Espionaje, vientos volubles y alta tecnolog¨ªa: as¨ª se prepara la regata m¨¢s grande del mundo
La Copa Am¨¦rica de vela es una competici¨®n llena de secretos y hermetismo. Pasamos 48 horas en Barcelona con el Alinghi Red Bull Racing, ganador dos veces de la prueba y candidato a disputarle el t¨ªtulo al vigente campe¨®n, Team New Zealand
Si la Copa Am¨¦rica fuese una pel¨ªcula, ser¨ªa de esp¨ªas. La escena ocurre de forma inesperada. La embarcaci¨®n AC75 del Alinghi Red Bull Racing, uno de los seis equipos participantes en la edici¨®n de Barcelona, regresa a su base tras m¨¢s de cuatro horas de entrenamiento en alta mar. Y pocos minutos despu¨¦s de atracar, dos lanchas aparecen a 50 metros. Son del ...
Si la Copa Am¨¦rica fuese una pel¨ªcula, ser¨ªa de esp¨ªas. La escena ocurre de forma inesperada. La embarcaci¨®n AC75 del Alinghi Red Bull Racing, uno de los seis equipos participantes en la edici¨®n de Barcelona, regresa a su base tras m¨¢s de cuatro horas de entrenamiento en alta mar. Y pocos minutos despu¨¦s de atracar, dos lanchas aparecen a 50 metros. Son del Team New Zealand (Nueza Zelanda) y del Luna Rossa (Italia), equipos rivales, con dos personas a bordo. Un conductor y un fot¨®grafo. Esperan pacientemente a que la tripulaci¨®n suiza desaloje el velero arco y que la gr¨²a lo saque del agua para meterlo en el hangar. No tienen prisa. Buscan informaci¨®n. Im¨¢genes. Los secretos suizos.
Cuando el AC75 se levanta del agua, los fot¨®grafos se activan. Las c¨¢maras disparan. La gr¨²a traslada el velero y las lanchas se mueven para que los fot¨®grafos gocen de nuevos ¨¢ngulos. M¨¢s fotos. Nadie parece inquietarse en el equipo suizo. Ni pizca de nerviosismo. ¡°Todos queremos saber los secretos de los otros¡±, explica con normalidad Rodney Ardern, el director del equipo de navegaci¨®n helv¨¦tico. ¡°As¨ª es esta competici¨®n¡±, r¨ªe. La competici¨®n de las medias verdades. Tras unos minutos, el AC75 ya est¨¢ en tierra. Las lanchas dan gas a su motor y desaparecen. Regresan a sus bases para analizar el material obtenido.
Desde que se anunciara a principios de 2022 que Barcelona ser¨ªa la sede de la mayor competici¨®n de vela del mundo -la Louis Vuitton 37th America¡¯s Cup cuyas regatas se celebrar¨¢n a partir del 22 de agosto-, los seis equipos participantes se encuentran en plena carrera de ingenier¨ªa para construir el barco m¨¢s r¨¢pido y manejable que haya navegado jam¨¢s por la costa barcelonesa. ¡°Si tengo que elegir entre el mejor ingeniero o el mejor marinero para empezar un proyecto, elijo al mejor ingeniero, sin duda¡±, sintetiza Grant Dalton, director ejecutivo de la competici¨®n y patr¨®n del Team New Zealand, el defensor del t¨ªtulo. El mejor barco puede ganar la considerada competici¨®n deportiva m¨¢s longeva del mundo (la primera edici¨®n fecha de 1851) con una tripulaci¨®n mediocre, pero la mejor tripulaci¨®n ser¨¢ incapaz de conseguir el t¨ªtulo con un barco mediocre. Por esto se conoce popularmente a la Copa Am¨¦rica como la f¨®rmula 1 del mar. La tecnolog¨ªa siempre va por delante de las mejores manos.
