Miquel Aparici, el hombre que convierte la chatarra en obras de arte
Una de las leyes fundamentales en las ciencias naturales es que nada se pierde, todo se transforma. Miquel Aparici, antiguo director de arte de la revista ¡®El Jueves¡¯, utiliza las cosas que algunos no quieren como materia prima para crear objetos preciosos que otros desean.
Cuando Miquel Aparici ten¨ªa nueve a?os iba al colegio con un hilo atado a un im¨¢n colgando del bolsillo, a ver qu¨¦ enganchaba por ah¨ª. Al regresar a casa, su madre se llevaba las manos a la cabeza al descubrir una colecci¨®n de clavos, tornillos, clips¡ Solo hab¨ªa otras dos cosas que a Miquel Aparici le gustaran m¨¢s que rebuscar: los animales ¡ªquer¨ªa estudiar Biolog¨ªa¡ª y dibujar. As¨ª que, pasados los a?os, una semana antes de presentarse a la selectividad, hizo el examen de ingreso a la m¨ªtica Escuela Massana de Artes y Oficios de Barcelona. ¡°Y yo¡±, explica 30 veranos despu¨¦s, ¡°como siempre he ...
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Cuando Miquel Aparici ten¨ªa nueve a?os iba al colegio con un hilo atado a un im¨¢n colgando del bolsillo, a ver qu¨¦ enganchaba por ah¨ª. Al regresar a casa, su madre se llevaba las manos a la cabeza al descubrir una colecci¨®n de clavos, tornillos, clips¡ Solo hab¨ªa otras dos cosas que a Miquel Aparici le gustaran m¨¢s que rebuscar: los animales ¡ªquer¨ªa estudiar Biolog¨ªa¡ª y dibujar. As¨ª que, pasados los a?os, una semana antes de presentarse a la selectividad, hizo el examen de ingreso a la m¨ªtica Escuela Massana de Artes y Oficios de Barcelona. ¡°Y yo¡±, explica 30 veranos despu¨¦s, ¡°como siempre he sido muy ordenado, pens¨¦: me quedo con el primer resultado que salga¡±. Unas 48 horas m¨¢s tarde sali¨® la aceptaci¨®n para entrar en la Massana a estudiar Dise?o Gr¨¢fico; al d¨ªa siguiente salieron las notas de selectividad que le permit¨ªan entrar en Biolog¨ªa. Aparici es un hombre de palabra.
La Escuela Massana le abri¨® las puertas del dise?o gr¨¢fico de tal manera que lleg¨® a ser director de arte de la revista El Jueves. ¡°Viv¨ªa rodeado de dibujantes fabulosos, con lo que no me atrev¨ªa a dibujar¡ pero un verano fui a Formentera y vi unas lagartijas end¨¦micas alucinantes correteando por la arena y las paredes, y al volver me puse a dibujar con caf¨¦ y az¨²car sobre papel hasta llegar a los 2.000 dibujos¡¡±. Wow. La profesi¨®n iba por dentro. ¡°S¨ª, cuando empec¨¦ a hacer arte solo me sal¨ªan animales y, m¨¢s concretamente, insectos¡±.
Miquel Aparici (Barcelona, 60 a?os) es hoy un artista reconocido por sus creaciones de animales hechas con utensilios de antiguos oficios artesanales y objetos de madera y metal en desuso, que combina utilizando diferentes tipos de t¨¦cnicas, cuyos rostros y actitudes comunican, apelan y recuerdan que el humor existe. Aparici es un creador de esos que no han venido a sufrir ni hacer sufrir a nadie y al que le gusta sacar una sonrisa a la gente. Pas¨® de trabajar en papel a convertir sus dibujos en seres tridimensionales y a crear esculturas utilizando objetos de segunda o tercera o cuarta mano. Del mismo modo en que se suele decir que algunos animales se parecen a sus amos, la suya es una obra que se le parece: es sencilla, es de verdad. A partir de pocos elementos, consigue composiciones elegantes, de l¨ªneas simples, de una gran fuerza expresiva.
