Todas las vidas de Zeinab
Una joven marroqu¨ª casada a la fuerza en su pa¨ªs malvive en la calle desde que la echaron del CETI hace meses
Zeinab ha ordenado en una carpetilla los anales de su miseria. Entre papeles que resumen su identidad burocr¨¢tica en Melilla, donde ronda desde hace dos a?os, se cuelan im¨¢genes que ilustran partes m¨¦dicos de lesiones: moratones y cicatrices grabados en la espalda, en los costados, en los brazos. ¡°Hay muchos problemas para las lesbianas en Marruecos¡±, dice, resumiendo el comienzo de su odisea en la ciudad aut¨®noma. ¡°Yo vine a Melilla para pedir protecci¨®n internacional y, mira, estoy durmiendo en la calle,...
Zeinab ha ordenado en una carpetilla los anales de su miseria. Entre papeles que resumen su identidad burocr¨¢tica en Melilla, donde ronda desde hace dos a?os, se cuelan im¨¢genes que ilustran partes m¨¦dicos de lesiones: moratones y cicatrices grabados en la espalda, en los costados, en los brazos. ¡°Hay muchos problemas para las lesbianas en Marruecos¡±, dice, resumiendo el comienzo de su odisea en la ciudad aut¨®noma. ¡°Yo vine a Melilla para pedir protecci¨®n internacional y, mira, estoy durmiendo en la calle, en un coche, en chabolas, los chicos me pegan; no tengo nada aqu¨ª¡±.
A esta joven de 22 a?os la expulsaron del Centro de Estancia Temporal para Inmigrantes (CETI) de la ciudad aut¨®noma en noviembre de 2019, despu¨¦s de que le fuera denegada la solicitud de asilo y se cursara una orden de expulsi¨®n que no se ha hecho efectiva. Desde entonces vive en la calle. ¡°Fui a la entrevista [tras presentar la solicitud de asilo] sin prueba, solo hablaba¡±, comenta sobre el rechazo. ¡°No sab¨ªa que tuviera que probar nada¡±.
El procedimiento para solicitar protecci¨®n internacional por motivo de persecuci¨®n requiere hacer una entrevista presencial en la que el solicitante expone los motivos de persecuci¨®n que alega. Aunque presentar pruebas documentales (desde un parte m¨¦dico de lesiones hasta registros de amenazas o papeles que certifiquen encarcelamiento, por ejemplo) no es imprescindible, s¨ª puede inclinar la balanza a favor de la concesi¨®n de asilo. En el caso de Zeinab, el mayor escollo fue una contradicci¨®n: en el registro de su solicitud, ella aleg¨® matrimonio forzoso como motivo de persecuci¨®n; en su entrevista, argument¨® su homosexualidad.
Desde Amlega, organizaci¨®n LGTB melillense que realiza acompa?amiento a j¨®venes solicitantes de asilo, han denunciado repetidamente las dificultades para conseguir demostrar persecuci¨®n por ser homosexual en Marruecos. ¡°La argumentaci¨®n jur¨ªdica de las denegaciones es surrealista¡±, protesta su presidente, Rafa Robles. ¡°Te dicen que, si has podido hacer una carrera, puedes vivir all¨ª; que puedes vivir tu homosexualidad discretamente; que te cambies de ciudad si tienes problemas con tu familia...¡±. Actualmente, sostiene Robles, es m¨¢s dif¨ªcil que admitan a tr¨¢mite la solicitud de asilo.
En Marruecos, ser gay es un delito penado con hasta tres a?os de c¨¢rcel; y la persecuci¨®n, a menudo, comienza en casa. En el caso de las mujeres homosexuales, m¨¢s invisibilizadas, la situaci¨®n es a¨²n m¨¢s complicada. Zeinab cuenta que nunca se comport¨® como se esperaba de una chica, y que esa fue la raz¨®n por la que su familia decidi¨® arreglar y forzar su matrimonio con un hombre de 50 a?os. Ella ten¨ªa 16.
La ¨²ltima vez que habl¨® con su madre por tel¨¦fono solo le dio tiempo a decir: ¡°Soy Zeinab¡±. ¡°Me colg¨® y bloque¨® el n¨²mero¡±, recuerda. ¡°Mi madre quiere que vuelva con mi marido a la casa, pero yo no; [¨¦l] siempre me ten¨ªa encerrada, no ten¨ªa qu¨¦ comer, no hac¨ªa nada¡±, cuenta. Logr¨® escapar de casa escondiendo una llave en un trozo de pan que dio a unos chavales para que le hicieran una copia. Cuando estuvo sola, huy¨® a casa de su familia, que la ech¨®. ¡°Yo era peque?a, no ten¨ªa nada, as¨ª que me fui a la calle¡±.
De su Mekin¨¦s natal salt¨® a Oujda, en la frontera con Argelia, por cuyas calles deambul¨® hasta que empezaron a salirle trabajillos para limpiar en casas, que se acabaron estropeando por la libido de sus jefes: ¡°Los hombres quer¨ªan que me acostase con ellos; cuando les dec¨ªa que no, me echaban¡±. Repiti¨® experiencia en Nador, as¨ª que acab¨® pagando para conseguir un pasaporte expedido en esa provincia, desde donde los residentes pueden cruzar a Melilla sin necesidad de visado.
As¨ª fue como Zeinab consigui¨® entrar en el CETI de la ciudad aut¨®noma espa?ola a finales de 2018, pasando a trav¨¦s de la frontera con su documentaci¨®n. Una vez all¨ª se identific¨® como solicitante de asilo y, mientras se resolv¨ªa su expediente, en torno a un a?o, estuvo residiendo en el centro. Hasta que la echaron y acab¨® en una chabola. En enero, Jos¨¦ Palaz¨®n, fundador de Prodein en Melilla, denunci¨® las agresiones sufridas por la joven tras varios intentos de abusar sexualmente de ella. ¡°Se est¨¢ convirtiendo en una costumbre abandonar a chicas marroqu¨ªes que piden asilo; que queden abandonadas en la calle, que sufran las agresiones por las que pidieron protecci¨®n y que esas agresiones sean conocidas por todos pero no se haga nada¡±, protest¨® el activista,
Desde que se decret¨® el estado de alarma Zeinab ha estado cobij¨¢ndose en un autom¨®vil aparcado. ¡°Prefiero dormir en las calles de Melilla toda mi vida antes que volver a Marruecos un solo d¨ªa¡±, sentencia. Cada ma?ana se despierta y pone rumbo a un centro comercial para asearse antes de buscar un hueco en alguna zona de aparcamientos donde trabajar lavando coches por unos seis o siete euros diarios, porque sin la tarjeta roja que la identifique como solicitante de asilo o un permiso de residencia no puede trabajar de otra cosa. No saca mucho limpiando en la calle, ese es tambi¨¦n un trabajo de hombres.