Los supercomputadores de los dise?adores, matem¨¢ticos, f¨ªsicos e ingenieros que participan en el proyecto son el santo grial de cualquier equipo. Toda opci¨®n de victoria pasa por lo que se esconde en sus discos duros. Datos, telemetr¨ªas, gr¨¢ficos, n¨²meros, simulaciones. Miles de cifras y c¨¢lculos permanentes que determinan si los barcos son suficientemente competitivos para ganar. El problema es que nadie puede garantizar resultados porque son incomparables con los de los rivales. Cada equipo guarda sus secretos. Y ah¨ª est¨¢ la gracia. Las regatas en Barcelona ser¨¢n el resultado de casi tres a?os de hermetismo absoluto. Hemos pasado 48 horas en la base del Alinghi Red Bull Racing para descubrir los entresijos de uno de los mejores equipos del siglo XXI. Es junto al Team New Zealand y el Oracle Magic (Estados Unidos) el ¨²nico conjunto que ha vencido dos veces la competici¨®n en el nuevo milenio. Solo hay una condici¨®n: el acceso al barco est¨¢ prohibido cuando est¨¦ en el hangar. ¡°Los rivales pueden ver el barco navegando y sacar sus conclusiones, pero no pueden observar detenidamente la parte inferior del casco u otros detalles importantes del AC75¡å, defienden desde el equipo. Trato hecho.
Son las ocho de la ma?ana. Maxime Bachelin, de 26 a?os, ojos azules, m¨²sculos perfilados, desayuna un yogur con cereales en la cantina del equipo. Es uno de los timoneles. La cocina funciona desde primera hora para el equipo y no cerrar¨¢ hasta media tarde, cuando la base situada en el Marem¨¢gnum baje el tel¨®n. Unas 120 personas trabajan en el proyecto y todos se instalaron en la capital catalana en 2022. ¡°En Suiza solo tenemos lagos y decidimos mudarnos aqu¨ª para adaptarnos lo antes posible al mar de Barcelona¡±, defiende Bachelin, que reside en el barrio de Poblenou.
Conocer el terreno antes que el resto de los rivales puede parecer una ventaja. No es lo mismo navegar en Auckland (Nueza Zelanda), Bermudas o San Francisco (Estados Unidos), escenarios de las ¨²ltimas tres ediciones donde el mar es principalmente plano, que en Barcelona. ¡°El rendimiento de la vela est¨¢ ligado al viento. Para ir r¨¢pido no tienes que ir recto, sino en su direcci¨®n. El reto es adivinar en cada momento de d¨®nde viene, anticiparte. Es lo m¨¢s complicado¡±, resume Yves Courvoisier, doctor en Matem¨¢ticas e ingeniero de desarrollo del barco. ¡°En Barcelona el viento es m¨¢s inestable, lo que abre las oportunidades de victoria¡±, detalla.
La tarea de Courvoisier es proponer mejoras continuas al barco en funci¨®n de las m¨¦tricas de rendimiento obtenidas y la percepci¨®n de los navegantes. Y ambas miradas no siempre van en la misma direcci¨®n. ¡°Es como el juego del pimp¨®n. Tienes una idea preconcebida y la ejecutas; pero tras navegar, el equipo aporta su punto de vista y te toca tirar de nuevo¡±, apunta.
Los inicios no fueron sencillos. Tras unos a?os alejado de la alta competici¨®n, el equipo suizo empez¨® casi desde cero. Por lo m¨¢s b¨¢sico. Viento, velocidad, ¨¢ngulos de navegaci¨®n. ¡°Los navegantes me dec¨ªan que lo que yo hac¨ªa era un desastre, que el barco no rend¨ªa como deb¨ªa¡±, recuerda. Poco a poco incorporaron nuevos par¨¢metros. ¡°Primero trabajas en lo esencial de la navegaci¨®n, despu¨¦s vas estudiando diferentes posiciones de la vela, luego incorporas par¨¢metros m¨¢s secundarios y al final te preguntas si la respuesta del barco es la correcta o no¡±, a?ade. Entender el comportamiento del barco, se?ala Courvoisier, es lo m¨¢s importante, m¨¢s incluso que comprender los vientos de Barcelona. ¡°Y eso lo hemos conseguido. El barco va mucho m¨¢s r¨¢pido que antes¡±, celebra el matem¨¢tico, que ha vuelto al trabajo despu¨¦s de tres d¨ªas libres. ¡°Es el periodo m¨¢s largo de descanso que he tenido este a?o. ?Vuelvo superfresco!¡±, r¨ªe. El equipo suizo estima que ha necesitado unas 60.000 horas para dise?ar y construir su AC75; y la organizaci¨®n entiende que la ejecuci¨®n continua de simulaciones en superordenadores podr¨ªa llegar a equivaler a un mill¨®n de horas laborables. ¡°Si te unes a un proyecto como este, sabes que solo te puedes dedicar a ello. Tu tiempo libre o el tiempo para tu familia se reduce mucho. Y no es sencillo¡±, apunta Courvoisier.
