A Mari?a madruga para votar sin intimidarse por el virus
La participaci¨®n electoral sube en la zona cero del rebrote del coronavirus en Galicia. El alcalde de Burela pide que se habilite un m¨¦todo para que los contagiados no pierdan su derecho al voto en pr¨®ximos comicios
Con la mascarilla y la pantalla protectora puestas de sol a sol, bajo la cubierta recalentada del polideportivo reconvertido en colegio electoral, a Susana Fern¨¢ndez se le empa?an constantemente las gafas de ver. Es un problema de cierta enjundia cuando a una le ha tocado ser presidenta de mesa en medio de una pandemia y adem¨¢s debe proteger su salud hasta el ¨²ltimo resquicio porque vive en el epicentro del rebrote galaico, el segundo m¨¢s grave de Espa?a, en la locali...
Con la mascarilla y la pantalla protectora puestas de sol a sol, bajo la cubierta recalentada del polideportivo reconvertido en colegio electoral, a Susana Fern¨¢ndez se le empa?an constantemente las gafas de ver. Es un problema de cierta enjundia cuando a una le ha tocado ser presidenta de mesa en medio de una pandemia y adem¨¢s debe proteger su salud hasta el ¨²ltimo resquicio porque vive en el epicentro del rebrote galaico, el segundo m¨¢s grave de Espa?a, en la localidad lucense de Burela (9.566 habitantes).
Este domingo, seg¨²n explica el alcalde, el socialista Alfredo Llano, hay 140 casos activos de los 190 que ha sumado el foco de momento. Adem¨¢s, cerca de 400 personas guardan cuarentena por haber mantenido contacto con alg¨²n positivo. Ayer s¨¢bado, seg¨²n explican tanto el regidor local como el portavoz municipal del BNG, Mario Pillado, los infectados y las personas del entorno de estos que permanecen en observaci¨®n recibieron una llamada del Servizo Galego de Sa¨²de en la que se les advirti¨® de su situaci¨®n. Los positivos no pueden votar y los que de momento han dado negativo no deben permanecer en espacios p¨²blicos m¨¢s que 15 minutos.
Hace un calor que pocas veces se repite durante el verano en la comarca costera de A Mari?a de Lugo, y a eso del mediod¨ªa la participaci¨®n ya ronda el 16%, 2,65 puntos por encima de la registrada a la misma hora en 2016. El comentario generalizado, a pie de urna, es que la gente quiere aprovechar esta extra?a ausencia de nubes sobre el mar Cant¨¢brico e ir a la playa despu¨¦s de comer, por eso desde bien temprano se forman colas nunca vistas a las puertas de los dos colegios habilitados.
Lo normal, en Burela, ser¨ªa que hubiese cuatro colegios electorales, pero las excepcionales medidas sanitarias han obligado a fusionarlos en espacios m¨¢s grandes. La mitad de los 7.250 vecinos con derecho a voto lo hacen en el pabell¨®n del instituto Monte Castelo y la otra mitad, en la punta opuesta de la localidad marinera, el polideportivo del IES Os Castros. En cada uno de los recintos, se han distribuido cinco mesas electorales muy espaciadas, separadas con cintas, y todo el suelo ha amanecido sembrado de pegatinas que indican las distancias y un itinerario de entrada y de salida. A las puertas, voluntarios de Protecci¨®n Civil como ?gueda Garc¨ªa Rivera se encargan de rociar con l¨ªquido desinfectante las manos de cada elector y darle una mascarilla quir¨²rgica envuelta en pl¨¢stico si ven que viene de casa con una de tela. ¡°No, no se saque la otra¡±, le advierte a un hombre que trae una protecci¨®n facial decorada con el mismo logotipo de Armani que el polo rosa que viste. ¡°No puede tocarla, tiene que ponerse encima la que le doy yo¡±.
Al llegar a la mesa electoral, para evitar todo contacto con los miembros que la componen, los vecinos depositan su DNI en una bandeja blanca. Nadie les hace bajarse la mascarilla para comprobar que su cara coinciden con la foto del carn¨¦. ¡°Lo que importa ahora es extremar las precauciones sanitarias¡±, explica Susana Fern¨¢ndez al frente de su mesa del IES Monte Castelo.
