El pueblo sin agua potable que sue?a con una tuber¨ªa
Lastras de Cu¨¦llar (Segovia), con sus acu¨ªferos contaminados por purines de granjas y abonos qu¨ªmicos, lleva seis a?os recurriendo a botellas y garrafas para beber o cocinar
Decenas de botellas de pl¨¢stico colgadas de los balcones acompa?an al paseante con un tamborileo musical mecido por el fr¨ªo viento en Lastras de Cu¨¦llar (Segovia, 360 habitantes). Las viviendas, muchas de ellas ya cerradas ante el ¨¦xodo que env¨ªa a sus habitantes en n¨²cleos m¨¢s grandes y con m¨¢s recursos, muestran pancartas con lemas de otro siglo. ¡°?Lastras potable ya!¡±, rezan, porque los acu¨ªferos bajo el pueblo cuentan con unos niveles de ars¨¦nico y nitratos inadecuados para el consumo humano.
Las toxinas procedentes de purines de granjas y de abonos qu¨ªmicos se filtran y condenan a ...
Decenas de botellas de pl¨¢stico colgadas de los balcones acompa?an al paseante con un tamborileo musical mecido por el fr¨ªo viento en Lastras de Cu¨¦llar (Segovia, 360 habitantes). Las viviendas, muchas de ellas ya cerradas ante el ¨¦xodo que env¨ªa a sus habitantes en n¨²cleos m¨¢s grandes y con m¨¢s recursos, muestran pancartas con lemas de otro siglo. ¡°?Lastras potable ya!¡±, rezan, porque los acu¨ªferos bajo el pueblo cuentan con unos niveles de ars¨¦nico y nitratos inadecuados para el consumo humano.
Las toxinas procedentes de purines de granjas y de abonos qu¨ªmicos se filtran y condenan a la poblaci¨®n envejecida a depender de botellas subvencionadas por la Junta de Castilla y Le¨®n o de las garrafas que les proporcionan sus familiares. Llevan seis a?os as¨ª. El objetivo del pueblo: conectar una tuber¨ªa a un manantial cercano.
Hasta entonces, a agachar la espalda y cargar y cargar. Hermenegildo Cabrera luce bien sus 80 a?os y maneja ¨¢gilmente una carretilla con varios lotes de seis botellas de litro y medio que les sirve un cami¨®n todos los lunes por 30 c¨¦ntimos cada lote (en verano el pueblo llega a consumir unas 5.000 botellas semanales). Un chaleco y una boina resguardan del fr¨ªo a este agricultor jubilado a quien, para su desdicha, le han quitado su viejo tractor. Saluda a su fiel amigo Pablo Villagr¨¢n, pastor retirado, con c¨¢ustico humor castellano: ¡°Si nos vemos es que estamos vivos¡±. Cabrera, que almacena en el patio le?a para la lumbre y botellas vac¨ªas, solo usa el agua corriente para ducharse y fregar y asume que as¨ª es imposible taponar la gotera poblacional. La despoblaci¨®n ¡ªel censo ha ca¨ªdo m¨¢s de un 20% en estos seis a?os¡ª desvela a Mercedes Rodr¨ªguez, de 41, cabecilla de una plataforma que ha conseguido llevar a la arena pol¨ªtica el trastorno.
La mascarilla celeste de la lastre?a exhibe la reivindicaci¨®n del colectivo. Ella fue quien anim¨® a sus convecinos a decorar sus paredes con las botellas y a dise?ar las pancartas presentes en toda la localidad. Hasta el ¨¢rbol de Navidad se forma con las miles de botellas que gastan mensualmente.
Rodr¨ªguez se?ala un ¡°problema de dejadez pol¨ªtica¡± que brot¨® cuando en 2014 unos estudios revelaron altos ¨ªndices de ars¨¦nico en las aguas subterr¨¢neas. El remedio, un filtro de 50.000 euros, result¨® insuficiente porque al poco detectaron niveles perjudiciales de nitratos. El l¨ªmite legal es de 50 miligramos de nitratos por litro y 10 microgramos de ars¨¦nico por litro. Los de Lastra de Cu¨¦llar oscilan seg¨²n el mes. Agosto, por poco, no alcanz¨® esas cifras. S¨ª lo hizo septiembre. Por si las moscas la gente no bebe del grifo: el grupo reivindicativo ha dise?ado unas etiquetas donde se lee ¡°Agua con contaminaci¨®n de origen¡± para llamar la atenci¨®n de los pol¨ªticos.
La soluci¨®n se encuentra a apenas cuatro kil¨®metros en l¨ªnea recta, alguno m¨¢s en coche entre los densos pinares segovianos. Una fuente que emana del r¨ªo Cega brinda sus aguas a cinco pueblos de la zona mediante unas ca?er¨ªas con las que sue?a Lastras. La inversi¨®n prevista exigir¨¢ medio mill¨®n de euros, inasumible para el Ayuntamiento pero que espera cubrirse con apoyo de la Junta y la Diputaci¨®n. Lo acordado es que estas dos entidades se repartan el 80% del desembolso y lo dem¨¢s, unos 100.000 euros, lo aporten las arcas municipales. Rodr¨ªguez conf¨ªa en que las promesas de la Junta (PP-Ciudadanos) fructifiquen en 2021.
El alcalde, Andr¨¦s Garc¨ªa (Cs) afirma que si se confirma esta divisi¨®n el Ayuntamiento deber¨¢ solicitar un cr¨¦dito y espera que el pr¨®ximo a?o tengan la tuber¨ªa. Garc¨ªa cree que sus convecinos a veces son ¡°m¨¢s papistas que el Papa¡± al evitar consumir incluso cuando los an¨¢lisis reflejan que el agua, por poco, no rebasa la frontera de la insalubridad.
La principal ¨¢gora en tiempos de bares cerrados y distancia social tiene lugar ante el colmado de Fernando Mart¨ªn, que vende de todo y sirve de punto de encuentro. All¨ª varios ancianos protestan porque pagan impuestos religiosamente pero necesitan agua embotellada para cocinar unas lentejas: ¡°?Estamos hasta el gorro!¡±.
La menuda y canosa Mar¨ªa ?ngeles Cabrero, de 68 a?os, ha adaptado sus rutinas a esta realidad. A veces pasea hasta el ca?o donde, agachada y aguantando el equilibrio, llena garrafas del chorro que escapa a borbotones de la balsa del Cega de la que ans¨ªan nutrirse. M¨¢s de alg¨²n resbal¨®n, comenta entre risas y preocupaci¨®n, ha habido. ¡°El trabajo de la mujer del campo no se ve¡±, a?ade junto al incipiente cauce. De vuelta al centro de Lastras, Faustina Fernanz, de 79 a?os, combina el rosa de su bat¨ªn con el de las zapatillas y el gris de sus ojos con el de su cabello. ¡°Mis hijos me traen 20 garrafas de cinco litros cuando vienen¡±, apunta, protegida del viento con la cortina que cubre su puerta. Su marido, Juan Mu?oz, de 80, recurre tambi¨¦n a una carretilla para agilizar el trasvase, pero cuando ¨¦l no est¨¢, la mujer ¡ªcon ci¨¢tica¡ª, debe acarrear con los paquetes.
La falta de agua compromete presente y futuro: la escuela. Lastras a¨²n goza de colegio, pero el curso que viene se ir¨¢ una familia y no lograr¨¢n tener el m¨ªnimo de alumnos para mantenerlo.