Sobre las diez de la ma?ana, una decena de operarios saca el AC75 del Alinghi del hangar. Empiezan los preparativos para el entrenamiento. Los trabajadores tardar¨¢n al menos una hora en fijar el m¨¢stil. Una vez en el agua, instalar¨¢n las velas. El casco pesa 6,5 toneladas y la altura alcanza los 75 pies (23 metros) obligatorios que dan nombre al modelo de barco de esta edici¨®n. El proceso de montaje tarda unas dos horas y se repite cada d¨ªa.
El dise?o del casco y la distribuci¨®n en cubierta es una de las grandes diferencias entre los equipos. Deben encajarse ocho tripulantes: dos timoneles (conducen el barco), dos trimmers (activan los foils, las aletas sumergibles con forma de ala que levantan el barco por la ley de la f¨ªsica; y las velas) y cuatro cyclors (ciclistas que funcionan como un motor humano y que generan a pedales la potencia necesaria para activar los elementos m¨®viles). El Alinghi Red Bull Racing ha dise?ado para estos ¨²ltimos una posici¨®n convencional, similar a la que asume una persona cuando practica bicicleta est¨¢tica. Nada que ver con la propuesta del American Magic (Estados Unidos), que los sit¨²a de espaldas al mar, mirando al cielo y con una postura m¨¢s horizontal. En contraprestaci¨®n, el casco es notablemente m¨¢s bajo. ¡°Tenemos calculado que perdemos un 10% de potencia con esta posici¨®n de los cyclors, pero lo compensamos por la hidrodin¨¢mica que nos ofrece un casco m¨¢s estrecho¡±, explica Juan Luis Wood, miembro del equipo norteamericano.
Cada equipo tiene su receta m¨¢gica, pero nadie se atreve a asegurar cu¨¢l es la ganadora. Todos esconden las mejores cartas. A¨²n es recordada la jugarreta sem¨¢ntica que realiz¨® en 2017 el Team New Zealand para ganar potencia en alta mar. La normativa obligaba a los tripulantes a activar ¡°manualmente¡± los mecanismos del barco. Pero como todos utilizaban manos, codos y pies para ir m¨¢s r¨¢pido, el equipo neozeland¨¦s pidi¨® cambiar el concepto ¡°manual¡± por ¡°humano¡±. De este modo se garantizaba una actividad 100% normativa. Lo que no sab¨ªan los rivales es que los neozelandeses hab¨ªan estado trabajando secretamente en un proyecto para sustituir los tradicionales grinders (generaban la potencia moviendo manualmente unas manivelas) por los actuales cyclors, capaces de generar casi el doble de vatios con las piernas, y quer¨ªan que el reglamento los amparara. El equipo neozeland¨¦s arras¨® en la Match-Race final de aquella edici¨®n (venci¨® uno a siete).
La tradici¨®n establece que el equipo ganador organiza la siguiente edici¨®n. Como campeones de 2021, el Team New Zealand est¨¢ a cargo del evento de Barcelona. Su posici¨®n les da derecho a redactar las normas de la competici¨®n (la propia sede, el tipo de velero y el n¨²mero de navegantes que compiten, por ejemplo) y el formato de las regatas. Cada edici¨®n puede cambiar y el defensor siempre tiene ventaja. Tanta, que incluso disputa ¨²nicamente el Match, la carrera definitiva que se celebra a partir del 12 de octubre y que determina el campe¨®n de la Copa Am¨¦rica tras ganar siete regatas. Su rival en esta ¨²ltima prueba saldr¨¢ de una competici¨®n previa (la Louis Vuitton Cup) que disputar¨¢n los cinco equipos restantes (el Orient Express franc¨¦s, el Ineos brit¨¢nico y el resto ya mencionados) entre el 29 de agosto y el 5 de octubre. La organizaci¨®n prev¨¦ picos de 100.000 visitantes diarios en Barcelona en el tramo final, lo que pondr¨¢ a prueba de nuevo la sensible relaci¨®n de la ciudad con el turismo de masas.
