Las luchas internas y las crisis territoriales devoran a Podemos
Galicia se suma a Cantabria y Castilla-La Mancha como comunidades en las que el partido no tiene representaci¨®n
Podemos empieza a borrarse del mapa auton¨®mico. Frente al mayor poder que ha tenido nunca en Madrid, como socio del PSOE en el Gobierno central, el partido se deshace por el resto de Espa?a. Tras perder en 2019 la representaci¨®n en Cantabria y Castilla-La Mancha, este domingo dijo adi¨®s al Parlamento gallego. La direcci¨®n nacional lleva tiempo apuntando a la necesidad de fortalecer la d¨¦bil estructura territorial, pero los malos resultados electorales...
Podemos empieza a borrarse del mapa auton¨®mico. Frente al mayor poder que ha tenido nunca en Madrid, como socio del PSOE en el Gobierno central, el partido se deshace por el resto de Espa?a. Tras perder en 2019 la representaci¨®n en Cantabria y Castilla-La Mancha, este domingo dijo adi¨®s al Parlamento gallego. La direcci¨®n nacional lleva tiempo apuntando a la necesidad de fortalecer la d¨¦bil estructura territorial, pero los malos resultados electorales desnudan esa tarea pendiente en un partido cada vez m¨¢s centralizado alrededor de su l¨ªder, Pablo Iglesias.
Luchas internas, destituciones desde la direcci¨®n nacional, broncas p¨²blicas, gestoras y carrusel de liderazgos ef¨ªmeros resumen la organizaci¨®n de Podemos en las diferentes comunidades. Los resultados del domingo en Galicia, donde fue segunda fuerza pol¨ªtica en la anterior legislatura, y Euskadi, donde perdieron la mitad de su peso electoral al pasar de 11 a seis diputados, son un reflejo de ello.
La sopa de siglas y el cambio de marcas de Podemos en Galicia, que pas¨® de la exitosa En Marea en 2016, ¡ªque tambi¨¦n acab¨® como el rosario de la aurora¡ª, a Galicia en com¨²n, o las luchas internas que afront¨® la direcci¨®n del partido en el Pa¨ªs Vasco entre errejonistas y pablistas, dieron como resultado candidatos poco conocidos entre el electorado, clave en unas elecciones auton¨®micas.
Un d¨ªa despu¨¦s del descalabro electoral, Podemos guarda silencio y se?ala a la celebraci¨®n de una ejecutiva esta semana para analizar los resultados. Las voces cr¨ªticas que se escuchan apenas tienen eco en un partido cerrado a cal y canto alrededor del secretario general desde que se celebr¨® el congreso estatal, durante el estado de alarma, y en el que Iglesias fue reelegido para un cuarto mandato. Por primera vez desde su fundaci¨®n hace seis a?os, no existen sectores discordantes dentro del partido, en un cierre de filas in¨¦dito tras la salida del sector cr¨ªtico Anticapitalistas en febrero, despu¨¦s de haber mostrado sus discrepancias con la entrada en el Gobierno de coalici¨®n. Las quejas solo llegan desde los m¨¢rgenes de la formaci¨®n, de personas sin peso espec¨ªfico ni estructural. Es el caso del exl¨ªder del partido en Madrid Ram¨®n Espinar, protagonista de otro de los culebrones territoriales m¨¢s sonados tras la salida de Podemos del ahora diputado por M¨¢s Pa¨ªs, ??igo Errej¨®n. Espinar acus¨® directamente a Iglesias: ¡°Cuanto m¨¢s poder interno acapara la actual direcci¨®n, m¨¢s desastrosos son los resultados¡±.
La direcci¨®n actual tiene hoy m¨¢s poder interno que nunca, aunque la sangr¨ªa de votos se mantiene tanto en las ¨²ltimas elecciones generales como en las auton¨®micas de 2019 y 2020. El vicepresidente segundo trat¨® de ordenar en los ¨²ltimos meses el caos territorial en el que viv¨ªa sumido el partido, con hasta ocho autonom¨ªas dirigidas por gestoras. En junio se celebraron procesos asamblearios en 11 comunidades, entre ellas Euskadi. Por primera vez en la historia de Podemos, ganaron todos los candidatos afines al ¨²nico secretario general que conoce el partido, aunque el proyecto m¨¢s centralista nace ahora marcado por los p¨¦simos resultados electorales del 12-J.
En Euskadi, aquel caladero de votos, aquel territorio donde Podemos gan¨® dos elecciones generales entre 2015 y 2016, sufri¨® un fort¨ªsimo descenso el domingo. La coordinadora auton¨®mica de la formaci¨®n, Pilar Garrido, achaca los resultados a dos factores: la abstenci¨®n y la desuni¨®n. Sin embargo, fuentes de una corriente cr¨ªtica que recoge las voces de representantes de Ayuntamientos y de la militancia acusa a la direcci¨®n general de ¡°idealizar los nacionalismos perif¨¦ricos¡± y censuran que la ¡°izquierda madrile?a ha idolatrado a la abertzale¡±.
Esta facci¨®n critica que la t¨¢ctica de ofrecer un tripartito de izquierdas ha espantado a su electorado, que es m¨¢s ¡°vasquista¡± que ¡°nacionalista¡±. Estos componentes de Elkarrekin Podemos censuran que esta vinculaci¨®n con EH Bildu, a quien ni siquiera se le ha reclamado que condene la violencia etarra, los ha convertido en ¡°muleta¡± y en ¡°residuales¡±. Aun as¨ª, se desmarcan de los choques entre directivas presentes y pasadas, pero sostienen que el firme apoyo de Iglesias al tripartito se hizo para ¡°tener contentos a los amiguitos de Bildu¡± en el Congreso y ¡°blanquear¡± a un PSE-EE, al que acusan de haber sustentado un Gobierno de derechas liderado por el PNV.
En Podemos no creen que ni las cr¨ªticas ni los resultados puedan da?ar la estrategia de Unidas Podemos en el Gobierno central, pero los sucesivos fracasos electorales ponen en alerta al partido. Unidas Podemos, que lleg¨® a tener 71 esca?os en 2016, tiene hoy una vicepresidencia y cuatro ministerios pero apenas 35 diputados en el Congreso y cada vez menos peso territorial. Uno de los fundadores de la formaci¨®n, muy cercano al l¨ªder aunque ya libre de cargos, Juan Carlos Monedero, resumi¨® as¨ª el 12-J: ¡°La izquierda nacionalista vasca y gallega se han podemizado. Mientras tanto, Podemos, que ha cambiado la pol¨ªtica de este pa¨ªs, sigue sin dedicar el grueso de sus energ¨ªas a lo que debe: construir partido¡±. Partido lo hay, pero seis a?os despu¨¦s de nacer, la mayor¨ªa de los ciudadanos solo sabr¨ªa nombrar a un par de sus miembros.