La reconstrucci¨®n de la desaparecida Tenochtitlan desde el apartamento de un joven inform¨¢tico holand¨¦s
El dise?ador Thomas Kole nunca hab¨ªa puesto un pie en M¨¦xico hasta ahora. Pero su historia lo cautiv¨® y desde su casa en un pueblo de Pa¨ªses Bajos ha levantado en 3D el m¨¢s fiel retrato hasta el momento de la m¨ªtica ciudad azteca
Todas las ciudades contienen en su interior aquellas que las precedieron. Uno puede intentar rastrearlas a trav¨¦s de sus vestigios, pero casi siempre es un ejercicio reservado al placer de la imaginaci¨®n. En eso andaba el artista t¨¦cnico Thomas Kole (Zeist, Pa¨ªses Bajos, 29 a?os), caminando virtualmente por las calles de la Ciudad de M¨¦xico, cuando se dio cuenta de que nada de lo que observaba iba a ser nunca suficiente para reconstruir aquella otra urbe enterrada bajo la de hoy: ...
Todas las ciudades contienen en su interior aquellas que las precedieron. Uno puede intentar rastrearlas a trav¨¦s de sus vestigios, pero casi siempre es un ejercicio reservado al placer de la imaginaci¨®n. En eso andaba el artista t¨¦cnico Thomas Kole (Zeist, Pa¨ªses Bajos, 29 a?os), caminando virtualmente por las calles de la Ciudad de M¨¦xico, cuando se dio cuenta de que nada de lo que observaba iba a ser nunca suficiente para reconstruir aquella otra urbe enterrada bajo la de hoy: la gran Tenochtitlan, capital del imperio azteca. Lejos de abandonar su empe?o, se entreg¨® a ¨¦l por completo y un a?o y medio despu¨¦s ha presentado la reconstrucci¨®n en 3D m¨¢s fiel entre las que se conocen de la antigua metr¨®poli. Sin moverse de casa, Kole cruz¨® el Atl¨¢ntico hacia el pasado y aterriz¨®, con ayuda de la tecnolog¨ªa, en la Am¨¦rica de 1518, el momento culmen antes de la conquista espa?ola.
¡°Era un territorio totalmente inexplorado para m¨ª. Ni siquiera s¨¦ c¨®mo di con el tema, no hay un catalizador. Pero creo que, una vez lees algo sobre ello, quedas atrapado. La idea se instal¨® en mi cabeza y fue imposible sacarla¡±, dice el artista. A pesar de dedicarse a la programaci¨®n, la historia siempre le ha intrigado, y un par de clics curioseando por aqu¨ª y por all¨¢ desembocaron en un proyecto que cristaliz¨® su fascinaci¨®n. ¡°Tenochtitlan me sorprendi¨® en muchos aspectos: su tama?o, su organizaci¨®n, su estructura. Se han escrito cosas muy bellas sobre ella. Su condici¨®n natural, sobre un lago y rodeada por monta?as volc¨¢nicas, realmente convoca a la imaginaci¨®n¡±, razona.
Kole nunca hab¨ªa viajado a M¨¦xico hasta esta semana. Tampoco habla espa?ol. Pero en su obsesi¨®n resuenan los versos que el poeta nicarag¨¹ense Ernesto Cardenal ¡ªtambi¨¦n extranjero y atrapado, como ¨¦l, en la belleza de aquella ciudad sobre el lago¡ª escribi¨® hace ya muchas d¨¦cadas: ¡°?Pero c¨®mo escribir otra vez el jerogl¨ªfico, / pintar el jaguar otra vez, derrocar los tiranos? / ?Reconstruir otra vez nuestras acr¨®polis tropicales, / nuestras capitales rurales rodeadas de milpas?¡±. Responder esas preguntas de forma casi literal, como se propuso Kole, requiri¨® grandes dosis de documentaci¨®n y un esfuerzo por deshacerse de las ideas preconcebidas que se filtran, a su parecer, en una educaci¨®n y unos archivos en los que prima la mirada europea.
Durante a?o y medio simultane¨® el desarrollo de este proyecto, realizado en su casa en Amersfoort durante sus ratos libres, con su trabajo para una empresa que desarrolla instalaciones y juegos interactivos para museos y otros lugares. La historia y su conocimiento en videojuegos se aliaron para mantener el proyecto en unos par¨¢metros manejables: ¡°Los juegos necesitan ser r¨¢pidos, la optimizaci¨®n es muy importante, as¨ª que us¨¦ muchos de sus trucos. Hay mucha sensaci¨®n de detalle que solo funciona a distancia de dron. Si te acercas, parece un cuadro impresionista¡±. Cada elemento que aparece en el proyecto tuvo, por lo menos, cinco versiones previas a la definitiva.