A Mari?a es una comarca gobernada mayoritariamente por alcaldes de izquierdas. Diez de los 14 lo son, y aseguran que no tuvieron constancia oficial de la gravedad de este rebrote originado en una fiesta familiar hasta el pasado domingo, cuando la Xunta les comunic¨® el confinamiento de sus municipios durante cinco d¨ªas. Entonces todos protestaron por la sorprendente brevedad de un cierre que solo bloqueaba el salir y el entrar en la zona hasta la jornada previa al s¨¢bado de reflexi¨®n. Burela, considerada el epicentro (que no el origen) del foco, recibi¨® sin embargo este viernes la noticia de que quedaba aislada. Todo ello en t¨¦rminos oficiales, ya que al menos este domingo no se ven controles en ninguno de los accesos por carretera.
El alcalde lamenta que la Junta Electoral Central no aceptase la propuesta que presentaron de posponer aqu¨ª los comicios, y no comprende c¨®mo no se habilit¨® ning¨²n sistema para garantizar el voto de los infectados que tienen la obligaci¨®n de quedarse en casa. ¡°Es evidente que para las pr¨®ximas elecciones que se celebren hay que buscar un m¨¦todo¡±, dice, ¡°porque ser¨ªa muy f¨¢cil organizar un sistema en el que un cartero pasase a recoger las papeletas y un notario levantase acta de la entrega. Al fin y al cabo, no son m¨¢s que 138 personas¡±.
La cifra puede parecer min¨²scula ¡°en unas elecciones generales o auton¨®micas¡±, comenta el nacionalista Mario Pillado, que hoy se divide entre los dos colegios como apoderado de su formaci¨®n pol¨ªtica, ¡°pero en unas locales puede ser completamente decisiva¡±. En noviembre de 2019, en Burela se repitieron elecciones municipales por orden del Tribunal Superior de Justicia de Galicia. En una mesa salieron seis papeletas nulas y se produjo un empate que pon¨ªa en juego un edil, disputado por el Bloque y Burela Sempre. La repetici¨®n otorg¨® ese concejal a los primeros por un solo voto de ventaja. ¡°No entendemos c¨®mo, si ya se suspendieron las elecciones auton¨®micas de abril por la pandemia, se lleg¨® a esta convocatoria sin un sistema¡± que garantizase el derecho constitucional al sufragio de los infectados, concluye Pillado. ¡°Desde luego, si viene alguna persona infectada, en el colegio no nos vamos a enterar. Es una cuesti¨®n de su conciencia... sus nombres no los sabemos por la ley de protecci¨®n de datos¡±.
Hay electores, sin embargo, que este domingo votan precisamente por la pandemia. Si no fuera por el coronavirus, Roberto Casariego, amante de los festivales y frigorista de profesi¨®n, a estas alturas de julio ¡°estar¨ªa de vacaciones¡± y de concierto en concierto. Tal y como reza su camiseta, la semana pasada este trabajador de 30 a?os habr¨ªa iniciado su temporada mel¨®mana en el Resurrection Fest de Viveiro, ¡°y esta estar¨ªa acampando en el festival de Ortigueira¡±, comenta nost¨¢lgico. ¡°Pero los suspendieron todos, y hay que fastidiarse¡±.
A Casariego lo paran a la puerta del pabell¨®n del Monte Castelo porque bajo su playero sombrero de paja trae una mascarilla con los colores de la bandera de Jamaica. ¡°?Yo que la tra¨ªa para presumir!¡±, bromea mientras se coloca la blanca y azul desechable que le han entregado. Sin embargo, Miguel ?ngel Fern¨¢ndez hace valer la suya y se resiste a ponerse otra. Acaba convenciendo al vigilante de que, a pesar de las apariencias, su mascarilla ¡°tiene filtro interior¡± y est¨¢ homologada.
Por nada del mundo quiere votar sin ella bien a la vista, porque es la que han preparado en el comit¨¦ de Alcoa para esta jornada. La plantilla de la factor¨ªa de aluminio primario del Ayuntamiento vecino de Cervo, cuyo cierre est¨¢ previsto para el pr¨®ximo d¨ªa 24 si ninguna decisi¨®n pol¨ªtica logra ponerle freno, lleva semanas manifest¨¢ndose y trae tambi¨¦n su mensaje a las urnas. ¡°A Mari?a se salva luchando¡±, dice el lema impreso en la mascarilla. ¡°Entr¨¦ en la planta el 9 de noviembre de 1998. Llevo casi 22 de mis 43 a?os all¨ª dentro y todo se va a echar a perder¡±, lamenta. Son 534 empleos directos y unos 600 de empresas auxiliares. Alcoa es el ¡°motor econ¨®mico¡± de la comarca, y este domingo todos sus operarios, en los municipios de A Mari?a, votan con el casco y la ropa de trabajo puesta porque el futuro les va en esta lucha.
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