Aquellos insectos de caf¨¦ dieron el pistoletazo de salida a una trayectoria llena de casualidades y buen rollo. ¡°Me tentaba la escultura; un d¨ªa me vi dibujando en el aire con un alambre¡ ese fue el punto de partida del 3D, as¨ª empec¨¦ a buscar materiales ¡ªmetal, alambre, madera¡ª y a soldar. Descubr¨ª el placer de crear esculturas a partir de materiales que encuentro, moldes antiguos, herramientas, cosas vividas, con marca, oxidadas, con eso he creado los animales¡ Sugiero al espectador un gallo a partir de un triscador, por ejemplo, porque las piezas antiguas tienen una est¨¦tica, un amor por hacer las cosas bien, sin filigranas. Puedo decir que soy arque¨®logo, porque busco piezas; soy bi¨®logo, porque estudio a los animales, y soy artista, porque uso esos materiales para hacer arte¡±. Fueron precisamente esos animales los que fascinaron a su actual galerista, Bert van Zetten, que prepara para este verano una exposici¨®n en Bodrum (Turqu¨ªa) y otra m¨¢s adelante en Barcelona.
El d¨ªa a d¨ªa de Miquel Aparici se reparte entre el trabajo en su estudio y el acopio de material. ¡°Voy a Mercantic, en Sant Cugat, a la zona de la Bisbal, donde abundan naves industriales de antig¨¹edades, a algunos Brocanters¡ La parte de encontrar material es fascinante, me siento un buscador de tesoros. Los objetos me tienen que gustar. No voy por los contenedores recogiendo cosas. Tambi¨¦n est¨¢ Internet¡ Hay herramientas antiguas de peluquero, carpintero o de ganader¨ªa, compro bastante y, como puedes ver, siempre tengo paquetes por abrir: son regalos que recibo de m¨ª mismo, ?a qui¨¦n no le gusta recibir regalos?¡±.
Ya que sale el tema de las sorpresas, Aparici confiesa que trabaja por impulso: ¡°No hago bocetos, me gusta la sorpresa de ir buscando, de que el camino se vaya haciendo, solo tengo clara la forma, que empieza con una estructura de alambre¡±.
Miquel Aparici comenz¨® a reciclar cuando reciclar era un verbo de significado desconocido para muchos, de manera intuitiva, por dar una segunda oportunidad a las cosas: ¡°No pretendo representar ning¨²n movimiento, ni ser abanderado de nada, yo soy artista, no soy artista del reciclaje, es mi forma de entender el mundo, es mi lenguaje¡±.
En el estudio hay animales en construcci¨®n: un le¨®n con melena de lat¨®n proveniente de parag¨¹eros, un gorila con m¨²sculos de espuma, y perros que esperan a que los saquen a pasear o a que alguien quiera jugar con ellos, lanzarles una pelota para volver corriendo con ella en la boca, inquietos como el creador que, gracias a esa manera de ser, ha expuesto en lugares in¨¦ditos. ¡°Mi especialidad es liarla; cuando llevo una semana en el estudio y no pasa nada empiezo a pensar y digo: ¡®Venga voy a llamar al zoo para ver si les interesa una idea y me reciben y les gusta la propuesta¡±. As¨ª naci¨® la exposici¨®n Especies protegidas. ¡°Cuando iba al estudio pasaba por la Sagrada Familia y me dec¨ªa: ¡®Jo, c¨®mo mola la Sagrada Familia¡¯, y un d¨ªa entr¨¦ y ped¨ª cita con el director y le dije que me gustar¨ªa hacer un homenaje a los animales de Gaud¨ª¡ porque Gaud¨ª tiene tortugas, lib¨¦lulas, pel¨ªcanos, golondrinas, patos, lagartos¡ Les encant¨® la idea, e hicimos la expo Con el permiso de Gaud¨ª¡±, recuerda.
Ese esp¨ªritu curioso, aventurero y atrevido tambi¨¦n ha llevado a Miquel Aparici a colaborar de manera brillante en la creaci¨®n de mobiliario con el estudio catal¨¢n Mermelada. Fruto de ese trabajo en el que Aparici desarroll¨® los prototipos son cuatro mesitas, cuatro rara avis con madera de roble y chapado que fueron premiadas en una feria de dise?o en Nueva York y que han estado dos a?os en el Salone del Mobile de Mil¨¢n.
Hay an¨¦cdotas que por s¨ª mismas describen una personalidad. ¡°Un d¨ªa me lleg¨® un mensaje de una madre que dec¨ªa: ¡®Mi hijo de nueve a?os ha ahorrado 300 euros para poder comprarte una pieza y me gustar¨ªa saber si tienes algo por este precio¡¯. Les invit¨¦ a que vinieran al estudio. Yo estaba nervioso, no pod¨ªa regalarle una pieza, porque si ¨¦l hab¨ªa ahorrado ese dinero no pod¨ªa quitarle valor a su esfuerzo. Vinieron, y les hice una selecci¨®n para que eligiera una. El chico sac¨® sus 300 euros. Entonces le dije que eligiera otra pieza, y esa s¨ª que se la regal¨¦¡±.