10-N: Un a?o en busca de estabilidad
El Gobierno atraviesa la peor crisis sanitaria de la historia sin derrotas en el Congreso y logra acuerdos suficientes para salvar su minor¨ªa del 10-N
El proyecto pol¨ªtico de Pedro S¨¢nchez parec¨ªa condenado a la ¡°ingobernabilidad¡± y la ¡°inestabilidad¡± hace un a?o, tras las elecciones del 10-N. La izquierda aparec¨ªa estancada y enfrentada; la derecha parec¨ªa recuperar terreno con el despegue de la ultraderecha; el anhelado centro de Ciudadanos al que se persegu¨ªa para los pactos casi desaparec¨ªa del mapa pol¨ªtico espa?ol. El pa¨ªs se sumerg¨ªa as¨ª en un escenario de continuo bloqueo despu¨¦s de aquellas elecciones de segunda vuelta, repetidas ant...
El proyecto pol¨ªtico de Pedro S¨¢nchez parec¨ªa condenado a la ¡°ingobernabilidad¡± y la ¡°inestabilidad¡± hace un a?o, tras las elecciones del 10-N. La izquierda aparec¨ªa estancada y enfrentada; la derecha parec¨ªa recuperar terreno con el despegue de la ultraderecha; el anhelado centro de Ciudadanos al que se persegu¨ªa para los pactos casi desaparec¨ªa del mapa pol¨ªtico espa?ol. El pa¨ªs se sumerg¨ªa as¨ª en un escenario de continuo bloqueo despu¨¦s de aquellas elecciones de segunda vuelta, repetidas ante el fracaso de los comicios registrados seis meses antes. Pero el mismo Pedro S¨¢nchez que se ve¨ªa incapaz de conciliar el sue?o y de pactar un Gobierno de coalici¨®n con Unidas Podemos lo cerr¨® en 48 horas; en poco m¨¢s de un mes hasta presentaron conjuntamente un ambicioso programa progresista (11 cap¨ªtulos, 50 p¨¢ginas) para toda la legislatura.
Ese plan se fue al traste en dos meses con la irrupci¨®n de la pandemia del coronavirus SARS-Cov-2. Ahora, con la llegada de la segunda ola del virus y bajo la cobertura incierta de un estado de alarma hasta el 9 de mayo, se promete de nuevo como el sue?o interrumpido que se debe desarrollar hasta llegar al final del mandato en 2023.
¡°La inestabilidad, la crispaci¨®n y la tensi¨®n no son algo del ¨²ltimo o los dos ¨²ltimos a?os, viene de m¨¢s atr¨¢s, del final del Gobierno de Mariano Rajoy, de los bloqueos institucionales, de la corrupci¨®n y la impotencia en la gesti¨®n del conflicto en Catalu?a, y ahora, en el peor de los momentos posibles, con la crisis del coronavirus, hemos conseguido dotar al pa¨ªs de un Gobierno estable y con una predicci¨®n de legislatura larga, hasta 2023, con buena pinta¡±, se?alan desde el entorno directo de S¨¢nchez en La Moncloa.
Aquel documento de buenas intenciones, firmado en el Congreso el 30 de diciembre de 2019 por los l¨ªderes del PSOE y de Unidas Podemos, se vio truncado por la imprevisible realidad del virus, que lo trastoc¨® todo. El Gobierno de coalici¨®n dise?ado, el primero de la reciente etapa democr¨¢tica, con m¨¢s carteras que nunca (22 ministros y cuatro vicepresidentes) para contentar las ambiciones de las dos formaciones pol¨ªticas que lo formaban, pretend¨ªa recuperar derechos sociales perdidos en la anterior crisis financiera de 2008 y ejecutar una transformaci¨®n del pa¨ªs en asuntos siempre anunciados pero nunca abordados como el cambio clim¨¢tico o la transici¨®n digital. Y al abordar el desaf¨ªo independentista catal¨¢n, el Gobierno de Pedro S¨¢nchez apost¨® por intentar un di¨¢logo que acabase con las fricciones permanentes y las batallas judiciales contra el Ejecutivo de la Generalitat de Catalu?a.
Los 155 esca?os que sumaron PSOE y Unidas Podemos en las elecciones del 10-N no llegaban para sacar la investidura de S¨¢nchez y su Ejecutivo experimental. Lo lograron por escaso margen el 7 de enero en segunda votaci¨®n: 167 votos afirmativos, 165 negativos y 18 abstenciones. Gobernar as¨ª en minor¨ªa, aprobar medidas cada martes en los Consejos de Ministros y acudir al Congreso para tramitar leyes, se presentaba como un infierno.
