su vida y de lo que siente. Lo pienso con mis hijos: si no conf¨ªo en ellos, ellos no confiar¨¢n en s¨ª mismos. Saben que lo he dado todo por ellos, uno es responsable de quien trae al mundo. Ha costado, pero son lo que m¨¢s amo en la vida.
?Qu¨¦ es una familia?
Todo. El milagro m¨¢s grande y el aprendizaje de amor m¨¢s continuo y poderoso que tiene la vida.
Para muchos la familia son problemas continuos.
Lo son. Pero el sentimiento que generan las personas que amas puede con todo.
?No ha sufrido conflictos?
S¨ª, pero siempre he sido m¨¢s de apaciguar y equilibrar.
En su familia son muchos y siempre parecen risue?os.
Somos como todos. Somos alegres de temperamento aunque, a ver, tambi¨¦n nos tiramos los trastos a la cabeza. Pero con tanta gente, siempre ha habido mucha vida en casa.
?Ha sentido soledad?
La he necesitado justamente por eso, por ser tantos. Me encerraba en mi habitaci¨®n a leer a los cl¨¢sicos: Unamuno, Baroja, Balzac o Dostoievski. Los pillaba de la biblioteca que ten¨ªa mi madre. A ella tambi¨¦n le gustaba mucho leer.
En su lecho de muerte su padre dijo: ¡°Os quiero profundamente¡±. ?Qu¨¦ es eso?
Nos lo dijo millones de veces, pero nos despidi¨® con la mirada. Ten¨ªa las manos de mi madre. Pero me miraba. ?ramos absolutamente afines. Amigos. Mi padre era como su voz: un volc¨¢n, un prodigio de sentimientos. Nos dio los mayores disgustos y las mayores alegr¨ªas. Su voz se quedaba en el coraz¨®n de la gente porque era prodigiosa.
?Nunca sufri¨® su sombra?
No. Yo nac¨ª protegida por sus alas. Cuando tu padre te quiere te hace creer en lo que t¨² sientes. Muchas veces eso me hace sentirlo como si estuviera. Pero eso no vuelves a encontrarlo en la vida. Nadie te volver¨¢ a mirar as¨ª. Si lo buscara, acabar¨ªa loca perdida.
?Se ha psicoanalizado?
Una vez tuve un amigo director de teatro que se empe?¨® en que ten¨ªa que hacerlo. Fui a una que se supon¨ªa que era una crack. Yo hablaba y hablaba esperando una respuesta. Y nada, sal¨ªa como si me hubieran violado. Al tercer d¨ªa me dijo: ¡°Vamos a ir haciendo efectivos los honorarios cada tres sesiones¡±. Le dije: ¡°Vale, pero son las ¨²nicas palabras que me has dicho desde hace tres d¨ªas. ?Cu¨¢nto es?¡±. Para la siguiente visita le recort¨¦ peri¨®dicos del tama?o de los billetes. Los met¨ª en un sobre y se los di con una sonrisa. Hoy no lo har¨ªa, pero con 20 a?os era de la escuela de la calle.
Como su padre: un cantante m¨ªtico y un personaje de novela.
Mi padre lleg¨® caminando de M¨¢laga. Y nada de cansado: ?ilusionado! Nada lo frenaba. Trabaj¨® de camarero, de tapicero¡, se adaptaba.
Comenz¨® una relaci¨®n con la due?a de la pensi¨®n, mayor que ¨¦l.
No tengo ni idea. Todas esas cosas son un poco m¨ªticas, no las he podido contrastar.
?Tampoco sabe que se enamor¨® de su madre cuando la vio salir del colegio?
Eso es verdad. Un amigo lo invit¨® a comer y desde el autob¨²s vio a la que pens¨® que era la chica de su vida saliendo del colegio. Quiso bajarse del autob¨²s. Pero no par¨®. Al llegar, le llor¨® la historia a su amigo y al momento llamaron a la puerta y apareci¨® mi madre. ?l ten¨ªa 17 y ella 14.
Supongo que uno que va andando de M¨¢laga a Madrid ya se atreve a so?arlo todo, ?no?
