Songs of Birdland: nanas para la generaci¨®n Youtube
Con m¨¢s de 350.000 suscriptores y 125 millones de escuchas, este canal de canciones de cuna se ha convertido en el insospechado medio de vida de la pianista Almudena D¨ªez y el compositor Antonio Fern¨¢ndez
Songs of Birdland vive en el rinc¨®n opuesto de internet a Baby Shark. Si uno teclea en la barra de b¨²squeda ¡°m¨²sica para beb¨¦s¡±, los resultados escupen colores chillones, animaciones chungas y, sobre todo, ramplonas versiones musicales de temas predecibles. Pero entre los primeros puestos se cuelan tambi¨¦n las car¨¢tulas de Songs of Birdland, un canal de YouTube que, tras limpias ilustraciones en colores neutros, esconde cuidados arreglos de m¨²sica cl¨¢sica, delicadas versiones jazz¨ªsticas y sofisticadas composiciones originales. ¡°Hemos hecho nanas hawaianas a partir de canciones tradicionales, standards de jazz, ¨®peras¡ Nos flipa el g¨¦nero y queremos dignificarlo¡±, dice el compositor Antonio Fern¨¢ndez (Alicante, 48 a?os), que cre¨®, junto a su pareja, la pianista Almudena D¨ªez (Madrid, 41), el canal que hoy es su medio de vida.
¡°Cuando empezamos vimos que hab¨ªa much¨ªsimos canales para beb¨¦s en YouTube, pero ninguno nos gustaba: la m¨²sica ten¨ªa el t¨ªpico sonido midi cutre, sonaba a sintetizador, a caja de m¨²sica repetitiva y digital¡±, dice Almudena, cuyo alias para el proyecto es Mu Dimon. ¡°Est¨¢bamos pensando en tener nuestro primer hijo y digamos que nos pareci¨® que estaba todo hecho sin cari?o¡±, a?ade Antonio, alias Rubio Faviere. Fue esa intenci¨®n de hacer algo cuidado y artesanal la que encontr¨® un hueco en un mercado muy saturado.
Todo empez¨® con la crisis. En 2013 la pareja decidi¨® irse a Los ?ngeles. Ella, tras 14 a?os de conservatorio, era profesora de piano; ¨¦l, con una formaci¨®n ¡°m¨¢s desordenada¡± de guitarra, jazz, orquestaci¨®n o armon¨ªa, ten¨ªa varias bandas (Biodramina Mood, donde hace ¡°lounge de c¨¢mara¡±, o Madagascar, ¡°un grupo de jazz instrumental¡±) y se dedicaba a la composici¨®n en el sector audiovisual (bandas sonoras, anuncios). ¡°La crisis estaba acabando, pero eso no lo sab¨ªamos, no sal¨ªa trabajo. As¨ª que nos piramos, a lo loco¡±, cuenta Antonio en el sal¨®n del piso madrile?o en el que viven con sus dos hijos, de cinco y siete a?os.
Nunca hab¨ªan estado en Los ?ngeles. Pero a trav¨¦s de amigos de amigos consiguieron una red de contactos. ¡°Tuvimos suerte y empezamos a recibir encargos¡¡±, dice Antonio. Jingles, m¨²sica para teasers, para animaci¨®n, la banda sonora de Saving Flora, con Jenna Ortega y David Arquette¡ Una marca de productos infantiles les pidi¨® una m¨²sica relajante para beb¨¦s. ¡°Nos gust¨® mucho hacerla y vimos que las nanas tienen su punto¡±, explica Antonio, que se percat¨® de que muchos de sus temas favoritos eran en realidad nanas: Midnight Indigo, de Duke Ellington; Bamboo Lullaby, de Martin Denny; Albatross, de Fleetwood Mac¡ ¡°Porque ?qu¨¦ es una nana?¡±, se pregunta el compositor, ¡°si haces una m¨²sica que tenga un tempo lento, sin mucho rango din¨¢mico, donde nunca suene de repente algo fuerte, en la que el matiz del int¨¦rprete sea suave, piano, nada abrupto y donde la armon¨ªa resulte agradable, no oscura¡ Cualquier cosa que hagas es una nana¡±.