Pero no ha sido as¨ª. Y eso que en dos meses, a primeros de marzo de 2020, aterriz¨® con toda su crudeza la pandemia en Espa?a.
El Gobierno, en este a?o y pese a los casi tres meses de par¨®n parlamentario que provoc¨® en primavera la primera ola del virus, ha desarrollado una alta actividad legislativa sin grandes contratiempos. Ha superado la investidura, una moci¨®n de censura presentada por la ultraderecha de Vox, tres decretos de estado de alarma para todo el pa¨ªs, se han llevado al Parlamento 35 proyectos de ley (ocho de ellos aprobados), 216 proposiciones de ley, 33 reales decretos (muchos m¨¢s y en menos tiempo que en anteriores legislaturas), se han contestado 47.798 preguntas (de las 52.741 registradas, el doble o triple de anteriores legislaturas), el presidente y sus ministros han comparecido 804 veces en las Cortes, los partidos han tramitado 2.072 proposiciones no de ley y se ha planteado la creaci¨®n de hasta 19 comisiones de investigaci¨®n, alguna tan pol¨¦mica como la aprobada en septiembre sobre el caso Kitchen de espionaje desde el Ministerio del Interior al extesorero del PP, Luis B¨¢rcenas. El Ejecutivo ha sacado adelante casi todo, menos un real decreto y un punto de una moci¨®n. Eso s¨ª, el espect¨¢culo de la crispaci¨®n y la bronca se han abonado a las sesiones semanales de control al Ejecutivo.
Los socios de legislatura, desde el PNV a ERC o partidos minoritarios, se han quejado numerosas veces de falta de negociaci¨®n previa, pero en general han apoyado todas las medidas y se disponen a facilitar el gran acuerdo: los primeros Presupuestos del Estado de la coalici¨®n gubernamental.
Esa ley fundamental es la que dar¨ªa la estabilidad definitiva a la legislatura. En La Moncloa lo reconocen abiertamente: ¡°Las expectativas no parec¨ªan buenas, pero el Ejecutivo est¨¢ funcionando mejor de lo que parece en unas condiciones at¨ªpicas como consecuencia de la pandemia, hay buena sinton¨ªa entre los dos partidos y los ministros, salvo algunos elementos disfuncionales y excepcionales. Si aprobamos los Presupuestos, y con la llegada de los fondos europeos, podremos compaginar la recuperaci¨®n econ¨®mica y corregir los desajustes sociales y llegar al final del mandato y de la legislatura en buenas condiciones¡±, se?alan desde el entorno directo del presidente. Y lo subrayan mucho para comparar con lo diferente que fue la salida de la anterior crisis gestionada por un Gobierno del PP con recortes y ajustes en servicios p¨²blicos.
Los asesores de S¨¢nchez bucean en las encuestas del CIS y otros sondeos y constatan que las dos formaciones aguantan estables en sus porcentajes de intenci¨®n de voto. Esos datos dejan al PSOE en torno al 29-30% y a Podemos cerca del 12%, bastante parejos a lo que ofrecieron las urnas el 10-N: 28,3% para los socialistas y 13% para el partido que lidera Pablo Iglesias.
La pandemia hipotec¨® la hoja de ruta, pero se pretende retomar ahora en cuanto los datos y Europa den un respiro. La oposici¨®n de derechas, tras marcar Vox gran parte del curso hasta la ruptura de Pablo Casado con Santiago Abascal, tampoco inquieta demasiado. Las constantes divergencias internas con Podemos, sobre todo a cuenta del papel del rey Felipe VI y en general de la Monarqu¨ªa, se asumen como un mal menor que se justifica en la normal convivencia de dos concepciones y necesidades ideol¨®gicas diferentes.
Catalu?a es otro asunto. La mesa del di¨¢logo no era solo estrat¨¦gica para calmar ¨¢nimos y captar votos. ¡°Pedro S¨¢nchez sigue creyendo que existe una oportunidad de abrir una nueva etapa y lo volver¨¢ a intentar¡±, aseguran en La Moncloa, en cuanto se despeje all¨ª el horizonte de las elecciones fijadas para el 14 de febrero. Cuando S¨¢nchez aterriz¨® en La Moncloa alert¨® a sus colaboradores: ¡°Aqu¨ª tenemos que aprender todos y yo a ser presidente¡±. Pas¨® el primer a?o.
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