Los expertos coinciden en que la manifestaci¨®n del 8-M result¨® marginal para la pandemia
Los especialistas consideran que para la expansi¨®n del virus fue mucho m¨¢s relevante el transporte p¨²blico
El 7 de marzo de 2020, las autoridades sanitarias pensaban que la situaci¨®n del coronavirus estaba m¨¢s o menos bajo control. O al menos eso dec¨ªan, bas¨¢ndose en los datos que le proporcionaban las comunidades aut¨®nomas. El viernes 6 estas reportaban unos centenares de casos (365) localizados sobre todo en tres provincias: Madrid, La Rioja y ?lava. De la mayor¨ªa se conoc¨ªa su procedencia y su cadena de transmisi¨®n, por lo que se decidi¨® mantener un estado de vigilancia, y no pasar a una contenci¨®n agresiva. La realidad era otra. ...
El 7 de marzo de 2020, las autoridades sanitarias pensaban que la situaci¨®n del coronavirus estaba m¨¢s o menos bajo control. O al menos eso dec¨ªan, bas¨¢ndose en los datos que le proporcionaban las comunidades aut¨®nomas. El viernes 6 estas reportaban unos centenares de casos (365) localizados sobre todo en tres provincias: Madrid, La Rioja y ?lava. De la mayor¨ªa se conoc¨ªa su procedencia y su cadena de transmisi¨®n, por lo que se decidi¨® mantener un estado de vigilancia, y no pasar a una contenci¨®n agresiva. La realidad era otra. La epidemia ya hab¨ªa explotado y estaba oculta por culpa de un diagn¨®stico insuficiente. Esa realidad no lleg¨® a los informes oficiales hasta el 9 de marzo, el d¨ªa que cambi¨® oficialmente el escenario.
Ese fin de semana millones de personas se desplazaron en transporte p¨²blico, acudieron a bares, a restaurantes, a conciertos; miles hicieron oposiciones y fueron a m¨ªtines pol¨ªticos. Tambi¨¦n a las manifestaciones feministas del 8 de marzo, que desataron una tormenta pol¨ªtica y, ahora, tambi¨¦n judicial, en la que est¨¢n en el punto de mira el delegado del Gobierno en Madrid, Jos¨¦ Manuel Franco, y en la que la Guardia Civil ha se?alado tambi¨¦n a Fernando Sim¨®n.
La vida ese fin de semana segu¨ªa pr¨¢cticamente igual que hasta entonces. Se recomendaban medidas de higiene y, m¨¢s all¨¢ de la cancelaci¨®n del Mobile World Congress, en contra de la opini¨®n del Gobierno nacional y auton¨®mico, tan solo se hab¨ªa tomado una medida dr¨¢stica preventiva: que los encuentros deportivos con equipos de las zonas m¨¢s afectadas (por entonces se refer¨ªan sobre todo al norte de Italia) se disputasen a puerta cerrada.
Pero ya entonces hab¨ªa voces que empezaban a alertar sobre la potencial gravedad de la epidemia. Cada vez m¨¢s eran las que alertaban de que se estaban escapando casos, algo que qued¨® de manifiesto cuando se localiz¨® el virus en alg¨²n fallecido sin diagnosticar y en enfermos de neumon¨ªa grave que no hab¨ªan sido detectados en primera instancia.
Con estos precedentes, hay dos preguntas clave: la primera es si se actu¨® con negligencia (o incluso prevaricando) al permitir las manifestaciones. La segunda, si las concentraciones fueron un detonante fundamental en la expansi¨®n del virus por Espa?a o por Madrid. Los expertos consultados tienen clara la respuesta a esta ¨²ltima: no fue clave y su efecto, si lo tuvo, result¨® marginal. Coinciden en esa opini¨®n m¨¢s de media docena de consultados, algunos de los cuales han preferido no aparecer citados.
