Anguita, en una entrevista en 1991: ¡°Me morir¨¦ siendo rojo¡±
El hist¨®rico l¨ªder de Izquierda Unida reivindic¨® en una conversaci¨®n con EL PA?S ¡°el papel prof¨¦tico de la izquierda¡±, porque el profeta, dec¨ªa, era aquel que avisaba de lo que iba a pasar, aunque despu¨¦s sufriera las consecuencias
Aquella ma?ana de agosto de 1991, el ¨¢nimo de Julio Anguita era el que muestra el retrato de Rodr¨ªguez Aparicio. Sentado a horcajadas en el sill¨®n de su casa de C¨®rdoba, en mangas de camisa, con la atenci¨®n puesta en aquellas frases que, m¨¢s que un titular, buscaban una inscripci¨®n en m¨¢rmol bajo su efigie de califa o de profeta. Anguita, que en aquel momento a¨²n no hab¨ªa cumplido 50 a?os, ya hab¨ªa sido alcalde de C¨®rdoba y se hab¨ªa convertido en un referente de la pol¨ªtica espa?ola. Como se puede comprobar en la entrevista, el entonces coordinador general de ...
Aquella ma?ana de agosto de 1991, el ¨¢nimo de Julio Anguita era el que muestra el retrato de Rodr¨ªguez Aparicio. Sentado a horcajadas en el sill¨®n de su casa de C¨®rdoba, en mangas de camisa, con la atenci¨®n puesta en aquellas frases que, m¨¢s que un titular, buscaban una inscripci¨®n en m¨¢rmol bajo su efigie de califa o de profeta. Anguita, que en aquel momento a¨²n no hab¨ªa cumplido 50 a?os, ya hab¨ªa sido alcalde de C¨®rdoba y se hab¨ªa convertido en un referente de la pol¨ªtica espa?ola. Como se puede comprobar en la entrevista, el entonces coordinador general de Izquierda Unida pertenec¨ªa a aquella vieja generaci¨®n de pol¨ªticos que no ve¨ªan en las preguntas de un periodista una amenaza, sino una oportunidad para explicarse. Comunista y a mucha honra, profeta si era menester, Julio Anguita acaba de cumplir lo que prometi¨® aquella ma?ana de verano.
Lea a continuaci¨®n la entrevista completa, publicada en la edici¨®n impresa de EL PA?S el 16 de agosto de 1991
¡°Me morir¨¦ siendo rojo¡±
Los profetas eran gente de izquierda. Lo reivindica Julio Anguita, y a?ade: ¡°El profeta no era un loco era alguien que dec¨ªa: ¡®Ojo¡¯. Y lo mataban. Luego ocurr¨ªa lo que hab¨ªa dicho, y si no le hab¨ªan hecho caso aparec¨ªa el fascismo¡±. Y as¨ª recuerda el coordinador general de Izquierda Unida una profec¨ªa particular, coet¨¢nea a la desaparici¨®n del muro de Berl¨ªn: ¡°Se acordar¨¢n¡±, amenaz¨®. Ahora, con los albaneses reclamando al capitalismo el trozo de ¡®pizza¡¯ prometida, Julio Anguita sentencia: ¡°Gonz¨¢lez, Andreotti y Kohl levantar¨ªan el muro otra vez¡±. Sobre la C¨®rdoba de los Omeyas divaga una afirmaci¨®n rotunda del califa en la di¨¢spora: ¡°Me morir¨¦ siendo rojo¡±. Profeta rojo, en cualquier caso.
Pregunta: ?Por qu¨¦ guarda usted silencio ante las dos posiciones enfrentadas en el seno del PCE, entre quienes desean mantener la tradici¨®n comunista y quienes por el contrario, apuestan por elaborar una nueva izquierda?
Respuesta: Es que yo no s¨¦ por qu¨¦ existe esa pol¨¦mica, en la que participan gente del partido y de fuera, como si fuera una necesidad hist¨®rica para este pa¨ªs que el PCE desapareciera. Y yo les digo: ?cu¨¢les son los cr¨ªmenes del PCE? ?Que han ca¨ªdo los reg¨ªmenes comunistas? Bien, precisamente los reg¨ªmenes que nosotros censuramos. Luego, lo que constituye un triunfo te¨®rico y pol¨ªtico del Partido Comunista no puede, en ninguno de los casos, constituir su fracaso.