Bachelin sale del vestuario preparado para zarpar. Casco, gafas, sistema de comunicaci¨®n, chaleco salvavidas, ox¨ªgeno, camiseta larga para evitar la radiaci¨®n solar. Est¨¢ listo.
¡ª?Y este cuchillo?
¡ª?C¨®mo crees que podr¨¦ escapar si el barco vuelca y quedo atrapado en una cuerda? ¡ªresponde.
El mar no perdona. El regatista Andrew Simpson muri¨® en 2013 en un accidente mientras entrenaba para la Copa Am¨¦rica de aquel a?o. Qued¨® atrapado bajo el barco.
Los tripulantes deben realizar un curso de supervivencia para saber reaccionar en caso de volcar. ¡°Te sumergen en el agua y no te dejan salir para que vivas una situaci¨®n de mucha tensi¨®n¡±, se?ala Bachelin. Tienen que cruzar el barco por debajo del agua y resolver escenas de vida o muerte. ¡°Es donde pasas m¨¢s miedo, ?es muy desagradable! Te dicen que lo m¨¢s importante es mantener la calma, pero es lo primero que pierdes. En condiciones normales puedo aguantar dos minutos bajo el agua sin respirar, pero en situaciones de estr¨¦s no superar¨ªa ni los 30 segundos¡±, confiesa.
El AC75 empieza a navegar. Le siguen tres lanchas para recoger datos de rendimiento en directo y mantenerse en contacto con la tripulaci¨®n. Los pasajeros de las tradicionales golondrinas o de los lujosos yates saludan cuando se cruzan con el velero. Probablemente desconocen que est¨¢n frente a campeones del mundo de remo, medallistas ol¨ªmpicos de vela, campeones nacionales de atletismo e incluso un integrante del m¨ªtico conjunto de Oxford de remo. Algunos han renunciado incluso a los Juegos Ol¨ªmpicos para formar parte del equipo.
El espect¨¢culo empieza cuando el AC75 deja el muelle atr¨¢s. Es la una de la tarde y el viento infla las velas. Toma velocidad y, a los pocos segundos, el velero vuela. No por conocida (los foils se introdujeron en la competici¨®n en 2013), la imagen pierde valor. Parece magia. ?nicamente el tim¨®n y uno de los foils mantienen contacto con el agua y habilitan la estabilidad del barco. El resto del casco se mantiene por encima de la superficie.
Los foils utilizan los mismos principios f¨ªsicos que unas alas de avi¨®n para levantar el barco. Cuando cambian la inclinaci¨®n estando sumergidos, logran que el agua fluya por encima de la aleta m¨¢s r¨¢pido que por debajo. La presi¨®n en la parte superior es menor que en la parte inferior y el barco se eleva. El casco no toca la superficie, y al tener ¨²nicamente dos puntos de fricci¨®n con el mar, la velocidad es mucho mayor. El American Magic estableci¨® en 2021 un r¨¦cord de 98 kil¨®metros por hora con su AC75 y la organizaci¨®n prev¨¦ que la cifra aumente en Barcelona por las mejoras tecnol¨®gicas. ¡°La clave para ganar es anticiparte a los rivales y condicionarlos con tu rumbo¡±, se?ala Bachelin.
Lo m¨¢s inc¨®modo es hundir la proa en el agua. El barco frena de golpe. Ocurre cuando crece el oleaje y los foils sumergidos pierden contacto con el agua al sobresalir. Sin punto de apoyo, el casco necesita reposar sobre la superficie y el velero cae. Es en este momento cuando Nils Theuninck, uno de los cyclors, maldice en voz baja. A sus 27 a?os, a veces cuesta empatizar con los fallos ajenos. ¡°No siempre es f¨¢cil perdonar los errores de los compa?eros porque quien paga el precio somos nosotros, los cyclors. Tenemos que pedalear fuerte de nuevo y acumulas mucha fatiga¡±, reflexiona este atleta de muslos superdotados. De su capacidad para generar vatios depende que se recupere la velocidad. ¡°Al principio me costaba m¨¢s aceptar que alguien se equivocara, pero con el tiempo aprendes que no puedes controlarlo todo¡±.