¡°T¨¦cnicamente el asunto tiene poco recorrido. No se puede saber qu¨¦ porcentaje de transmisi¨®n hubo, pero s¨ª que fue extremadamente bajo comparado con todas las dem¨¢s actividades que se ven¨ªan realizando, especialmente el transporte p¨²blico¡±, dice Ildefonso Hern¨¢ndez, catedr¨¢tico de Salud P¨²blica y portavoz de la Sociedad Espa?ola de Salud P¨²blica y Administraci¨®n Sanitaria. En la misma l¨ªnea se manifiesta Antoni Trilla, epidemi¨®logo y uno de los miembros del equipo cient¨ªfico que asesora al Gobierno: ¡°Imposible saber c¨®mo contribuy¨® la manifestaci¨®n. Las explicaciones de Fernando Sim¨®n [quien dijo que si tuvieron efecto ser¨ªa ¡°muy marginal¡±] son razonables. Probablemente no contribuy¨® significativamente; cada d¨ªa, antes y despu¨¦s, se mov¨ªan millones de personas en metro. La manifestaci¨®n no fue un evento ¨²nico de gran contagio en una ciudad en la que todo el mundo se quedaba en su casa y no hac¨ªa nada. Fue una situaci¨®n m¨¢s¡±.
Responder a la primera pregunta es m¨¢s complicado. Si hubo prevaricaci¨®n lo tendr¨¢n que resolver los jueces, en el caso de que decidan investigarlo. Sobre si fue una decisi¨®n incorrecta, los expertos consultados insisten en recordar lo que se cre¨ªa entonces: que hab¨ªa solo unos centenares de casos y que la transmisi¨®n asintom¨¢tica era anecd¨®tica. Ambas afirmaciones se han demostrado falsas. ¡°Es muy f¨¢cil predecir el pasado, entonces hab¨ªa una enorme incertidumbre¡±, coinciden varios.
El problema de base fueron los diagn¨®sticos. Aunque muchos m¨¦dicos ya advert¨ªan de que con toda seguridad hab¨ªa muchos m¨¢s casos de los detectados, los protocolos del Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en ingl¨¦s) marcaban que solo hab¨ªa que hacer pruebas a quienes tuvieran s¨ªntomas y procedieran de zonas de riesgo (por entonces Italia, China, Ir¨¢n, Corea, Jap¨®n y Singapur), a quienes hubieran estado en contacto cercano con un positivo o aquellos casos de neumon¨ªas graves de origen desconocido. Estas restricciones contribuyeron a que se colaran cientos de casos inadvertidos que, como luego se comprob¨®, desencadenaron una crisis sanitaria de proporciones nunca vistas por varias generaciones. Cientos de personas con s¨ªntomas no eran ni siquiera valoradas por especialistas porque no hab¨ªan viajado ni estado con ning¨²n positivo confirmado. ¡°Con la capacidad de crear PCR que hab¨ªa tampoco se pod¨ªa hacer otra cosa. Es decir, la fotograf¨ªa llegaba tarde, pero es que adem¨¢s est¨¢bamos mirando solo una parte del mapa¡±, resume un especialista en salud p¨²blica que trabaja en la Administraci¨®n y prefiere no aparecer citado con su nombre.
Los preceptos del ECDC son los mismos que us¨® el ministerio para dar sus recomendaciones. En dos informes del 3 y el 6 de marzo aconsejaba cancelar actos multitudinarios, pero solo los que tuvieran previsiblemente implicadas a personas procedentes de zonas de riesgo, como las competiciones deportivas cuya celebraci¨®n se decret¨® a puerta cerrada. El propio ECDC ya recomendaba el 2 de marzo no acudir a reuniones masivas innecesarias. Pero, para el escenario 1 (de los cuatro que contemplaba), en el que se encontraba Espa?a, dec¨ªa: ¡°La cancelaci¨®n de las reuniones masivas en la UE/EEE puede estar justificada en casos excepcionales (por ejemplo, grandes conferencias con un n¨²mero importante de participantes de una zona afectada). La decisi¨®n de cancelar deber¨¢ ser coordinada por el organizador y las autoridades de salud p¨²blica y otras autoridades nacionales, caso por caso [...] se recomienda la cancelaci¨®n de las reuniones masivas durante los escenarios 3 y 4¡±.
El 8 de marzo hab¨ªan muerto en Espa?a 17 personas por covid-19. Esa noche todo cambi¨®. Y no por las manifestaciones. La Comunidad de Madrid comenz¨® a reportar una importante bolsa de casos. Ya no estaban controlados. El goteo de positivos diarios, de unos centenares, se multiplic¨® en Madrid por ocho de un d¨ªa para otro. Esa semana se comenzaron a tomar medidas, a cerrar colegios, impedir actos, mientras los positivos crec¨ªan d¨ªa tras d¨ªa. Estas primeras precauciones fueron ef¨ªmeras: solo unos d¨ªas despu¨¦s, el viernes 13 de marzo, el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, compareci¨® para anunciar un estado de alarma en el que todav¨ªa estamos sumidos.
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