El nuevo electorado desleal desaf¨ªa a los encuestadores
Los institutos de opini¨®n defienden la fiabilidad de su trabajo, aunque admiten que se ha complicado porque los votantes son m¨¢s impredecibles y se decantan m¨¢s tarde
El gran momento de gloria de George Gallup lleg¨® en las elecciones presidenciales de 1936. Con la empresa que hab¨ªa fundado un a?o antes, el padre de la demoscopia moderna predijo con exactitud el aplastante triunfo de Franklin D. Roosevelt. Su mayor bochorno lo sufri¨® en 1948, cuando dio por muerto al luego presidente Harry S. Truman. De ah¨ª extraer¨ªa Gallup una conclusi¨®n, expuesta en un art¨ªculo de t¨ªtulo elocuente, ...
El gran momento de gloria de George Gallup lleg¨® en las elecciones presidenciales de 1936. Con la empresa que hab¨ªa fundado un a?o antes, el padre de la demoscopia moderna predijo con exactitud el aplastante triunfo de Franklin D. Roosevelt. Su mayor bochorno lo sufri¨® en 1948, cuando dio por muerto al luego presidente Harry S. Truman. De ah¨ª extraer¨ªa Gallup una conclusi¨®n, expuesta en un art¨ªculo de t¨ªtulo elocuente, El cambiante clima para las investigaciones sobre la opini¨®n p¨²blica: ¡°La previsi¨®n electoral es una de nuestras contribuciones menos importantes¡±.
Un cierto eco de esos argumentos lat¨ªa en las explicaciones del presidente del CIS, Jos¨¦ F¨¦lix Tezanos, la pasada semana en el Congreso. ¡°El panorama es tan vol¨¢til, tan cambiante, que debemos relativizar las encuestas, porque solo se?alan tendencias¡±, afirm¨® Tezanos para esquivar los ara?azos de una oposici¨®n que le acusaba de favorecer al Gobierno. ¡°El electorado cada vez es menos predecible¡±, aleg¨® ante los diputados que le afeaban sus fallos. ¡°Miren lo que ha pasado en EE UU¡±.
Despu¨¦s de haber subestimado a Donald Trump en 2016, los sondeos en la gran potencia mundial han vuelto a incurrir ahora en la misma miop¨ªa. Ese a?o ya se hab¨ªan registrado otras dos sonoras pifias demosc¨®picas en los refer¨¦ndums sobre el Brexit en Reino Unido y los acuerdos de paz con la guerrilla en Colombia. En 2015 en Espa?a todos los sondeos fallaron tambi¨¦n al predecir el sorpasso de Podemos al PSOE.
?Ser¨¢ que las encuestas ya no son lo que eran? Los datos lo refutan. Una minuciosa investigaci¨®n de dos profesores brit¨¢nicos publicada en 2017 en la revista Nature analiz¨® 30.000 encuestas en 351 elecciones de 45 pa¨ªses desde 1942 para concluir que, ¡°en contra del pensamiento convencional¡±, la frecuencia de aciertos y fallos es la misma de siempre. En Espa?a el gatillazo m¨¢s reciente fue el de las elecciones andaluzas de diciembre de 2018, cuando casi nadie vio venir la mayor¨ªa de la derecha en el hist¨®rico feudo socialista. Pero de la misma forma se pueden invocar los dos comicios generales del a?o siguiente, cuyo resultado final no se desvi¨® mucho de lo que ya apuntaban la mayor¨ªa de los sondeos.
Aunque parece obvio que los encuestadores en EE UU no lograron detectar ¡°algo que se mov¨ªa bajo el radar¡±, como dice Jos¨¦ Pablo Ferr¨¢ndiz, investigador principal de Metroscopia, los responsables de institutos espa?oles de opini¨®n consultados rechazan que haya una crisis de credibilidad de las encuestas. ¡°El nivel de predicci¨®n es alt¨ªsimo¡±, defiende Bel¨¦n Barreiro, responsable de 40dB y exdirectora del CIS. Lo que ocurre, apunta, es que los investigadores se enfrentan a una sociedad en cambio constante, con acontecimientos tan inesperados como la pandemia, y a veces ¡°falta informaci¨®n para entender nuevos fen¨®menos¡±. Entre ellos, el derrumbe de los viejos sistemas de partidos y el surgimiento de fuerzas pol¨ªticas o figuras antes desconocidas, en un escenario de competici¨®n electoral a veces muy apretada. ¡°Y como la oferta es m¨¢s vol¨¢til, el comportamiento del electorado tambi¨¦n lo es¡±, se?ala Barreiro. ¡°Nuestro trabajo resulta m¨¢s dif¨ªcil ahora, s¨ª, pero tambi¨¦n m¨¢s apasionante¡±.
El mayor trasvase electoral de la democracia espa?ola ocurri¨® en 1982. Se calcula que 10 millones de electores cambiaron su voto desde 1979 en un contexto marcado por el hundimiento de UCD y del PCE, el arrollador avance del PSOE y el gran salto de Alianza Popular. ¡°El a?o pasado, solo en los siete meses transcurridos entre las dos elecciones generales, estimamos que cambiaron su voto entre seis y siete millones de personas¡±, destaca Ferr¨¢ndiz para explicar este nuevo panorama en el que la ¡°antigua fidelidad a las siglas¡± se est¨¢ desvaneciendo.
Nada m¨¢s cerrar los colegios electorales hace dos a?os en Andaluc¨ªa, la empresa GAD3 acert¨® casi de pleno los resultados. Fue as¨ª, en medio del error general, porque la consultora sigui¨® encuestando la ¨²ltima semana, cuando ya no se pueden publicar sondeos. Siete d¨ªas antes, recuerda su responsable, Narciso Michavila, el crecimiento de Vox era bastante inferior al que logr¨® finalmente. Un ejemplo de otro fen¨®meno nuevo. ¡°En todo el mundo estamos viendo que el 10% de los electores se decide en el propio colegio¡±, apunta Michavila, con experiencia directa en pa¨ªses como Colombia y Panam¨¢. ¡°Antes el voto casi pasaba de padres a hijos. Ahora la gente decide en el ¨²ltimo momento a d¨®nde se va de vacaciones o qu¨¦ coche compra. Y con el voto sucede lo mismo¡±.
¡°La dictadura de la estimaci¨®n de voto¡±
Cuando Gallup dec¨ªa que la previsi¨®n electoral era lo menos importante de su trabajo, quer¨ªa resaltar que, m¨¢s all¨¢ de los pron¨®sticos, los estudios demosc¨®picos aportan informaci¨®n muy valiosa sobre las tendencias sociales. Pero los institutos de opini¨®n viven sometidos a lo que Ferr¨¢ndiz llama ¡°la dictadura de la estimaci¨®n de voto¡±. Esa necesidad de mojarse es la que llev¨® a todo el mundo a anticipar en 2015 el sorpasso de Podemos al PSOE, cuando la diferencia entre ambos estaba dentro de los m¨¢rgenes de error de los sondeos.
Aunque las transformaciones sociales y pol¨ªticas hayan complicado las cosas, Michavila dice que no por ello las encuestas son menos fiables. ¡°Ahora tenemos tambi¨¦n mejores herramientas y mejor tecnolog¨ªa¡±, aduce.