Eran el uno para el otro. Mi padre era excesivo. Mostrarse tanto a veces puede resultar violento para los dem¨¢s, pero lo que ten¨ªa lo daba. Todo lo hac¨ªa hasta el extremo: si ten¨ªa que re¨ªr, explotaba. Si deb¨ªa llorar, lo hac¨ªa sin ning¨²n pudor. Era el pueblo. Eso a m¨ª siempre me ha ayudado.
?Qu¨¦ quiere decir?
Pues que nunca me he sentido diferente a los dem¨¢s. Siempre me he relacionado con los otros desde lo que nos une.
Eso es una educaci¨®n.
S¨ª. Nos necesitamos.
Entonces, la hija de Antonio Molina no tuvo que matar al padre.
Todo lo contrario. Soy una Electra total.
?Con su madre tambi¨¦n tiene buena relaci¨®n?
De igual a igual. Hablamos claro. Ella siempre ha sido el tim¨®n de su hogar para que mi padre pudiera ser. Es muy inteligente, consigui¨® no ser sargento teniendo ocho hijos. Es la lucidez. La persona justa, la mujer en quien todos podemos confiar. La adoro. Me muero solo de pensar lo mayor que est¨¢ ya.
Su padre dec¨ªa lo que pensaba sin causarles dolor.
Porque sab¨ªamos c¨®mo era. No ve¨ªa mis pel¨ªculas.
?Y eso no le dol¨ªa?
Mi marido o mis hijos muchas veces tampoco las ven. La peque?a no quer¨ªa verme bes¨¢ndome con alguien en la pantalla. Es normal. Mi padre vio una y dijo: ¡°Esa no eres t¨²¡±. Y no quiso ver m¨¢s.
Nunca ha tenido una pareja actor.
Me he enamorado de otros actores, pero no he convivido con ellos.
Entrando y saliendo de la ficci¨®n, ?c¨®mo ha conseguido separar los dos mundos?
Un rodaje por s¨ª mismo ya es una vida. Por eso es tan importante llegar luego a casa.
Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n cuenta en A los actores (Anagrama) que en los rodajes todos se enamoraban de usted.
Yo no era consciente. Luego lo he entendido. Si con 19 a?os y descubriendo la vida, desbordando ilusi¨®n, me rodeas de gente¡, pues s¨ª. Solo por estar feliz gustas.
Escribi¨® tambi¨¦n: ¡°A ?ngela no hac¨ªa falta desnudarla porque eso era redundante¡±.
Es una barbaridad de frase, pero siempre he vivido la belleza inocentemente.
Sus primeras pel¨ªculas ?eran er¨®ticas?
No. Lo m¨¢s er¨®tico que he podido hacer son algunos ?desnudos con Bu?uel o en Los ojos, la boca, de Marco Bellocchio ¡ªreci¨¦n parido mi hijo Mateo¡ª, un desnudo que parece una virgen. Lo miro y no me veo.
?Qu¨¦ es el erotismo?
No me interesa.
?Qu¨¦ me dice?
Lo disfruto, pero todo cambia a lo largo de la vida. Si no cambiamos, no estamos envejeciendo bien.
Cuando film¨® Ese oscuro objeto del deseo, ?entend¨ªa la pel¨ªcula?
La puedes ver una y otra vez y cada vez entiendes algo diferente. Es sorprendente incluso para m¨ª que la hice. Bu?uel te genera un misterio que te fondea. ?D¨®nde me quieres llevar? Ll¨¦vame adonde quieras.
?Qu¨¦ recuerda de Bu?uel?
Bu?uel me ense?¨® todo. Hasta a dar hostias y recibirlas. El tiempo en sus rodajes no exist¨ªa. Se pod¨ªa entretener media hora en un detalle y rodar luego la escena en minutos. Era generoso y genial. A lo mejor al terminar una escena ven¨ªa con l¨¢grimas y ri¨¦ndose, y dec¨ªa: ¡°Me has recordado algo que viv¨ª de joven¡±. Era el maestro, pero lo viv¨ªa todo como un ni?o.
Est¨¢ en el cine desde los 17 a?os.
