Marc Bibiloni, un galerista y sus enormes ambiciones se mudan a Madrid

La nave en el n¨²mero 12 de la calle del Divino Vall¨¦s, en el barrio de las Delicias de Madrid, iba a ser un supermercado de esa franquicia que ya se ve en tantas otras calles a su alrededor. Pero algo pas¨®. Pas¨® que Marc Bibiloni (Palma de Mallorca, 33 a?os), galerista de arte contempor¨¢neo de gran ¨¦xito en Mallorca, decidi¨® que o abr¨ªa ahora su so?ada galer¨ªa madrile?a o no lo har¨ªa nunca. Pas¨® que el local cumpl¨ªa todos los requisitos que ¨¦l se hab¨ªa impuesto, los techos altos, claraboyas con luz natural, arquitectura centenaria. Pas¨® que Bibiloni cogi¨® un avi¨®n desde Mallorca horas despu¨¦s de dar con ¨¦l en Idealista desde una finca de la sierra Tramuntana y no necesit¨® ver m¨¢s. ¡°Lo primero que te imaginas en un sue?o as¨ª es el espacio donde vas a exponer. Era literalmente este¡±, esgrime ahora. Pas¨® todo esto y ahora pasa que la galer¨ªa Marc Bibiloni se inaugura estos d¨ªas en Madrid.

Si todo galerista es un peque?o empresario con alma de artista, Marc Bibiloni brilla especialmente en lo segundo. En el que hasta ahora era su espacio, La Bibi, en Palma, cada exposici¨®n parec¨ªa pr¨¢cticamente una obra de arte: su gran inauguraci¨®n, en septiembre de 2021, consisti¨® en exponer la obra biofuturista del artista ucranio Aljoscha no en la sede mallorquina, sino inundando de obras el palacio de Santo?a de Madrid. Aquello dio titulares a lo largo y ancho del mundillo. ¡°La idea era tener un proyecto itinerante. Quer¨ªa que fuera una galer¨ªa, pero en diferentes espacios que escog¨ªamos con los artistas. Que el continente se adaptara al contenido¡±, rememora hoy. En diciembre de 2022 tocaba exponer a la mete¨®rica pintora Marria Pratts en Brooklyn. ?xito rotundo. Pratts, en las principales cabeceras del sector. Otras paradas de La Bibi: Par¨ªs, Venecia. Luego, Bibiloni recapacit¨®: ¡°Me di cuenta de que si yo quer¨ªa representar bien a los artistas, necesitaba tener un programa en un espacio¡±.

Pero la l¨®gica de este galerista, para quien el maximalismo no es una opci¨®n sino una forma de existir, qued¨® asentada: ¡°Tiendo a arriesgar much¨ªsimo con todas las propuestas. Si un artista me propone una exposici¨®n que sea una superinstalaci¨®n flotante, que s¨¦ que no tendr¨¢ viabilidad econ¨®mica, soy el tipo de persona que acepta encantado. Porque s¨¦ que esos proyectos luego son los que van a despertar el inter¨¦s de una instituci¨®n, y eso puede dar exposiciones m¨¢s interesantes¡±.

De joven, s¨ª, Bibiloni era un so?ador. ¡°Era muy independiente. Andaba mucho solo, me pod¨ªa tirar horas jugando con una botella imagin¨¢ndome cosas¡±, relata. ¡°Cuadraba mi vida dando por hecho que iba a ser artista. Pero me sali¨® una vena emprendedora¡±. A los 22 a?os, tras la carrera de Comunicaci¨®n Audiovisual y un a?o en Barcelona intentando encajar en una oficina, se mud¨® a Londres. All¨ª conoci¨® al legendario dise?ador Paul Smith, quien contra todo pron¨®stico le dio empleo. ¡°Me puso a gestionar su enorme colecci¨®n de arte contempor¨¢neo. Paul compra obras que van del siglo XV a la actualidad, no tiene filtro. Tambi¨¦n es el mecenas de David Bailey o Ann Carrington. Algunas piezas van a su colecci¨®n, otras a su galer¨ªa en Albemarle Street¡±. Cualquier posibilidad de trabajar fuera del mundo del arte muri¨® ah¨ª mismo.

Bibiloni volvi¨® a Mallorca cuatro a?os despu¨¦s, fue director de una galer¨ªa alemana y luego fund¨® La Bibi. Aljoscha, a quien conoci¨® en la primera galer¨ªa, le ha seguido en todas sus aventuras. Entre otros artistas que trae a Madrid est¨¢ la imparable Ela Fidalgo, Anna Nero, Bianca Barandun, Manu Garc¨ªa o Michael Staniak. ¡°Pido perd¨®n pero lo tengo que decir: mi forma de ver el galerismo es poner todos mis esfuerzos en que los artistas que represento acaben en un libro de historia del arte. Es un sue?o grande, no una pretensi¨®n. Eso lleva a que veo las relaciones con los artistas a largo plazo, para toda la vida¡±.