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El r¨ªo Sella se adentra en territorio asturiano desde Le¨®n a trav¨¦s del desfiladero de los Beyos, un profundo y estrecho ca?¨®n fluvial de 12 kil¨®metros. Hasta su desembocadura en el mar Cant¨¢brico, a la altura de Ribadesella, recorrer¨¢ 66 kil¨®metros, abarcando una superficie de 1.246 kil¨®metros cuadrados.
Al este aparece el Parque Nacional de Los Picos de Europa, flanqueado por el r¨ªo Dobra, afluente del Sella, y por el Deva. Es uno de los emblemas asturianos, paisaje ic¨®nico para rutas ciclistas y senderistas o para la observaci¨®n de ¨¢guilas reales o rebecos. Es aqu¨ª, adem¨¢s, donde se hace el queso Cabrales.
El Parque Natural de Ponga est¨¢ reconocido como Reserva de la Biosfera. El Sella y su afluente, el Ponga, riegan esta maravilla natural que ofrece bosques como el hayedo de Pelo?o, cascadas como la de Puente Vidosa, aldeas centenarias y rutas senderistas que atraviesan fronda y quebrados.
Jos¨¦ Luis Alonso es el pastor m¨¢s joven de los Picos de Europa. A sus 25 a?os ya ha ganado dos veces el premio al mejor Gamon¨¦u del Puerto, uno de los cuatro quesos con Denominaci¨®n de Origen Protegido (DOP) que se producen en Asturias. La labor de estos pastores para la conservaci¨®n del ecosistema mereci¨® en 1994 el premio Pr¨ªncipe de Asturias.
Pepe Bada, un quesero con 200 a?os de pedigr¨ª:
¡°Siempre hay que preguntarse c¨®mo mejorar¡±
Despu¨¦s del ¨¦xito con el oso pardo, el Principado de Asturias busca estrategias para incrementar el n¨²mero de urogallos y quebrantahuesos, ambas, especies amenazadas.
Desde Cangas, se accede a Covadonga, origen del primer reino cristiano peninsular y puerta de acceso a los lagos. El coraz¨®n de Asturias.
24 t¨ªtulos y todav¨ªa no hay punto final para la historia. La pirag¨¹ista Mara Santos, medallista en campeonatos europeos y del mundo, ostenta el r¨¦cord absoluto de victorias en el Descenso Internacional del Sella. ¡°El Sella es lo m¨¢ximo, no solo por el r¨ªo sino por todo el folklore alrededor¡±.
El puente de Cangas de On¨ªs fue erigido en tiempos de Alfonso XI. Su arco peraltado es uno de los s¨ªmbolos m¨¢s reconocibles de Asturias. De ¨¦l pende una cruz de la Victoria con el alfa y el omega, la que aparece en la bandera asturiana.
Alrededor de Arriondas, Ribadesella y cercan¨ªas se hallan varios de los templos gastron¨®micos asturianos reconocidos con estrellas Michelin como El Corral del Indianu, de Campoviejo; Casa Marcial de Nacho Manzano o Arbidel, de Jaime Uz. El buen producto local es b¨¢sico para que se d¨¦ este fen¨®meno.
Arriondas es el punto de partida de los 20 kil¨®metros del Descenso Internacional del Sella, un hito deportivo celebrado desde 1930 y declarado de Inter¨¦s Tur¨ªstico Internacional. En los alrededores se asientan decenas de empresas que ofrecen a los visitantes: piraguas, espeleolog¨ªa, tiro al plato, h¨ªpica, escalada¡
Cerca ya de su desembocadura en el Cant¨¢brico, en Ribadesella, se halla la cueva de Tito Bustillo, una muestra sin parang¨®n de arte rupestre descubierta en 1968 por un grupo de j¨®venes monta?eros de la villa. En Asturias puedes recorrer 30.000 a?os de arte y cultura, desde estas pinturas prehist¨®ricas hasta las muestras m¨¢s innovadoras en Laboral Ciudad de la Cultura (Gij¨®n) o el Centro Niemeyer (Avil¨¦s).
