Nuevo presupuesto auton¨®mico a instancias de Bonig
Urge para la Comunidad Valenciana un programa pol¨ªtico de estabilidad y cooperaci¨®n que a¨²ne a todas las fuerzas
Dos abrazos sellaron el compromiso de Ximo Puig y M¨®nica Oltra de afrontar juntos una nueva legislatura auton¨®mica, la segunda desde el primer Pacto del Bot¨¢nico suscrito cuatro a?os antes. El jueves pasado se cumplieron diez meses de los simb¨®licos estrujones que renovaron los votos de colaboraci¨®n entre el PSPV-PSOE y Comprom¨ªs. Unidas Podemos sancion¨® el enlace, comprometida la organizaci¨®n de Pablo Iglesias en favorecer su viabilidad.
Sin las medidas de distanciamiento social impuestas por...
Dos abrazos sellaron el compromiso de Ximo Puig y M¨®nica Oltra de afrontar juntos una nueva legislatura auton¨®mica, la segunda desde el primer Pacto del Bot¨¢nico suscrito cuatro a?os antes. El jueves pasado se cumplieron diez meses de los simb¨®licos estrujones que renovaron los votos de colaboraci¨®n entre el PSPV-PSOE y Comprom¨ªs. Unidas Podemos sancion¨® el enlace, comprometida la organizaci¨®n de Pablo Iglesias en favorecer su viabilidad.
Sin las medidas de distanciamiento social impuestas por la pandemia, presidente y vicepresidenta del Consell estrecharon sus humanidades en la sede de las Cortes Valencianas, antes y despu¨¦s del discurso de Puig en el debate de investidura. La reivindicativa intervenci¨®n del Presidente de la Generalitat concluy¨® con una cita premonitoria de Alejandra Soler, hija predilecta de Valencia y maestra republicana: ¡°Darlo todo para ir hacia adelante. El mundo tiene que ser mejor¡±. Desde su esca?o, Oltra atendi¨® al discurso presidencial sin olvidar -perdonar siempre, olvidar nunca, Llu¨ªs Llach dixit- el gesto que hab¨ªa vivido como una gran deslealtad: la decisi¨®n de Puig de adelantar las elecciones auton¨®micas para hacerlas coincidir con los comicios generales. La crisis pand¨¦mica y su presidencialista gesti¨®n -una entiende que acertada- han agudizado las desconfianzas y a?adido metros de distancia a una separaci¨®n que ya luc¨ªa perfil abismal.
Seis meses despu¨¦s de aquel primaveral domingo de junio, las Cortes Valencianas aprobaban los Presupuestos de la Generalitat para 2020. Cifrados en 16.970 millones de euros, las cuentas auton¨®micas contaron con los votos a favor de los tres partidos del Gobierno valenciano -PSPV-PSOE, Comprom¨ªs y Unidas Podemos-, y en contra del PP, C¡¯s y Vox. En aquel momento las autoridades de Wuhan (China) ya hab¨ªan reportado a la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) un brote de neumon¨ªa de origen incierto que nos ha conducido hasta el momento actual: hoy domingo, el Consell, de com¨²n acuerdo con todos los partidos de la oposici¨®n, ha decretado luto oficial en la Comunidad Valenciana en se?al de respeto y recuerdo a las 20.000 v¨ªctimas de la pandemia y sus familias. Las cotidianas divergencias impuestas por la batalla pol¨ªtica de baja estofa, tabernaria, han sido superadas merced a un virus. Permanecen latentes, aunque silenciadas.
El presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, se ha remontado a la I Guerra Mundial -la Gran Guerra- para apelar en esta crisis a la ¡°uni¨®n sagrada¡±. El conflicto b¨¦lico provoc¨® en Francia la convergencia de todos los partidos pol¨ªticos en el momento de apoyar la guerra contra Alemania. Esa comuni¨®n o hermandad pol¨ªtica se denomin¨® ¡°uni¨®n sagrada¡±. Fue un par¨¦ntesis en la historia de nuestros vecinos galos, pero sirvi¨®.
La presidenta del PP valenciano, Isabel Bonig, reclam¨® el jueves pasado otro par¨¦ntesis para hacer frente al escenario cuando el confinamiento empiece a aligerarse y toque lidiar con la crisis econ¨®mica derivada del coronavirus. Su propuesta es elaborar y aprobar un nuevo presupuesto auton¨®mico con vigencia para lo que resta de legislatura, sin obviar que la crisis sanitaria puede recrudecerse cuando el oto?o se asome al calendario. No me parece un planteamiento errado: las prioridades reflejadas en los presupuestos aprobados en diciembre han sido superadas por las consecuencias de la pandemia, que ha impuesto otras nuevas. La primera, garantizar la asistencia sanitaria, sin triajes en funci¨®n de la edad, y su correcta dotaci¨®n en bienes, equipos y capital humano. La segunda, redise?ar el modelo sociosanitario de residencias de la tercera edad, cuya eficacia se ha mostrado insuficiente e insolvente en esta crisis. No me imagino a ning¨²n responsable pol¨ªtico valenciano negando ambas prioridades. Si lo hay, que d¨¦ la cara y explique sus reticencias.
Urge para la Comunidad Valenciana un programa pol¨ªtico de estabilidad y cooperaci¨®n que a¨²ne a todas las fuerzas pol¨ªticas y agentes sociales. Aunque no se llame ¡°uni¨®n sagrada¡±. Basta con que garantice la tregua temporal hasta que la curva de la recuperaci¨®n tenga el perfil que todos deseamos: el de la letra ¡°v¡±. Las batallas pol¨ªticas tendr¨¢n tiempo para dirimirse, dentro y fuera del Consell, cuando la salud y el bienestar de los ciudadanos no est¨¦n amenazados.