¡°Multar por salir a pasear requiere mucha empat¨ªa¡±
Entre 15.000 y 20.000 guardias civiles patrullan cada d¨ªa calles, pueblos y carreteras para hacer cumplir el estado de alarma, con una media de 6.000 propuestas de sanci¨®n
El cabo Antonio llevaba 20 a?os sin ponerse el uniforme. Desde principios de los a?os noventa pertenece al servicio de escolta de la Casa del Rey y ¡°siempre iba de paisano¡±. ?l, que ahora trabaja en Caraba?a (1.900 habitantes, a 50 kil¨®metros de Madrid), es uno de los muchos guardias civiles que se han presentado voluntarios para integrarse en los servicios de seguridad ciudadana que el instituto armado realiza con el despliegue de entre 15.000 y 20.000 agentes diariamente por pueblos y carreteras. El objetivo es velar por el cumplimiento del estado de alarma decretado el pasado 14 de marzo pa...
El cabo Antonio llevaba 20 a?os sin ponerse el uniforme. Desde principios de los a?os noventa pertenece al servicio de escolta de la Casa del Rey y ¡°siempre iba de paisano¡±. ?l, que ahora trabaja en Caraba?a (1.900 habitantes, a 50 kil¨®metros de Madrid), es uno de los muchos guardias civiles que se han presentado voluntarios para integrarse en los servicios de seguridad ciudadana que el instituto armado realiza con el despliegue de entre 15.000 y 20.000 agentes diariamente por pueblos y carreteras. El objetivo es velar por el cumplimiento del estado de alarma decretado el pasado 14 de marzo para contener la expansi¨®n del coronavirus que asola Espa?a (16.972 fallecidos oficiales) y el mundo (109.114). La Guardia Civil, con una media de 6.000 propuestas de sanci¨®n diarias, es el cuerpo de seguridad m¨¢s castigado por la Covid-19, con seis fallecidos, y 1.200 positivos y 2.600 en cuarentena (a 8 de abril).
Sin embargo, ¡°multar a alguien por salir a pasear, o por ir acompa?ado de otra persona a la compra requiere mucha empat¨ªa; no queremos ser vistos como una fuerza represora, sino como una ayuda social para luchar contra una de las peores pandemias que se recuerda en la historia¡±, dice el agente Luis, que presta servicio en el cuartel de Majadahonda (71.700, habitantes, a 20 kil¨®metros de Madrid).
Nada tiene que ver la labor que desempe?an los guardias en entornos urbanos, donde son numerosas las propuestas de sanci¨®n diarias, con la que realizan en zonas rurales, donde casi brillan por su ausencia las multas y su funci¨®n es m¨¢s humanitaria: ¡°En un pueblo peque?o, la Guardia Civil es un vecino m¨¢s, nos conocemos todos, y nuestro trabajo consiste en ayudar a quienes lo necesitan con la compra, con las medicinas...¡±, explica el cabo Diego, responsable del puesto de Caraba?a, con ocho componentes: ¡°Cuatro patrullas por la ma?ana y otras cuatro por la tarde para cuatro poblaciones: Caraba?a, Orusco (1.202 habitantes), Ambite (601) y Villar del Olmo (1.967), y dos residencias de ancianos¡±.
¡°Nos coordinamos con Protecci¨®n Civil, que es quien est¨¢ en contacto con los alcaldes, y son ellos quienes nos dan los avisos¡±, explica Diego.
Antes de comenzar el servicio, el cabo le recuerda a su brigada que les traiga mascarillas, al mismo tiempo que carga el material que deben repartir en una de las residencias de mayores. Se trata de la residencia Bellaescusa, en Orusco. "Aqu¨ª se ha sufrido como en todas partes la falta de material de protecci¨®n, sobre todo al principio¡±, se?ala la trabajadora social del centro (152 residentes), mientras recoge las cajas con mascarillas y monos que le llevan los agentes del instituto armado. ¡°Solo ha muerto uno, con la Covid-19 confirmada¡±, matiza, sin aportar m¨¢s datos, ni de pacientes ni de personal infectado. ¡°Ahora ya estamos bien, las trabajadoras que siguen en sus puestos, aunque son muchas menos van bien equipadas¡±, asegura.