El casco antiguo de esta villa respira su tradici¨®n marinera. El afamado dibujante Antonio Mingote represent¨® en seis paneles dispuestos a lo largo del paseo mar¨ªtimo su vinculaci¨®n con el Cant¨¢brico. Las vistas m¨¢s espectaculares las ofrece el mirador de la Virgen de la Gu¨ªa, con una ermita erigida al filo del acantilado.
Cerca ya de su desembocadura en el Cant¨¢brico, en Ribadesella, se halla la cueva de Tito Bustillo, una muestra sin parang¨®n de arte rupestre descubierta en 1968 por un grupo de j¨®venes monta?eros de la villa. En Asturias puedes recorrer 30.000 a?os de arte y cultura, desde estas pinturas prehist¨®ricas hasta las muestras m¨¢s innovadoras en Laboral Ciudad de la Cultura (Gij¨®n) o el Centro Niemeyer (Avil¨¦s).
Bajar el curso del r¨ªo Sella supone no solo acercarse a los s¨ªmbolos que representan lo que Asturias es (del santuario de Covadonga al puente de Cangas de On¨ªs). Tambi¨¦n es una manera de entender c¨®mo el futuro del Principado se construye con un ojo puesto en la tradici¨®n y el otro en la conservaci¨®n del patrimonio cultural y natural. Una forma de refrendar la tesis de quienes postulan el valor del turismo equilibrado, el que sirve como instrumento de desarrollo del territorio rural. Como reflejan algunos de los singulares personajes que encontraremos all¨ª.
El Sella se adentra en territorio asturiano desde Le¨®n a trav¨¦s de un estrecho ca?¨®n de 12 kil¨®metros, un escarpado desfiladero por el que va abri¨¦ndose paso un r¨ªo en el que, hasta su desembocadura en Ribadesella, aguardan multitud de sorpresas. En sus primeros kil¨®metros asturianos el curso fluvial del Sella traza la frontera entre dos joyas naturales: el parque natural de Ponga, que queda en la margen izquierda, reserva de la biosfera y tesoro para senderistas y amantes de la naturaleza, y los Picos de Europa.
La monta?a y los lagos de los Picos de Europa son pr¨¢cticamente como el jard¨ªn de casa para Pepe Bada, cuyo linaje ganadero, del cual hall¨® pruebas escritas, se remonta m¨¢s all¨¢ de 1870. Todos los d¨ªas de su vida Bada camina hasta cuevas a m¨¢s de 1.200 metros de altitud a las que no puede accederse con veh¨ªculo alguno, grutas que protegen su tesoro: un queso Cabrales que el a?o pasado alcanz¨® en puja el precio de 20.500 euros, reconocido por el Guinness como el m¨¢s caro del mundo. El Llagar de Colloto se impuso en esa subasta del queso del r¨¦cord a restaurantes de toda Espa?a.
En las cuevas se conservan los quesos a una temperatura estable, de entre seis y nueve grados, y con una humedad que ronda el 100%. ¡°Solo los quesos que pueden tener mejor evoluci¨®n van all¨ª. Yo los selecciono. Cuando empec¨¦ a hacer esto en 2002 la gente me miraba como a un loco: ¡®?Qui¨¦n va a pagar por estos quesos, cuyo sabor, me dec¨ªan, les recuerda a los que se hac¨ªan hace medio siglo? Ahora todos siguen mis pasos¡±.
Bada, al que le faltan pocos premios por coleccionar, explica la suerte de c¨ªrculo virtuoso del que ha sido testigo: la mejora de la producci¨®n local atrajo a m¨¢s gente a fabricar quesos cada vez de una calidad mayor, que en buena medida han sido aplaudidos y reclamados luego por chefs de prestigio y han llamado la atenci¨®n de consumidores hasta de las ant¨ªpodas. Actualmente hay 25 fabricantes de Cabrales certificados por la Denominaci¨®n de Origen Protegida (DOP).
