El dibujante que crea mundos para Ridley Scott
Fran Ferriz se curti¨® dise?ando mu?ecos y empezaba a autoeditarse sus c¨®mics cuando Hollywood le llam¨®.
El lugar en el que descuelga el tel¨¦fono es un coche. Hay una lata de coca-cola zero junto a la palanca de cambios y un pu?ado de asientos vac¨ªos a sus espaldas. No est¨¢ viajando a ninguna parte. Est¨¢ detenido en una calle de Alicante, en alg¨²n lugar entre su viejo mundo y el nuevo. En el viejo mundo, Fran Ferriz (Villena, 41 a?os) era un dise?ador de juguetes. Oh, tambi¨¦n era muchas otras cosas. Era, por ejemplo, uno de los 200 mejores ilustradores del planeta, seg¨²n una revista llamada L¨¹rzer¡¯s Archive. ...
El lugar en el que descuelga el tel¨¦fono es un coche. Hay una lata de coca-cola zero junto a la palanca de cambios y un pu?ado de asientos vac¨ªos a sus espaldas. No est¨¢ viajando a ninguna parte. Est¨¢ detenido en una calle de Alicante, en alg¨²n lugar entre su viejo mundo y el nuevo. En el viejo mundo, Fran Ferriz (Villena, 41 a?os) era un dise?ador de juguetes. Oh, tambi¨¦n era muchas otras cosas. Era, por ejemplo, uno de los 200 mejores ilustradores del planeta, seg¨²n una revista llamada L¨¹rzer¡¯s Archive. Un comprador compulsivo de libros sobre pintores. El chaval que una vez no hab¨ªa hecho otra cosa que emborronar libretas con dibujos de Son Goku. El ni?o que hab¨ªa visto a su padre fingirse Ib¨¢?ez para crear sus propias historietas de Mortadelo y Filem¨®n para que los tebeos que les compraba no se acabaran nunca. ?Y qu¨¦ es en el nuevo? En el nuevo es algo llamado senior concept artist. ?Que qu¨¦ es un senior concept artist? Oh, alguien que dise?a mundos. Uno, en su caso, muy concreto. Pero uno del que no puede hablar porque el tipo que va a hacerlo encierra sus guiones en cajas fuertes y luego los despedaza para que nadie sepa de qu¨¦ va lo que sea que est¨¢ creando. Uno de los grandes: Ridley Scott. Pero ?c¨®mo llega la persona que dise?¨® Jaggets ¡ªsuerte de ochentera panda de chicas en pa?ales¡ª y que ¨²ltimamente ilustraba las novelas de Juan G¨®mez-Jurado a los t¨ªtulos de cr¨¦dito de la pr¨®xima (y misteriosa) producci¨®n del director de, qu¨¦ demonios, Thelma y Louise, Blade Runner y Alien?
¡ªDe carambola ¡ªresponde.
No es cierto. Llevaba tiempo intentando expandir su particular universo. El universo de un chaval que, con 17 a?os, entr¨® en la Escuela de Arte y de Dise?o de Alcoi para convertirse en dibujante de c¨®mic y sali¨® con el t¨ªtulo de dise?ador industrial porque cuando lleg¨® las clases de Ilustraci¨®n estaban completas. Podr¨ªa decirse que aquel d¨ªa cogi¨® un desv¨ªo y que ese desv¨ªo le ha llevado hasta Ridley Scott.
¡°Ni siquiera sab¨ªa lo que era exactamente un dise?ador industrial cuando me matricul¨¦¡±, recuerda. Tambi¨¦n recuerda que no lo lament¨®, al contrario. En especial, cuando oy¨® a aquel profesor contar que todo lo que ve¨ªan hab¨ªa sido una vez un dibujo. ¡°Lo que quer¨ªa decir es que todo lo que hemos creado como especie ha sido antes una idea en la mente de alguien. ?Y c¨®mo ha hecho ese alguien realidad su idea? Dibuj¨¢ndola¡±, dice Ferriz.
Ese alguien es lo que, una vez se abandona el mundo real y se viaja a la f¨¢brica de sue?os, esto es, el Hollywood del que proviene Ridley ?Scott, se considera un concept artist. Un artista conceptual. El que dibuja el mundo que el director imagina antes de que ese mundo exista. El tipo que escribe la partitura que luego tocar¨¢n los maquetistas, esto es, los encargados de crear los objetos que poblar¨¢n ese mundo. Pero rebobinemos. Volvamos al momento en el que se produjo la carambola que le llev¨® a las misteriosas oficinas en las que result¨® elegido como el dise?ador de ese otro mundo. Imaginen que entran con un malet¨ªn repleto de sus dibujos en una oficina as¨ª. Y que hay al menos otros 200 tipos con maletines repletos de sus dibujos. ?De qu¨¦ forma se impone uno al resto? ¡°Oh, te hacen todo tipo de pruebas¡±, dice.
¡ª?Todo tipo de pruebas?
¡ªS¨ª. Lo mismo te tienen dibujando durante dos o tres horas algo muy concreto que te piden que tengas lista una nave espacial en 15 minutos. Y cuando quieren una nave, por ejemplo, no es una cualquiera, sabes que te est¨¢n pidiendo que inventes algo ¨²nico. Como dise?ador es algo que no puedes evitar hacer. No te limitas a dibujar, creas algo nuevo.
Tambi¨¦n dice que, meti¨¦ndoles prisa, est¨¢n comprobando hasta qu¨¦ punto eres bueno trabajando bajo presi¨®n. ¡°Porque de eso va este trabajo tambi¨¦n¡±, comenta. De que alguien tiene una idea y necesita que exista.
