Arquitectura, ecolog¨ªa, solidaridad
Los estudios de enfoque cooperativo y que buscan tener calado social proliferan. En Ruanda, Nerea Amor¨®s ha hecho una escuela con rigor sostenible y trabajando con sus usuarios
En el ensayo De ladrillos y mortales, Tom Wilkinson sosten¨ªa que, de entre todas las expresiones art¨ªsticas, la arquitectura era la m¨¢s imprescindible. Podemos estar d¨ªas sin escuchar m¨²sica, pero hasta los beduinos necesitan una tienda en el desierto.
Partidarios de una arquitectura al servicio de las necesidades del ser humano y del planeta, proliferan estudios de arquitectura cooperativa que desarrollan proyectos de calado social, como Lacol en Barcelona, la asociaci¨®n civil Comunal en M¨¦xico, el estudio de urbanismo y educaci¨®n Catalytic Action en L¨ªbano o el estudio de arqui...
En el ensayo De ladrillos y mortales, Tom Wilkinson sosten¨ªa que, de entre todas las expresiones art¨ªsticas, la arquitectura era la m¨¢s imprescindible. Podemos estar d¨ªas sin escuchar m¨²sica, pero hasta los beduinos necesitan una tienda en el desierto.
Partidarios de una arquitectura al servicio de las necesidades del ser humano y del planeta, proliferan estudios de arquitectura cooperativa que desarrollan proyectos de calado social, como Lacol en Barcelona, la asociaci¨®n civil Comunal en M¨¦xico, el estudio de urbanismo y educaci¨®n Catalytic Action en L¨ªbano o el estudio de arquitectura e investigaci¨®n Creative Assemblages en Uganda.
Al frente de este ¨²ltimo est¨¢ Nerea Amor¨®s (Barcelona, 1985), finalista este a?o del Premio Moira Gemmill para dise?adoras menores de 45 a?os, parte de los W Awards, que fomentan la diversidad y la igualdad y reconocen la contribuci¨®n de las mujeres a una profesi¨®n en la que hist¨®ricamente se han visto relegadas a un segundo plano.
Esta arquitecta, entre cuyos referentes se mezclan creadores como Peter Rich, Francis K¨¦r¨¦ o Colin Ward; la educadora Maria Montessori o el fil¨®sofo Gilles Deleuze, lleva m¨¢s de una d¨¦cada trabajando en ?frica del Este, formando a arquitectos y cocreando con ni?os, madres y cuidadores entornos sostenibles y pr¨®speros en zonas rurales y en campos de refugiados.
La arquitectura como educadora
Uno de sus proyecto recientes es la escuela de Mwito, en Ruanda. ¡°El techo ondulado la distingue del resto de escuelas del ¨¢rea, signo de las diferencias de este dise?o donde la arquitectura es un educador m¨¢s, no solo un simple contenedor¡±, precisa mientras muestra las fotos. ¡°La pendiente empinada ayuda a aislar el patio sin usar verjas. Las plantas y la jardiner¨ªa retienen el suelo y absorben la escorrent¨ªa. Las tres salas disfrutan de luz natural, ventilaci¨®n cruzada y vistas al lago Kivu y a las monta?as del Congo. Los colores, materiales, disposici¨®n de patrones y texturas, puertas y rincones para momentos de tranquilidad y juego est¨¢n dise?ados para ayudar a educadores y estimular a ni?os¡±. Sin embargo, no es una escuela pensada solo para ellos: ¡°Las ¨¢reas semicubiertas brindan un espacio de ?ense?anza al aire libre y un espacio comunitario polivalente abierto ?hacia la cocina, que se usa para educaci¨®n de padres en nutrici¨®n o para los chequeos m¨¦dicos rutinarios de los alumnos¡±.
En este proyecto se intent¨® conseguir una huella de carbono cercana a cero empleando a habitantes de la zona y reciclando materiales de una f¨¢brica de caf¨¦ desmantelada. Para Amor¨®s son claves la minimizaci¨®n del uso de hormig¨®n armado en dise?os antis¨ªsmicos, el uso de inodoros de compostaje o la recolecci¨®n de agua en una c¨²pula de ladrillo artesanal subterr¨¢nea. En su opini¨®n, ¡°la cocreaci¨®n no es solo una manera de llevar dise?o de calidad a comunidades vulnerables, sino una v¨ªa de crear innovaci¨®n en la arquitectura y de que las voces locales creen su propio lenguaje de dise?o¡±. Una mirada en la estela de estudios como los de Anupama Kundoo o Anna Heringer, que apuestan por una l¨ªnea de austeridad ¨¦tica y est¨¦tica para fomentar una arquitectura sostenible, emocional y con vocaci¨®n de servicio.