El resultado es un impresionante viaje en el tiempo. Los volcanes Popocat¨¦petl e Iztacc¨ªhuatl coronan desde el fondo un paisaje que ya rara vez es visible desde la ciudad por la contaminaci¨®n. El extinto recinto sagrado, devuelto a su estado original junto con su imponente Templo Mayor ¡ªla parte m¨¢s dif¨ªcil para Kole por su valor simb¨®lico y su centralidad¡ª, acapara la mirada de una ciudad construida en torno a ¨¦l con parcelas rectangulares que revelan las jerarqu¨ªas de la ¨¦poca. Los 200.000 habitantes de la metr¨®poli se repart¨ªan en barrios que contaban con sus propios mercados, escuelas y talleres, al estilo de las colonias de la urbe actual. Como hormiguitas sobre el suelo, uno puede verlos con sus cestas de la compra y sus ropas de algod¨®n, pasear por las calles de este imperio reconstruido.
¡°Dividirlo en cuadr¨ªculas tiene sentido cuando est¨¢s sobre el agua, porque necesitas crear activamente el terreno, no puedes clavar un palo y dibujar una l¨ªnea sobre la arena¡±, indica Kole, que conserva dudas sobre la colocaci¨®n de algunos elementos. ¡°Todav¨ªa estoy intentando desentra?ar por qu¨¦ algunas calles est¨¢n dispuestas en una direcci¨®n totalmente aleatoria. Creo que podr¨ªa ser por el impacto del flujo natural del agua, que es muy dif¨ªcil de reconducir, pero no estoy seguro¡±, especula.
Sus dudas se suman a las de los expertos. Pensaba que su trabajo consistir¨ªa en trasladar a la realidad virtual alg¨²n mapa antiguo sobre el que hubiera cierto consenso, pero ese mapa no existe. ¡°Pronto me di cuenta de que nadie est¨¢ de acuerdo en nada¡±, resume. As¨ª que, a pesar de las fuentes arqueol¨®gicas, hist¨®ricas y la multitud de planos, el mayor peso recay¨® en las consultas directas con los especialistas, a los que les fue mostrando sus propuestas. ¡°Si alguien hiciera la reconstrucci¨®n en 10 a?os, seguramente ser¨ªa distinta porque habr¨¢ informaci¨®n nueva¡±, reconoce.
Kole quiso hacer part¨ªcipe al pueblo mexicano de alguna forma, y para ello contact¨® a varios colaboradores, siempre de forma telem¨¢tica, igual que esta entrevista, realizada desde M¨¦xico. Los tres artistas locales que colaboraron con ¨¦l se encargaron de fotografiar el estado actual de la ciudad ¡ª?Andr¨¦s Semo Garc¨ªa¡ª; de elaborar el glifo de Tenochtitlan que inaugura la p¨¢gina web ¡ªChicome Itzcuintli Amatlapalli (Mi Coraz¨®n Mexica)¡ª; y de traducir las descripciones que acompa?an las im¨¢genes del ingl¨¦s al espa?ol y a la variante principal del n¨¢huatl, la mayor lengua ind¨ªgena de M¨¦xico ¡ªRodrigo Ortega Acoltzi¨C. ¡°Me sorprendi¨® c¨®mo, al traducirlos, algunos p¨¢rrafos eran la mitad de extensos, porque el n¨¢huatl es muy eficiente para hablar de determinadas cosas, y otros eran el doble de largos, porque era totalmente ineficiente¡±, relata. De esta antigua aunque nueva lengua para ¨¦l, le atrae sobre todo el prefijo po, que significa humo, y que ¡°vuelve de muchas maneras¡±: Popocat¨¦petl, chipotle,...
A sus amigos y compa?eros de trabajo les hace gracia que ¡°un tipo aleatorio¡± de Pa¨ªses Bajos ¡°haya hecho algo as¨ª¡±, aunque para ¨¦l, la conexi¨®n entre el n¨¢huatl y el holand¨¦s es mucho m¨¢s estrecha de lo que parece y est¨¢ presente en muchas palabras de uso cotidiano, como tomate o aguacate. Este proyecto naci¨® por pura inspiraci¨®n y no sabe cu¨¢ndo o cu¨¢l ser¨¢ el siguiente, ni a qu¨¦ pa¨ªs o ¨¦poca le llevar¨¢. Por el momento, su horizonte es presentar su proyecto este viernes, por primera vez, en la urbe que hoy contiene aquella otra que le conmovi¨® y que sigue tendiendo puentes entre los dos lados del Atl¨¢ntico. Ya lo dijo ese otro extranjero enamorado de M¨¦xico y de apellido Cardenal, ¡°Tenochtitlan est¨¢, aun sin adobes. / Aun convertida en una red de agujeros. / Permanece en la visi¨®n de sus poetas¡±. Tambi¨¦n en la de aquellos que la despiertan del letargo.