El cabo Diego tambi¨¦n asegura que ¡°ahora, con los refuerzos de agentes" de la Casa del Rey, est¨¢n bien cubiertos, pero son varios los alcaldes de la llamada Espa?a vaciada que han denunciado la escasez de efectivos para atender sus pueblos. Una situaci¨®n que responde a la distribuci¨®n territorial desigual del instituto armado, que ha conllevado el cierre de muchos cuarteles por falta de personal.
En el ¨²nico comercio del pueblo abierto este viernes por la tarde, Pedro Algara y su hijo, pertrechados con sendas mascarillas, desinfectan con lej¨ªa la tienda/estanco, con la ayuda de Baby, su vecina: ¡°Aqu¨ª la gente viene por la ma?ana; por la tarde, solo desinfectar¡±, dicen detr¨¢s de la nueva mampara colocada en la caja. Viven ¡°lejos [unos de otros]¡±, pero ¡°con el susto en el cuerpo¡±, en un pueblo engalanado para Semana Santa, pero sin un alma en sus calles.
Y mientras en Caraba?a atienden las necesidades de sus ancianos y reparten material en las residencias, en Majadahonda una pareja de agentes ¡ªahora van siempre los mismos juntos para evitar contagios¡ª paran a dos mujeres que vienen juntas de hacer la compra por la Gran V¨ªa, la calle principal de la localidad.
¡ª ?Ad¨®nde se dirigen?
¡ª A casa
¡ª ?De d¨®nde vienen?
¡ª De hacer la compra
¡ª No pueden ir juntas
¡ª Nos hemos encontrado al salir.
El agente Luis y el agente Miguel ?ngel, tambi¨¦n voluntario de la seguridad de la Casa del Rey, toman nota de los nombres y comprueban sus direcciones. Les advierten de que se enfrentan a una importante sanci¨®n (de 300 a 30.000 euros) por incumplir las limitaciones de movilidad del estado de alarma y las dejan ir. ¡°No proponemos para sanci¨®n inmediata a todo el mundo, si hay reincidencia, por supuesto, si no, valoramos y tiramos de mano izquierda¡±, explican, pertrechados con guantes y mascarilla.
Dos horas antes, estaban regulando la entrada y salida de veh¨ªculos con f¨¦retros de la segunda morgue improvisada y organizada por el Gobierno de la Comunidad de Madrid (m¨¢s de 6.000 muertos por coronavirus) en la pista de hielo conocida como La Nevera de este municipio madrile?o. Todav¨ªa pueden verse desde fuera las estrellas de papel de colorines que decoran su techo, bajo el que ahora se acumulan decenas de ata¨²des. ¡°El peor d¨ªa fue el lunes pasado¡±, dicen los agentes.
De regreso al cuartel, se cruza Rodrigo, 16 a?os. Va con cascos y trata de pasar de largo, pero...
¡ª Perdone, ?ad¨®nde se dirige?
¡ª A comprar al Supercor.
¡ª ?Y d¨®nde vive?
¡ª All¨ª. Se?ala en la misma direcci¨®n de la tienda.
¡ª Entonces, ?por qu¨¦ viene por aqu¨ª, ha dado una vuelta?
¡ª Necesitaba pasear, no pod¨ªa m¨¢s en casa con mis padres.
Los agentes le toman los datos. Va indocumentado. Pero llaman a sus padres y una patrulla comprueba su direcci¨®n. Tras media hora retenido, Rodrigo puede irse, con un buen susto en el cuerpo por salir a pasear.
M¨¢s de 15.000 agentes volver¨¢n a salir hoy a las calles. ¡°Sacar al 100% de la fuerza cuando se cumplen las normas no tiene sentido¡±, dicen en la Asociaci¨®n Unificada de Guardia Civiles (AUGC). ¡°?Qu¨¦ haremos cuando comience la desescalada del confinamiento y estemos m¨¢s diezmados?¡±.
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