Garbi?e Muguruza y Paula Badosa, una historia por partida doble
Las deportistas devuelven el brillo al tenis femenino espa?ol con sus triunfos en la Copa de Maestras y en Indian Wells, respectivamente
Hace no demasiado, cuando llov¨ªan los t¨ªtulos de Rafael Nadal pero el horizonte del futuro pintaba m¨¢s bien negro ante la posibilidad de que al campe¨®n de 20 grandes se le agotase la cuerda o una de esas temidas lesiones se lo llevara por delante, el tenis espa?ol atend¨ªa con esperanza a la progresi¨®n de dos talentos y se dec¨ªa y se auguraba que el futuro se escribir¨ªa alg¨²n d¨ªa en femenino. Una era Garbi?e. La otra, Paula. Y ellas dos, Muguruza y Badosa, dos excepcionales jugadoras, han hecho buena la profec¨ªa de aquellos optimistas porque el hoy, este presente que tanto reluce y obliga a rev...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
Hace no demasiado, cuando llov¨ªan los t¨ªtulos de Rafael Nadal pero el horizonte del futuro pintaba m¨¢s bien negro ante la posibilidad de que al campe¨®n de 20 grandes se le agotase la cuerda o una de esas temidas lesiones se lo llevara por delante, el tenis espa?ol atend¨ªa con esperanza a la progresi¨®n de dos talentos y se dec¨ªa y se auguraba que el futuro se escribir¨ªa alg¨²n d¨ªa en femenino. Una era Garbi?e. La otra, Paula. Y ellas dos, Muguruza y Badosa, dos excepcionales jugadoras, han hecho buena la profec¨ªa de aquellos optimistas porque el hoy, este presente que tanto reluce y obliga a revisar los libros de historia, les pertenece y las singulariza. Su 2021 quedar¨¢ para siempre.
Ambas comparten un nexo, el continente americano. Muguruza, en su momento n¨²mero uno mundial (septiembre de 2017) y campeona de Roland Garros (2016) y Wimbledon (2017), naci¨® en Caracas y juega tal y como vive: al ritmo latino. Badosa, cuatro a?os m¨¢s joven, 24, asom¨® al mundo en Nueva York y tiene ese halo de la escuela estadounidense de tenis porque cuando golpea la pelota, esta vuela con intenci¨®n y violencia. Es fuego. Ambas lo son. Y de alguna manera, a las dos las re¨²ne otro punto de encuentro: la historia de un retorno.
El de Garbi?e se produce despu¨¦s de encumbrarse y tocar el cielo; el de Paula, tras bajar a los infiernos. La primera lleg¨® como un cicl¨®n a la ¨¦lite, deslumbr¨® en la arena de Par¨ªs y despu¨¦s en el c¨¦sped de Londres, pero luego se le fundieron los plomos y se perdi¨®. Tras dos duros a?os sin ganar ning¨²n trofeo, se liber¨® hace unos meses en Dub¨¢i y, empe?ada en volver al primer plano, dio un pelotazo en Guadalajara (M¨¦xico) que la situ¨® en un lugar ¨²nico. Hija de un vasco de la Gipuzkoa profunda, suele conseguir lo que se propone.
La segunda se ha hecho esperar m¨¢s. Con 16 a?os ya fue citada para competir con Espa?a en la Copa Federaci¨®n, a los 17 conquist¨® el Bois de Boulogne como j¨²nior y a partir de ah¨ª, mientras los expertos adivinaban una nueva Sharapova, vino una ca¨ªda libre.
Sucumbi¨® Badosa a ese peligroso c¨®ctel de juventud y expectativas. ¡°Todo lo que he sufrido me ha hecho ser quien soy¡±, cuenta, v¨ªctima de una depresi¨®n. Pero se rebel¨®. Se levant¨® y hoy, del 71? al 8? puesto de la lista mundial esta temporada, desfila como la ¨²nica mujer espa?ola que ha triunfado en Indian Wells, uno de los grandes escenarios de la raqueta. ¡°Siento que pertenezco a este nivel¡±, dice tras consolidar su eclosi¨®n, se?alada como la revelaci¨®n del circuito de la WTA y habiendo elevado su primer trofeo profesional en Belgrado, dejando tambi¨¦n huellas en Madrid (semifinales) o Charleston, donde bati¨® a la n¨²mero uno, Ashleigh Barty.
Ella irrumpe y regresa Muguruza, la ¨²nica mujer espa?ola que se ha distinguido en la Copa de Maestras, como la mejor entre las mejores. Grandeza o nada, el lema de Garbi?e. Celebran las dos, sonr¨ªe el tenis espa?ol y hay quienes, por qu¨¦ no, rebobinan, comparan y fantasean: Arantxa y Conchita. ?Por qu¨¦ no otra vez? Historia por partida doble.