El Alinghi Red Bull Racing navega cerca del American Magic y luego tambi¨¦n pasa por delante del Luna Rossa italiano. Todos buscan optimizar su rendimiento a pocos d¨ªas del inicio de la prueba, aunque deben hacerlo a mucha distancia. La normativa prohib¨ªa hasta hace poco m¨¢s de un mes a los equipos entrenar juntos para comparar prestaciones o realizar carreras uno al lado del otro. ¡°La primera vez que sabes si has hecho tu trabajo bien es cuando comienza la competici¨®n¡±, asume Bachelin. ¡°Trabajas tres a?os sin compararte con nadie y siempre peleas contigo mismo. La incertidumbre de comprobar tu nivel real es lo m¨¢s dif¨ªcil de gestionar¡±, se suma el matem¨¢tico Courvoisier.
Tras dos horas de navegaci¨®n, el conjunto suizo cambia sus piezas. Llega una lancha con cuatro cyclors frescos que sustituyen a los que ya han dado todo de s¨ª. Es hora de volver a la base para el primer grupo. Alimentarse, beber y recuperar unos m¨²sculos que deben aguantar una regata entera. ?Cu¨¢ntos vatios mueve un cyclor? ¡°Muchos¡±, responde Theuninck, sin dar m¨¢s detalles. ?M¨¢s de 1.000 en el pico de esfuerzo? El cyclor sonr¨ªe p¨ªcaro. ?Llegas a 2.000? ¡°Me temo que no¡±, admite. El joven explica que dar una cifra exacta dar¨ªa pistas a los rivales y se?ala que el objetivo de los cyclors es aguantar los 20 o 25 minutos que dura una regata con un rendimiento ¨®ptimo. ¡°Nuestro esfuerzo en el agua fluct¨²a mucho, no es constante como ser¨ªa una contrarreloj ciclista. Asumimos picos de alta intensidad, aunque sin llegar al m¨¢ximo como har¨ªa un espr¨ªnter en el Tour¡±.
El barco vuelve a la base y aparecen los barcos esp¨ªa. Todos los equipos buscan descubrir un dise?o, un detalle, lo que sea, para conocer mejor al contrincante. Pero la forma de recabar la informaci¨®n ha cambiado. La organizaci¨®n ejecut¨® hasta junio el programa Recon, un formato de reconocimiento com¨²n en el que cada equipo ten¨ªa asignada una lancha que tomaba im¨¢genes de su AC75 en el mar y que, posteriormente, se compart¨ªan con el resto de los conjuntos junto a un informe. As¨ª se evitaban las habituales y arriesgadas persecuciones en alta mar entre veleros y lanchas rivales; encontrar buzos husmeando los cascos en el mar; o fot¨®grafos infiltrados y escondidos en una base, como hab¨ªa ocurrido en anteriores ediciones. ¡°Lo que realmente deseo ver es lo que hay dentro de los ordenadores de los rivales y conocer los sistemas electr¨®nicos del barco¡±, resume Ardern, el director del equipo de navegaci¨®n.
Por la tarde, Bachelin se re¨²ne con Andrea Emone, la analista de datos, y ponen en com¨²n el rendimiento del d¨ªa en una sala de la base. ¡°Sent¨ª que el barco no era del todo estable¡±, comparte el joven. La voz del timonel representa la voz del equipo e ilustra la comuni¨®n de los tripulantes con el AC75. Emone observa un ordenador que preside la mesa. ¡°No parece que haya ning¨²n problema¡±, responde con los ojos clavados en la pantalla. ¡°La inestabilidad parece producto de la meteorolog¨ªa¡±, a?ade. Buena se?al.
¡ª?Cre¨¦is realmente que pod¨¦is ganar?
¡ªLa convicci¨®n de ganar viene de saber que lo que has hecho hasta ahora es lo correcto Y lo hemos hecho muy bien. Si sales a competir con dudas, no ganar¨¢s ¡ªreivindica Theuninck.
A Ardern se le encienden los ojos: ¡°No hay absolutamente nadie en este equipo que haya dedicado tres a?os de su vida, con las renuncias personales y familiares que implica, que no crea que podemos ganar, te lo aseguro¡±, responde con la voz firme. Empieza la Copa Am¨¦rica de vela de Barcelona. A navegar. Y a volar.