El necesario debate sobre Bildu
Identificar al partido con ETA es manipular, aunque la formaci¨®n tiene pendiente la autocr¨ªtica sobre su pasado
Cuando el pasado mi¨¦rcoles Pablo Casado, en la sesi¨®n de control del Gobierno, compar¨® a Bildu con los terroristas de Bataclan o del 11-S no solo incurri¨® en una desmesura, sino que ray¨® la indecencia pol¨ªtica. Casado obviaba que unos d¨ªas antes, Bildu hab¨ªa condenado el ataque en Amurrio (?lava) al establecimiento de la familia de Santiago Abascal, presidente de Vox, perpetrado por un grupo disidente. Lo l¨®gico, porque sus estatutos rechazan el te...
Cuando el pasado mi¨¦rcoles Pablo Casado, en la sesi¨®n de control del Gobierno, compar¨® a Bildu con los terroristas de Bataclan o del 11-S no solo incurri¨® en una desmesura, sino que ray¨® la indecencia pol¨ªtica. Casado obviaba que unos d¨ªas antes, Bildu hab¨ªa condenado el ataque en Amurrio (?lava) al establecimiento de la familia de Santiago Abascal, presidente de Vox, perpetrado por un grupo disidente. Lo l¨®gico, porque sus estatutos rechazan el terrorismo. Por ello los tribunales legalizaron a Bildu hace nueve a?os. ETA ya no existe y si reapareciera, algo impensable, estar¨ªa enfrente. Tiene pendiente una asignatura: reconocer la injusticia por la pasada complicidad con ETA de su matriz, Sortu, procedente de Batasuna. Pero identificar a la formaci¨®n con ETA es manipular.
El debate racional de los partidos democr¨¢ticos sobre c¨®mo relacionarse con Bildu es necesario, pero hoy resulta imposible por el tremendismo de Casado, empe?ado en utilizarlo para erosionar al Gobierno. Surge conflictivamente cuando en momentos clave Bildu respalda a los socialistas, como hace un a?o en Navarra cuando facilit¨® la investidura de Mar¨ªa Chivite y ahora con la negociaci¨®n de los Presupuestos, b¨¢sica para que S¨¢nchez encauce la legislatura. Podemos, con un enfoque antag¨®nico, no plantea ni debate ni exigencia sobre Bildu cuando, siendo sensible a la injusticia cometida con la memoria de las v¨ªctimas del franquismo, deb¨ªa evitar la insensibilidad con las de ETA. Su actitud complaciente con Bildu frena su necesario proceso autocr¨ªtico. Pasar p¨¢gina s¨ª, pero leerla antes para que los j¨®venes aprendan la lecci¨®n.
El PSOE reh¨²ye el debate sobre Bildu por evitar la confrontaci¨®n con el PP por la divisi¨®n y las emociones que genera, tambi¨¦n en sus filas. Sucede desde que el PP rompi¨® los pactos contra el terrorismo en el tramo final de ETA. S¨¢nchez ha vuelto a rehuirlo para no enturbiar el decisivo debate presupuestario tras defenderse de los ataques de Casado. Su defensa no es complicada porque Aznar realiz¨® el discurso m¨¢s complaciente de un gobernante espa?ol con ETA y su Ejecutivo el mayor acercamiento de presos.
El ¨²ltimo conflicto sobre Bildu muestra la necesidad de pedagog¨ªa y el PSOE, que protagoniz¨® el final del terrorismo, debe tomar la iniciativa. Su referente no debe ser la sobreactuaci¨®n de Casado, sino los espa?oles. Un dirigente socialista vasco recordaba esta semana que si hace 20 a?os cualquier gobernante, incluido Aznar, hubiera sabido que el precio para lograr el final del terrorismo fuera que los abertzales negociaran los Presupuestos del Estado le hubiera parecido un sue?o. Ese sue?o era un acuerdo b¨¢sico de los partidos democr¨¢ticos contra ETA desde el Pacto de Ajuria Enea: que el terrorismo desapareciera y el abertzalismo radical hiciera pol¨ªtica. Sucedi¨® en 2011. Fue crucial porque, adem¨¢s, el abertzalismo presion¨® a ETA, muy debilitada, para que cesara.
Desde 2011, Bildu evoluciona lentamente. Participa en actos de reconocimiento a las v¨ªctimas del terrorismo. Se ha vuelto pragm¨¢tica. En su discurso priman las reivindicaciones sociales sobre las de los presos y el soberanismo. Algunos dirigentes discrepan de las bienvenidas a los presos si ofenden a las v¨ªctimas. Su principal d¨¦ficit es la autocr¨ªtica sobre su pasado.
Los socialistas vascos y navarros tienen experiencia sobre su gesti¨®n. Asumen la participaci¨®n parlamentaria de Bildu y se niegan a que condicione sus proyectos. Con ese criterio, los Gobiernos navarro y vasco negocian con Bildu sus presupuestos comunitarios. A su vez, le trazan una l¨ªnea roja, compartida con el PNV. Mientras no se autocritiquen por el pasado no compartir¨¢n el liderazgo ni un proyecto de gobierno. Sorprende que la ejecutiva federal del PSOE no abandere una posici¨®n tan razonable y reh¨²ya explicarla. Falta pedagog¨ªa.