La hora de Francisco Mart¨ªnez en Kitchen

Este jueves, un d¨ªa antes de que el exministro Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz acuda a la Audiencia Nacional a declarar por la Operaci¨®n Kitchen, Francisco Mart¨ªnez ha desfilado por el mismo camino que el viernes recorrer¨¢ su antiguo jefe. Es su hora. La de un ex secretario de Estado de Seguridad que se siente abandonado por su partido y por su superior; que guardaba unos mensajes de m¨®vil que se?alan a miembros del antiguo Gobierno de Mariano Rajoy; y que ya ha amenazado con contar al juez todo lo que sabe sobre la presunta trama parapolicial urdida en la c¨²pula de Interior para espiar ...

Este jueves, un d¨ªa antes de que el exministro Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz acuda a la Audiencia Nacional a declarar por la Operaci¨®n Kitchen, Francisco Mart¨ªnez ha desfilado por el mismo camino que el viernes recorrer¨¢ su antiguo jefe. Es su hora. La de un ex secretario de Estado de Seguridad que se siente abandonado por su partido y por su superior; que guardaba unos mensajes de m¨®vil que se?alan a miembros del antiguo Gobierno de Mariano Rajoy; y que ya ha amenazado con contar al juez todo lo que sabe sobre la presunta trama parapolicial urdida en la c¨²pula de Interior para espiar en 2013 al extesorero Luis B¨¢rcenas con el objetivo de arrebatarle documentos comprometedores para altos cargos del PP. La cita era a las 9.30. Y sabe que todos lo miran.

Aunque esta no es la primera vez que Mart¨ªnez comparece en la Audiencia Nacional como imputado para declarar por Kitchen. Ya acudi¨® el pasado 24 de enero, pero entonces la causa estaba secreta y esgrimi¨® esa circunstancia para acogerse a su derecho a no declarar. El silencio fue su escudo aquel d¨ªa. Pero este jueves, sin embargo, es diferente. Todas las partes, acusaciones y defensas, incluida la suya, han tenido acceso al sumario y, sobre todo, se han incorporado a ¨¦l los mensajes que intercambi¨® con Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz sobre aquel operativo ilegal.

Mart¨ªnez, que fue el n¨²mero dos de Interior entre enero de 2013 y noviembre de 2016, puede volver a callar. Sin embargo, en una conversaci¨®n con periodistas de EL PA?S se mostr¨® dispuesto a colaborar con la justicia: ¡°Voy a contarle al juez todo lo que s¨¦¡±. El propio juez Manuel Garc¨ªa Castell¨®n se hizo eco de esta disposici¨®n en el auto dictado el pasado 18 de septiembre por el que le citaba para este jueves al referirse a ¡°sus manifestaciones ante los medios de comunicaci¨®n que recientemente se han publicado¡±. La pregunta es c¨®mo lo har¨¢ y con qu¨¦ consecuencias.

Mart¨ªnez fue imputado a comienzos de 2020 despu¨¦s de que uno de los principales implicados en la causa, el comisario Enrique Garc¨ªa Casta?o, apodado El Gordo y responsable de la unidad policial encargada de hacer seguimientos en casos de terrorismo y delincuencia organizada, asegurara ante el juez que fue el entonces n¨²mero dos de Interior quien, en 2013, justo despu¨¦s de estallar el esc¨¢ndalo de la caja b del PP recogida en los llamados papeles de B¨¢rcenas, le encarg¨® participar en el espionaje a B¨¢rcenas con un objetivo muy concreto: arrebatarle aquella documentaci¨®n comprometedora para el PP y sus dirigentes que el extesorero a¨²n pudiera guardar.

Garc¨ªa Casta?o fue prolijo en detalles y asegur¨® que, cuando consigui¨® hacerse con unos tel¨¦fonos de B¨¢rcenas y acceder a su contenido, toda esa documentaci¨®n la volc¨® en un pendrive que llev¨® en persona a Mart¨ªnez, a su despacho, para que la pudiera consultarla en un ordenador port¨¢til comprado solo para ello con fondos reservados. Otro alto mando policial imputado, el comisario Eugenio Pino, entonces n¨²mero dos de la Polic¨ªa Nacional y se?alado como el mu?idor de la brigada patri¨®tica ¡ªel grupo de polic¨ªas surgido en la etapa de Fern¨¢ndez D¨ªaz al frente del Interior para recabar informaci¨®n sobre los rivales pol¨ªticos del PP¡ª, tambi¨¦n le se?al¨® al afirmar que los gastos de los fondos reservados los autorizaba en persona el entonces secretario de Estado de Seguridad. Entre ellos, los que se destinaron para pagar al ch¨®fer de B¨¢rcenas: 2.000 euros al mes por facilitarles informaci¨®n sobre el extesorero y su familia.

Todo ello desemboc¨® en su primera comparecencia como imputado, la del pasado enero, cuando Mart¨ªnez decidi¨® callar. La investigaci¨®n posterior ha revelado que, ya en aquel momento, Mart¨ªnez se sent¨ªa abandonado por su partido tras haberle sacado de las listas electorales. Pero tambi¨¦n cre¨ªa haber sido traicionado por el que hab¨ªa su jefe, Fern¨¢ndez D¨ªaz. Decidi¨® entonces dejar constancia notarial de los mensajes que implicaban directamente a este, que tendr¨¢ que declarar como imputado este viernes. Aquellos mensajes terminaron llegando a manos de los investigadores gracias al comisario Garc¨ªa Casta?o, que ha decidido colaborar en las pesquisas.

Como recoge el sumario, el contenido del m¨®vil tambi¨¦n incluye mensajes con amigos y colaboradores que suenan a desahogo. ¡°T¨² sabes que me han utilizado vilmente. [¡­] Yo lo ¨²nico que hice fue trabajar. Con un enorme coste personal y familiar. Y ahora esto¡±, le dice a un juez amigo, el actual presidente de la Audiencia Nacional, Jos¨¦ Ram¨®n Navarro. A una colaboradora le describe gr¨¢ficamente lo que fueron aquellos a?os el ministerio: ¡°Estuvimos en una piscina de tiburones¡±.

Tambi¨¦n hay referencias al expresidente Rajoy. La v¨ªspera de su declaraci¨®n de enero, el antiguo n¨²mero dos de Interior contact¨® con Silverio Nieto, sacerdote e ¨ªntimo de Fern¨¢ndez D¨ªaz, y le reconoce que las actas notariales que ha levantado con los mensajes que intercambi¨® con el ministro ¡°necesariamente conllevaran la citaci¨®n de Jorge y probablemente de Rajoy¡±. ¡°Desde luego nada m¨¢s lejos de mi deseo¡±, aclaraba en lo que sonaba como un aviso a navegantes. En otra conversaci¨®n, esta con el comisario Garc¨ªa Casta?o, le sugiere un posible acuerdo entre abogados y va un paso m¨¢s all¨¢: ¡°Evidentemente yo me defender¨¦ con todos los argumentos y la pieza seguir¨¢ creciendo porque llamar¨¢n a Jorge (c¨®mo m¨ªnimo)¡±. De su declaraci¨®n de este jueves depende en buena parte que la causa sigue ¡°creciendo¡±.