P. Pero ese debate est¨¢ abierto. Y conforme se acerca el 13? congreso las posiciones se endurecen.
R. S¨ª, pero el debate no est¨¢ en el PCE. El problema en el fondo es qu¨¦ clase de Izquierda Unida va a salir despu¨¦s de los debates. Y yo la IU que quiero es la que se aprob¨® en la segunda asamblea general. Yo no estoy de acuerdo con una nueva fuerza pol¨ªtica, y que sea nueva porque sea la ¨²ltima que se apunte en el registro. No, no, no. Aqu¨ª lo que hay que cambiar es la forma de hacer pol¨ªtica.
P. ?Y esa nueva forma de hacer pol¨ªtica se va a seguir llamando Partido Comunista de Espa?a?
R. Por qu¨¦ no. Es que si nosotros cambiamos el nombre estamos abjurando de nuestra historia. Y yo me siento orgulloso de nuestra historia. Adem¨¢s, si renegamos del pasado estamos concediendo al adversario ideol¨®gico una baza, y a m¨ª no me da la gana de entregar esa baza. Yo soy comunista del PCE y me siento muy orgulloso. Hablando de democracia, de participaci¨®n y de transparencia siento que estoy en un partido capaz de darle clases a todos los dem¨¢s. ?Desaparecer yo? Por favor.
P. Entonces, ?se sigue usted sintiendo orgulloso de ser comunista?
R. Me sigo sintiendo orgulloso de ser comunista y de ser del PCE, de las dos cosas [se repite, deletreando, saboreando casi cada una de las tres letras que forman las siglas]. Del P-C-E. Lo siento, pero no soy comunista a la defensiva, sino a la ofensiva, y muy a la ofensiva. Cuando quiera nos sentamos a debatir los derechos humanos o la derecha.
P. En cualquier caso reconocer¨¢ que en la apreciaci¨®n colectiva el comunismo no significa ya lucha por los derechos de los m¨¢s desfavorecidos, sino f¨®rmula pol¨ªtica en declive.
R. Decir comunista sigue siendo lo mismo. Por eso estoy dentro de un partido que se enfrent¨® a la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Y sobre todo, los comunistas nos preguntamos: ?democracia qu¨¦ es, votar cada cuatro a?os? Eso es mentira, eso es un remedo, una mala copia, una traici¨®n a la expresi¨®n democr¨¢tica. ?Econom¨ªa de mercado? ?Y eso otro qu¨¦ es sino el nombre edulcorado que le han puesto al sistema capitalista?
P. ?Usted garantiza entonces que del pr¨®ximo congreso el partido saldr¨¢ llam¨¢ndose PCE?
R. Yo no garantizo nada. A veces me llaman el junco: puedo discutir de la estrategia pero nunca cedo sobre mis principios. Voy a combatir por el PCE.
P. ?Cu¨¢l es en 1991 la principal utop¨ªa?
R. La lucha por los derechos humanos de todo el planeta, la b¨²squeda de otro horizonte. Ah¨ª est¨¢ el debate.
P. ?Incluso en Cuba?
R. Cuba lo tiene dif¨ªcil. Aunque hay un rayo de luz cuando en las entrevistas que han tenido lugar en Mosc¨² ha habido una diferencia entre Bush y Gorbachov. Abandonar Cuba hoy ser¨ªa una indignidad. A todos los dem¨®cratas espa?oles, para todos los progresistas, abandonar Cuba ser¨ªa una traici¨®n. Si se quiere que Cuba avance hay que decirle a los adversarios: en los otros derechos humanos, en los otros, Cuba est¨¢ muy por encima de los dem¨¢s pa¨ªses, incluido M¨¦xico. En los derechos humanos de libertades formales, no. Soluci¨®n: ay¨²dese a Cuba, desbloqu¨¦esele. Perm¨ªtasele que entre en el mercado mundial, y as¨ª se ir¨¢ incorporando a la normalidad.
P. Es como m¨ªnimo curioso que usted no renuncie al marxismo cuando Gorbachov y el PCUS lo han hecho.
R. Creo que Gorbachov no ha renunciado al marxismo, porque eso ser¨ªa renunciar a una parte muy importante de su instrumental te¨®rico. Marxismo no es Marx, marxismo es Marx y todo lo que ha venido despu¨¦s.