¡ª?Era as¨ª cuando trabajaba para Famosa?
¡ªEra as¨ª.
En cuanto acab¨® los estudios empez¨® a dise?ar juguetes. Hab¨ªa quien le preguntaba si eso era un trabajo. Uno de verdad. Parec¨ªa m¨¢s la clase de ocupaci¨®n que ten¨ªan los personajes de las pel¨ªculas que ve¨ªa de ni?o. Las pel¨ªculas de los ochenta. El trabajo de inventor de cachivaches de Randall Peltzer, el padre de Los Grem?lins, por ejemplo. ¡°Bueno, lo m¨¢s fascinante era pensar que habr¨ªa ni?os que alg¨²n d¨ªa recordar¨ªan los juguetes que t¨² estabas haciendo como te acuerdas t¨² con los que te entreten¨ªas de peque?o. No s¨¦, pensaba en los que debieron dise?ar los He-Man, que eran mis mu?ecos favoritos de ni?o, y en si sab¨ªan lo importantes que iban a ser para todos esos chicos. Para ellos era un trabajo, pero es un trabajo important¨ªsimo. Est¨¢s creando recuerdos¡±, explica.
El d¨ªa en que irrumpi¨® en el despacho de su jefe en la juguetera y le dijo que hab¨ªa dado con lo que parec¨ªa algo ?grande!, una colecci¨®n de mu?ecos con aspecto de algo as¨ª como dos escuadrones, uno de mutantes y otro de los intr¨¦pidos y redondeados tipos que luchan contra ellos, y que iba a llamarla, por qu¨¦ no, Mutant Busters, algo as¨ª como Cazamutantes, su jefe le respondi¨® que hab¨ªa perdido la cabeza.
¡ªPero, eh, puede estar bien, quiz¨¢ lo presente ¡ªle dijo tambi¨¦n.
Y lo present¨®.
Y result¨® ser un peque?o ¨¦xito. Hoy, los Mutant Busters tienen su propia serie de televisi¨®n. Est¨¢ en Netflix. El propio Ferriz trabaj¨® para esta empresa durante una temporada, y tambi¨¦n dise?¨® juguetes para otros. ?Han o¨ªdo hablar de los SuperZings, esos diminutos mu?ecos de goma que tienen aspecto de cosas, pero cosas con vida, como chanclas con gafas de sol y raquetas de tenis pretenciosas? Tambi¨¦n algunos han sido antes dibujos que ha hecho Ferriz. La sensaci¨®n es la de que no deja de abrir camino. Que avanza en todas direcciones y en todas a la vez desde hace un lustro. ¡°Hace cinco a?os, cuando empec¨¦ a ilustrar libros ¡ªla serie Alex Colt, de G¨®mez-Jurado, entre ellos¡ª, tambi¨¦n fui interes¨¢ndome por el cine¡±, dice. Fue entonces cuando comenz¨® todo.
Aunque en realidad todo se inici¨® un lejano d¨ªa de 1994. Fran ten¨ªa 15 a?os. Dibujaba todo el tiempo, pero no se tomaba en serio. Coloreaba de forma distinta en funci¨®n de la m¨²sica que estaba escuchando porque era sinest¨¦sico. Pero a¨²n no lo sab¨ªa. Ni siquiera intu¨ªa que a nadie m¨¢s le pasaba. Una vez tuvo una profesora que le ri?¨® porque cre¨ªa que le tomaba el pelo. ?Qu¨¦ clase de cosa hab¨ªa pintado? ?Un pu?ado de puntos en un lienzo? ?Qu¨¦ era aquello? ¡°La canci¨®n¡±, respondi¨® el joven. Ella no le crey¨®. Le suspendi¨®. Pero para entonces Fran ya percib¨ªa que lo que hac¨ªa era bueno. Y lo supo gracias a lo que ocurri¨® aquel d¨ªa de 1994. Ferriz se compr¨® la revista Hobby Consolas. Estaba nervioso. Hab¨ªa participado en un concurso de dibujo. El ganador viajar¨ªa a Jap¨®n a conocer a Akira Toriyama, el creador de Dragon Ball. Y no hab¨ªa nada que desease m¨¢s en el mundo que conocer a Akira Toriyama. ?Era su dibujante favorito!
¡ª?Ganaste?
¡ªNo, qued¨¦ segundo.
¡ªVaya.
¡ªMe enviaron un lote de cintas de VHS ¡ªsacude la cabeza¡ª. Fue un chasco, pero a la vez, ?eh!, ?hab¨ªa quedado segundo! ?Era bueno de verdad!
Sigue en el coche. A¨²n con un pie en el viejo mundo y otro en el nuevo. En realidad, no va a irse a ninguna parte. El trabajo en equipo es ahora, en estos tiempos a¨²n pand¨¦micos, a distancia. Es decir, habr¨¢ reuniones en Londres y Madrid, y en ellas se dar¨¢n las indicaciones pertinentes ¡ªrecibir¨¢ los pedazos de guion que nunca formar¨¢n un algo con sentido para que no pueda ni sospechar qu¨¦ clase de pel¨ªcula est¨¢ haciendo¡ª, pero en ning¨²n caso habr¨¢ una oficina en la que poder cruzarse con su nuevo jefe. ¡°A lo mejor un d¨ªa descuelgo una videollamada como esta y al otro lado est¨¢ ¨¦l¡±, imagina. ?Qu¨¦ le dir¨ªa? ¡°Que a¨²n no me lo creo¡±.