?Cu¨¢ndo sincronizaron los relojes todos los pa¨ªses del mundo?
Hasta finales del siglo XIX los relojes no estaban acompasados. Tampoco exist¨ªan los husos horarios. Esta es la historia de una armonizaci¨®n temporal en la que el ferrocarril tuvo gran relevancia.
Una cuesti¨®n aparentemente tan trivial como preguntar ?qu¨¦ hora es? ha tenido respuestas muy complejas en determinados momentos de la historia. El origen de dividir las horas de luz y las de oscuridad en 12 procede de Egipto, y a su vez ellos se lo apropiaron de Sumeria, donde utilizaban el sistema sexagesimal, que es el que todav¨ªa usamos para medir los grados de un ¨¢ngulo. Durante el d¨ªa era f¨¢cil, se pon¨ªa un palo en el suelo y se hac¨ªan 12 divisiones. Lo complicado llegaba por la noche. Para eso se val¨ªan de unas constelaciones, llamadas decanos, que empleaban para contar las horas. Este s...
Una cuesti¨®n aparentemente tan trivial como preguntar ?qu¨¦ hora es? ha tenido respuestas muy complejas en determinados momentos de la historia. El origen de dividir las horas de luz y las de oscuridad en 12 procede de Egipto, y a su vez ellos se lo apropiaron de Sumeria, donde utilizaban el sistema sexagesimal, que es el que todav¨ªa usamos para medir los grados de un ¨¢ngulo. Durante el d¨ªa era f¨¢cil, se pon¨ªa un palo en el suelo y se hac¨ªan 12 divisiones. Lo complicado llegaba por la noche. Para eso se val¨ªan de unas constelaciones, llamadas decanos, que empleaban para contar las horas. Este sistema ten¨ªa un problema. Funcionaba muy bien cerca del ecuador, puesto que d¨ªas y noches tienen 12 horas todo el a?o, pero a medida que vas hacia el sur o hacia el norte las horas de luz en verano son m¨¢s largas y en invierno m¨¢s cortas. El astr¨®nomo griego Hiparco de Nicea propuso dividir el d¨ªa en 24 horas equinocciales, de forma que duraran lo mismo durante todo el a?o. Este procedimiento fue adoptado por civilizaciones como la romana, aunque no se universaliz¨® hasta los primeros relojes mec¨¢nicos en el siglo XIV. Durante gran parte de la historia, los relojes eran caros y fallaban mucho, por lo que se segu¨ªan utilizando los de sol. Esto supone un problema. A medida que nos desplazamos de este a oeste, la hora va cambiando seg¨²n avanza el sol, por lo que en un pueblo ser¨¢ una hora, pero en otro pueblo situado 50 kil¨®metros al oeste ser¨¢ m¨¢s pronto. Este sistema en el que cada ciudad ten¨ªa su propia hora estuvo vigente hasta finales del siglo XIX.
Hubo un invento que oblig¨® a unificar los horarios. El ferrocarril. Hac¨ªa falta una norma homog¨¦nea para saber a qu¨¦ hora llegaba y sal¨ªa el tren. El primero que propuso el sistema internacional de husos horarios fue el ingeniero de ferrocarriles brit¨¢nico sir Sandford Fleming en 1870. Esta pr¨¢ctica se instaur¨® 14 a?os despu¨¦s en la conferencia del meridiano celebrada en Washington, en la que se acord¨® tomar como referencia el meridiano de Greenwich para establecer 24 husos horarios diferentes. Aun as¨ª, la unificaci¨®n definitiva de horas y calendarios se hizo en la conferencia de Par¨ªs de 1912, donde se aprob¨® un huso horario cada 15 grados de longitud. De esta forma, la hora de Greenwich se considera la Greenwich Mean Time (GMT), que equivale a la Coordinated Universal Time (UTC). Pero, como en todo, hay excepciones a estos husos. Con el cambio del milenio, algunas islas del Pac¨ªfico modificaron su huso horario. Quer¨ªan atraer a turistas ¨¢vidos en ser los primeros en cambiar de milenio. China, a pesar de extender su territorio en tres husos horarios diferentes, tiene la misma hora para todo el pa¨ªs, y luego est¨¢ Espa?a.
La unificaci¨®n de horarios en Espa?a lleg¨® el 1 de enero de 1901. Se estableci¨® que la hora oficial ser¨ªa la del meridiano de Greenwich (que por algo pasa por X¨¤bia y D¨¦nia). Y como en China en la actualidad, esta hora se aplic¨® a todo el territorio espa?ol incluidas las islas Canarias. Hasta 1922 no se retras¨® la hora de Canarias, lo que constituy¨® un gran acierto¡ para el turismo. La famosa coletilla de ¡°una hora menos en Canarias¡± es la mejor forma de conseguir publicidad gratuita para las islas. Durante la Guerra Civil, la zona republicana ten¨ªa una hora menos que la sublevada, algo que se unific¨® al acabar la guerra utiliz¨¢ndose la hora del bando ganador. En el a?o 1940 se volvi¨® a cambiar la hora para que Espa?a no siguiera el horario que le corresponde geogr¨¢ficamente (el de Greenwich, que, recordemos, pasa por Espa?a), sino para seguir el de Berl¨ªn y Roma, lo que se conoce como hora central europea. Esto hace que Espa?a tenga el d¨ªa tan largo y que en invierno nos levantemos para ir a trabajar y que todav¨ªa sea de noche, sobre todo en Galicia, donde por su situaci¨®n geogr¨¢fica anochece casi dos horas m¨¢s tarde de lo que le corresponder¨ªa si siguiera el horario solar. El sol de medianoche de Betanzos en junio no tiene demasiado que envidiarle al de Trondheim. Un accidente hist¨®rico.
J. M. Mulet es catedr¨¢tico de Biotecnolog¨ªa.
El cambio de marzo y octubre
La primera modificaci¨®n oficial del horario de verano se hizo en las ciudades de Port Arthur y Orillia en Ontario (Canad¨¢) en 1908. Y a escala nacional se aplic¨® en Alemania y en los pa¨ªses pertenecientes al Imperio Austroh¨²ngaro a partir del 30 de abril de 1916. Acabada la Primera Guerra Mundial, algunos pa¨ªses dejaron de hacerlo y otros lo mantuvieron. En la Segunda Guerra Mundial volvi¨® a hacerse y luego a quitarse, para quedar definitivamente establecido a partir de los a?os setenta del siglo XX debido a la crisis del petr¨®leo, como forma de ahorrar energ¨ªa. Aunque nunca ha sido algo universal. Muchos pa¨ªses de ?frica o del sureste asi¨¢tico nunca lo han aplicado, y excepto en Chile y Paraguay, en el resto de Sudam¨¦rica o Centroam¨¦rica ya no lo aplican. En general estos pa¨ªses han estabilizado durante todo el a?o el horario de verano. ?Sirve para ahorrar energ¨ªa? Todo parece indicar que no.