P. ?Cu¨¢l es, a su juicio, el principal error de Gorbachov?
R. Hasta los a?os setenta y tantos hay un ¨¦xito en la URSS de ocupaci¨®n de bienes de servicio y desarrollo industrial. Ocurre que cuando empieza la tercera revoluci¨®n industrial el PCUS es un partido anquilosado, dogm¨¢tico, con un catecismo en vez de teor¨ªa, con una clase pol¨ªtica corrupta, incapaz de adecuar el sistema a los nuevos tiempos. Y es entonces cuando se vienen abajo. Quiz¨¢, contestando a la pregunta, la imputaci¨®n m¨¢s grande es que Gorbachov no ha sabido crear un hombre nuevo.
P. Cuando cay¨® el muro de Berl¨ªn, usted se sustrajo a la alegr¨ªa general. Incluso lleg¨® a realizar una fatal advertencia.
R. As¨ª es, todo el mundo ech¨® las campanas al vuelo y yo dije: ¡°Se acordar¨¢n, porque el muro se ha ca¨ªdo para todos¡±. Y anda que no es verdad. Si todav¨ªa pudieran, Andreotti, Gonz¨¢lez y Kohl, y todos los dem¨¢s, levantar¨ªan el muro de nuevo. Porque ahora tienen que dar respuesta a los miles de emigrantes que llegan seducidos por la imagen que presenta el capitalismo. Yo he estado con h¨²ngaros que viv¨ªan muy bien pero que, adem¨¢s, quer¨ªan tener coches. Y cuando un gilipollas de dirigente, y digo gilipollas, me dijo: ¡°Ya hasta tenemos atascos en Budapest¡±, yo le dije: ¡°T¨² lo que eres es un gilipollas¡±.
P. ?Cree usted que detr¨¢s de las posiciones en defensa de la disoluci¨®n del PCE est¨¢ un intento encubierto de incorporaci¨®n al PSOE?
R. Yo no puedo aseverar eso. No quiero atribuirle presunciones a nadie. Es m¨¢s, recuerdo una famosa conversaci¨®n que tuve con Enrique Curiel en la que me dijo: ¡°Yo desde luego tengo una cosa clara, nunca me ir¨¦ al PSOE¡±. Y yo le respond¨ª que nunca lo hab¨ªa pensado, y que nunca, adem¨¢s, pod¨ªa pedirle que no se fuese. Escusatio non petita, acusatio manifiesta.
P. ?Son precisamente las que hablan de disoluci¨®n?
R. Hoy hay un debate en la izquierda que a m¨ª, francamente, me hace sonre¨ªr. C¨®mo es posible que el nuevo partido surgido del PCI no tenga un m¨ªnimo documento econ¨®mico. ?Cu¨¢l es el horizonte del PDS, por qu¨¦ combate? Cuando sale un nuevo partido de izquierda tiene que fijar cu¨¢les son los ejes de su visi¨®n del mundo, aunque no lo consiga nunca. Todo lo dem¨¢s es camelo sem¨¢ntico, hojarasca, farfolla, paja, volutas, hojas de acanto...
P. Con tantas previsiones sobre lo que ha de venir no es extra?o que le acusen de profeta o de iluminado.
R. Lo que pasa es que soy un hombre de iniciativa. Y ahora, cuando han pasado los a?os, que me demuestren que me he equivocado. Que me digan qu¨¦ es lo que ha pasado con el PCI, con la guerra del Golfo, con el 14 de diciembre, con el debate italiano.
P. ?Profeta rojo, entonces?
R. La gente se asusta cuando se le dice rojo. En una ¨¦poca de Coca-Cola light, de vida light, y de lo otro light, la vida no es vida, es vidita. No existe pasi¨®n por las ideas. Es una ¨¦poca, no obstante, que pasar¨¢. Se est¨¢ gestando una revoluci¨®n, y me refiero al pensamiento. Yo no s¨¦ si el fascismo va a crecer, pero ojo, el fascismo es un zarandeo, y la revoluci¨®n otro que viene despu¨¦s. Esta sociedad acomodaticia sobre un volc¨¢n ser¨¢ arrasada. Yo reivindico el papel prof¨¦tico de la izquierda. El profeta no era un loco, era alguien que dec¨ªa: ¡°Ojo¡±, y lo mataban. Pero luego ocurr¨ªa lo que hab¨ªa dicho, y si no se le hab¨ªa hecho caso aparec¨ªa el fascismo. Y luego somos los rojos los que nos echamos al monte para defender las libertades. Para m¨ª ser rojo es una apuesta, una visi¨®n del mundo. Me morir¨¦ siendo rojo. Y adem¨¢s, nunca me he comido un ni?o.