La gu¨ªa de R¨ªo de Janeiro que se reinvent¨® con ¡®tours¡¯ virtuales
Tatiane Araujo sufri¨® los efectos secundarios de la pandemia, que la lanzaron a la precariedad laboral de un d¨ªa para otro
El apocalipsis pand¨¦mico de Tatiane Araujo tiene fecha: el 17 de marzo de 2020. ¡°Mi buz¨®n se llen¨® de correos con anulaciones de clientes. Recuerdo que me sent¨¦ en el suelo y llor¨¦¡±, relata esta gu¨ªa tur¨ªstica de R¨ªo de Janeiro. Todo lo construido por esta brasile?a de 36 a?os se volatiliz¨® aquel martes con el primer confinamiento en la postal m¨¢s conocida del pa¨ªs. El virus le arrebat¨® de un zarpazo la preciada clientela llegada de Canad¨¢, Estados Unidos, Italia, Sud¨¢frica, Rusia o el resto de Brasil que la contrataba a trav¨¦s de Tours by Locals, una red mundial de gu¨ªas locales; el hotel con...
El apocalipsis pand¨¦mico de Tatiane Araujo tiene fecha: el 17 de marzo de 2020. ¡°Mi buz¨®n se llen¨® de correos con anulaciones de clientes. Recuerdo que me sent¨¦ en el suelo y llor¨¦¡±, relata esta gu¨ªa tur¨ªstica de R¨ªo de Janeiro. Todo lo construido por esta brasile?a de 36 a?os se volatiliz¨® aquel martes con el primer confinamiento en la postal m¨¢s conocida del pa¨ªs. El virus le arrebat¨® de un zarpazo la preciada clientela llegada de Canad¨¢, Estados Unidos, Italia, Sud¨¢frica, Rusia o el resto de Brasil que la contrataba a trav¨¦s de Tours by Locals, una red mundial de gu¨ªas locales; el hotel con m¨¢s solera de la ciudad, el Copacabana Palace, o su empresa, Rio Art Experience.
Araujo dise?a itinerarios que combinan lugares que uno no puede perderse con experiencias que un extranjero dif¨ªcilmente se aventurar¨ªa a emprender solo en R¨ªo: ¡°El Pan de Az¨²car, el Cristo, una galer¨ªa de arte¡, visitar una favela, probar una cacha?a de jengibre en una taberna popular o el batido de maracuy¨¢ m¨¢s aut¨¦ntico de la ciudad¡±. Explica divertida: ¡°Algunos extranjeros tienen terror a comer o beber cualquier cosa¡±. Para los que viv¨ªan del turismo en R¨ªo ¡ªuna urbe tan bella como dif¨ªcil¡ª, el horizonte est¨¢ encapotado. ¡°Mi sector no tiene ninguna garant¨ªa de que regresar¨¢ en 2023¡±, dec¨ªa el martes de Carnaval en un coqueto hotel con tarifas inimaginables cualquier otro a?o.
Sin vuelos ni cruceros, los hoteles est¨¢n vac¨ªos. La epidemia ha sido m¨¢s cruel con las trabajadoras, especialmente con las del sector informal. Ha agravado la precariedad laboral o hundido en ella a millones de mujeres en Brasil, Am¨¦rica Latina y el mundo. Algo m¨¢s de la mitad de los 23 millones de latinoamericanos que perdieron el trabajo y dejaron de buscar otro por el coronavirus son mujeres, seg¨²n el balance sobre 2020 de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT). Ellas han sido expulsadas en mayor medida, con tres puntos m¨¢s en Latinoam¨¦rica. ¡°Es significativo teniendo en cuenta los avances observados en la participaci¨®n de la mujer en los mercados laborales de la regi¨®n en las ¨²ltimas d¨¦cadas¡±, se?ala la OIT.
La mitad de las brasile?as mayores de 14 a?os no tiene trabajo ni busca uno. No es el caso de Araujo, que creci¨® en Italia, estudi¨® all¨ª Turismo, habla cuatro idiomas y vivi¨® en Nueva York. Regres¨® a R¨ªo en 2013, a tiempo de disfrutar de los gloriosos a?os del Mundial y los Juegos Ol¨ªmpicos.
Enclaustrada, cuando vio que la pandemia no amainaba emprendi¨® una reinvenci¨®n. Aprendi¨® a editar v¨ªdeos porque, si sus turistas no pod¨ªan ir hasta R¨ªo, ella les llevar¨ªa los paseos por la ciudad a sus ordenadores o a sus m¨®viles. Uno es en directo desde la playa de Copacabana, otro recorre favelas, un tercero es art¨ªstico. Vende los tours v¨ªa Instagram por unos 70 d¨®lares para grupos hasta de seis personas. ¡°No consigo ganar lo que ganaba antes, pero pago algunas facturas¡±. Para el alquiler, tiene que tirar de sus menguados ahorros.
La falta de perspectivas la tiene inmersa en una monta?a rusa emocional. Pero derrocha imaginaci¨®n y no deja de idear planes alternativos. Desde clases de cocina italiana hasta instalarse un tiempo con una amiga en una ciudad m¨¢s barata. Aunque se le acaban los ahorros, se sabe privilegiada. ¡°Vivo de alquiler, no tengo hijos. Puedo venderlo todo y comprar un vuelo de vuelta a Italia¡±. Pero quiere permanecer en esta ciudad que apasiona incluso en la decadencia. Est¨¢ al l¨ªmite, exhausta.
Factores estructurales explican el distinto impacto de la pandemia en el trabajo de las mujeres y los varones. En Am¨¦rica Latina, 6 de cada 10 trabajan en el sector informal. Y las que tienen empleos se concentran en el sector servicios, que las cuarentenas paralizaron. Sus puestos suelen ser peores. M¨¢s inestabilidad, menos paga. Y por culpa de los tradicionales roles, millones de ellas perdieron sus trabajos o tuvieron que asumir el cuidado de hijos o mayores. El cierre de escuelas y guarder¨ªas es una losa especialmente pesada para las latinoamericanas. Esta vez no cab¨ªa la opci¨®n de dejar a los ni?os con las abuelas u organizarse con las vecinas. El alumnado de la red p¨²blica brasile?a solo ahora comienza a regresar a las aulas. La paga brasile?a del coronavirus amortigu¨® el golpe hasta fin de a?o, aunque no para Araujo, cuyos ingresos superaban el l¨ªmite.
Recalca el Atlantic Council que reducir las desigualdades de g¨¦nero intensificar¨¢ la productividad, impulsar¨¢ el crecimiento econ¨®mico y reducir¨¢ la pobreza en Am¨¦rica Latina. ¡°En tiempos de crisis, las mujeres pueden ser grandes contribuyentes a la recuperaci¨®n econ¨®mica¡±, afirma. Tatiane est¨¢ convencida de que los turistas regresar¨¢n a R¨ªo de Janeiro alg¨²n d¨ªa¡, pero ella necesita ganarse la vida hasta entonces.