¡°En Espa?a todo el mundo estaba depre, pero en Los ?ngeles hab¨ªa un mood muy animado¡±, dice Antonio. ¡°All¨ª hay tanto movimiento, tanta gente haciendo cosas, que te apetece probar distintos proyectos¡±, a?ade Almudena. Lo bautizaron en honor a una de las canciones que se mandaban cuando empezaron a salir, Lullaby of Birdland, ¡°la versi¨®n de Sarah Vaughan¡±, especifica Antonio. Songs of Birdland se convirti¨® en un proyecto lateral del que se ocupaban en sus ratos libres, pero la vida, el trabajo y un embarazo lo aparc¨®. Por curiosidad, tras un a?o sin subir nada se asomaron a las anal¨ªticas. Uno de los temas, la versi¨®n de All the Things You Are, un standard de jazz de los a?os cuarenta, hab¨ªa llegado a las 70.000 escuchas. ¡°Entonces nos flipamos¡±, dice Antonio, ¡°y me lie a hacer nanas jazz¡±.
El canal siempre ha tenido dos partes, m¨²sica cl¨¢sica y jazz. Almudena se ocupa de interpretar y arreglar las piezas de piano cl¨¢sico: ¡°Pon que tengo ¡®La reina de la noche¡¯, de Mozart, de La flauta m¨¢gica, el tema de los gorgoritos, si quiero que sea para ni?os, no puede ser tan virtuos¨ªstico, hay que hacerlo m¨¢s balada, suavizarlo un poquito¡±. Antonio se ocupa de la parte de jazz componiendo temas propios y versionando otros de dominio p¨²blico, como hizo en el ¨¢lbum Rhapsody in Blue Is a Hawaiian Lullaby sobre la m¨ªtica obra de Gershwin, para el que grab¨® con una peque?a orquesta de saxo, trompeta, clarinete, viol¨ªn, chelo, bajo, guitarras, percusi¨®n¡
El siguiente subid¨®n fue recibir mensajes de padres que les hab¨ªan descubierto para dormir a sus beb¨¦s, pero acabaron aficionando a su m¨²sica para trabajar o relajarse. Y de vuelta en Espa?a, otra alegr¨ªa: ¡°Empezaron a funcionar superbi¨¦n v¨ªdeos antiguos de piano cl¨¢sico sin hacer nada nosotros, cosas del algoritmo¡¡±, dice Almudena. La hip¨®tesis es que al posicionarse mejor por las nanas jazz, para las que no hay tanta competencia, empezaron a hacerse visibles sus versiones cl¨¢sicas. ¡°Y eso fue la revoluci¨®n¡±, dice Antonio, ¡°porque no hay mucha gente que busque ¡®jazz para beb¨¦s¡¯, pero que busque ¡®Baby Mozart¡¯ hay mogoll¨®n¡±.
Al poco, empresas internacionales de productos infantiles empezaron a pagar licencias para usar su m¨²sica y desde la pandemia ambos se dedican 100% al proyecto, donde hacen todo: componen, graban, producen, dise?an, gestionan. No hablan de estrategia. Repiten que tuvieron suerte, probaron, se dieron coincidencias¡ ¡°Todo surgi¨® de manera superorg¨¢nica¡±, dice Almudena. ¡°Si nos hubi¨¦semos sentado a pensar qu¨¦ pod¨ªamos hacer para ganar dinero, nunca se nos hubiera ocurrido¡±, a?ade Antonio.
Songs of Birdland tiene m¨¢s de 350.000 suscriptores y 125 millones de escuchas en YouTube. La mayor¨ªa de su p¨²blico est¨¢ en Estados Unidos, Jap¨®n, Australia y Reino Unido y han licenciado temas para empresas asi¨¢ticas y americanas. Todo sin expertos de marketing online de por medio. ?No saldr¨ªa m¨¢s a cuenta pagar a un asesor que a un saxofonista? ¡°Para ganar dinero, seguro, igual estamos desaprovechando el potencial¡¡±, dice Almudena. ¡°Pero somos as¨ª¡±, a?ade Antonio. ¡°Internet est¨¢ petado de m¨²sica para beb¨¦s, pero son todo librer¨ªas, lo nuestro es muy artesanal y le debe gustar al algoritmo¡±. ¡°La verdad es que nadie sabe c¨®mo funciona¡±, dice Almudena. ¡°A nosotros casi siempre nos ha sorprendido para bien, pero da v¨¦rtigo¡, y luego est¨¢ la inteligencia artificial, con la que ya se hacen cosas incre¨ªbles¡±. ¡°Pero somos optimistas¡±, zanja Antonio. ¡°Hacemos m¨²sica original, producida 100% por humanos y, sobre todo, que la hacemos con cari?o. Y eso es importante¡±.