Estoy desde que nac¨ª. Con siete cruzaba sola la calle para meterme en el cine Iris. Sesi¨®n doble y pan con chocolate en el intermedio. Sal¨ªa zombi. Me gustaba sentir que ya no era la misma. El cine me descubr¨ªa otras formas de ser persona.
Comenz¨® a trabajar por unas fotos.
En No matar¨¢s me cogieron sin casting. Me dijeron: ¡°Acci¨®n¡±. Y ten¨ªa que beber agua de la fuente con las dos manos. Vi lo cristalina y bonita que era y pens¨¦: ¡°Me voy a dedicar a esto, a hacer sentir lo que es la vida¡±. Fue un momento de revelaci¨®n. Mi trabajo es hacer disfrutar con lo que disfruto.
?Siempre ha tenido esa capacidad de goce?
Y de sufrimiento. Va junto.
Ha trabajado para m¨¢s de 150 directores: Bu?uel, Tornatore, Tanner, Ridley Scott¡ ?Los ha entendido a todos?
Cuando te llaman piensan que eres la pieza que necesitan. Esa uni¨®n es de confianza mutua.
?Con qui¨¦n ha crecido m¨¢s?
Con todos.
O sea, no me va a soltar una.
Bueno, con todos menos con uno que era salvaje con el equipo.
?Espa?ol o extranjero?
Eso es lo de menos. Un d¨ªa le dije que, si maltrataba al equipo t¨¦cnico de esa manera, me iba al hotel.
?Cambi¨®?
Vino el productor y me dijo que no pod¨ªa interrumpir un rodaje que costaba millones. Cuando regres¨¦, estaba a pu?etazo limpio con el director. Ah¨ª me di cuenta. Era un ser que no se controla. Pero bueno, se acab¨® la pel¨ªcula.
?Era hist¨®rica?
S¨ª. En todos los sentidos¡ [risas].
?Alguien la ha parado?
A veces mi marido me dice: ¡°Ey, ey¡±. Soy dulce, pero tengo fuerza. Todos la tenemos, es cuesti¨®n de desarrollarla y medirla. Un actor hace eso: trabaja con lo que necesita. Nunca nada es inocente.
No se cas¨® hasta hace 25 a?os.
S¨ª, ha sido la ¨²nica boda de mi vida. Con nadie m¨¢s me quise casar. Lo sent¨ª as¨ª.
?No ha sentido desamor?
He tenido rupturas. Pero no lo he vivido mal. Las relaciones se transforman.
Ha roto t¨®picos dej¨¢ndose las canas vistas, celebrando las arrugas, teniendo una hija con 47 a?os y cas¨¢ndose con un hombre 10 a?os m¨¢s joven que usted¡ ?Por qu¨¦ decidi¨® no te?irse?
Estaba harta de maltratar el pelo. Pens¨¦: ¡°Si me piden que me ti?a para alguna pel¨ªcula, lo har¨¦¡±. Pero nadie me lo ha pedido.
?A Leo Blakstad tambi¨¦n lo conoci¨® en la playa?
No. Mis padres se fueron a vivir a Ibiza y mis dos hermanos iban a la Escuela Libre Internacional que mi suegra fund¨® y dirigi¨® toda su vida. Si hubiera tenido que elegir una segunda madre, la hubiera elegido a ella.
?No me diga que encima se lleva bien con su suegra?
Perfectamente. A Pou lo conoc¨ª porque era amigo de mi hermano Miki ¡ªbueno, ahora tiene el pelo blanco y nietos, y todo el mundo lo llama Miguel¡ª y estaba mucho por casa. Cuando iba a ver a mis padres ve¨ªa a ese ni?o rubio, divertido y¡, bueno, fue creciendo. Un d¨ªa milagrosamente nos enamoramos.
?No dud¨®?
No. Eso es el amor.
Parece que todo le resulte f¨¢cil.
Vivo tan intensamente que a veces me falta alegr¨ªa. Pero me lo lloro sola. Me apoyo en m¨ª: en mi ni?a, que soy yo, y en mi abuela, que tambi¨¦n soy yo. No hay m¨¢s. Estamos solos, pero llevamos dentro todo lo que hemos amado. Moriremos pensando en los que amamos.