¡°Una de las razones por las que la gente viene a Asturias es a comer¡±, declara Bada. Est¨¢ en lo cierto. De hecho, una de las creaciones ic¨®nicas del chef Jos¨¦ Antonio Campoviejo, al frente del Corral del Indianu, en Arriondas, a la vera del r¨ªo, es un bomb¨®n de chocolate blanco con Cabrales. Por este fen¨®meno, por esta comuni¨®n a la que alude Bada, el curso del Sella se ha convertido en el epicentro de la alta cocina de Asturias. A la estrella Michelin del Corral del Indianu se suman las dos de Nacho Manzano, cocinero de Casa Marcial (en Parres); la de Jaime Uz, del Arbidel (en Ribadesella) o, muy cerquita de all¨ª, la de El Retiro del Pancar, en Llanes. Los avances de la gastronom¨ªa y los de los productores locales se dan la mano.
Jos¨¦ Luis Alonso es el pastor m¨¢s joven de los Picos de Europa, pastores cuya labor en pro del mantenimiento del entorno mereci¨® en 1994 el reconocimiento de la Fundaci¨®n Pr¨ªncipe de Asturias. ?l, inspirado por su abuelo, un hist¨®rico del lugar, desea continuar la saga y que ¡°ni el lobo¡± lo eche de all¨ª. Con solo 25 a?os ya ha ganado dos veces el premio al mejor queso Gamon¨¦u del Puerto. ¡°No deseo vivir de ayudas ni de da?os, sino de lo que los animales nos dan¡±, afirm¨® en la junta de queseros el benjam¨ªn del grupo.
Picos de Europa fue el primer parque nacional de Espa?a. Hoy, el ecoturismo es una apuesta firme para la revitalizaci¨®n de la zona, como demuestra que el concejo de On¨ªs haya sido uno de los destinos escogidos por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo para sus planes de promoci¨®n del turismo sostenible. El objetivo es, precisamente, no solo cuidar el entorno y su biodiversidad sino, con ello, generar oportunidades para que m¨¢s j¨®venes como Alonso se establezcan all¨ª y no tengan que marcharse.
Siguiendo el curso del r¨ªo llegamos a Cangas de On¨ªs, puerta de acceso a los lagos y al santuario de la virgen de Covadonga, adem¨¢s de capital hasta el 774 del primer reino asturiano. El Sella pasa bajo el puente de arco peraltado que est¨¢ en la retina de todos, con la cruz de la Victoria, con el alfa y el omega, pendiendo en el centro. Quiz¨¢s uno de los s¨ªmbolos culturales m¨¢s identificables con este territorio.
Despu¨¦s, cuando el r¨ªo se une con el Pilo?a y vira definitivamente hacia Ribadesella, alcanza Arriondas, salida del Descenso Internacional del Sella, una competici¨®n de aura ya m¨ªtica ¨Cdeclarada Fiesta de Inter¨¦s Tur¨ªstico Internacional¨C que se celebra desde 1930. Solo en el entorno de la localidad se emplazan 23 empresas destinadas al turismo activo o de aventura. Pero Ricardo Soto, conocido como Calo, fue el pionero.
¡°Era el a?o 79 o el 80. Estaba en Dinamarca, pirag¨¹istas de varios pa¨ªses ¨ªbamos a competir en representaci¨®n de los nuestros, y de pronto me di cuenta de que all¨ª hab¨ªa m¨¢s participantes con ¨¢nimo recreativo que deportistas¡±, cuenta Calo, que compara la situaci¨®n entonces con el auge que hasta antes del par¨®n epid¨¦mico viv¨ªan ciertas maratones o carreras populares como la San Silvestre.
¡°En Francia, Alemania o Inglaterra me cruzaba con coches que portaban piraguas como otros llevaban bicicletas, as¨ª abr¨ª los ojos¡±. En 1991, convencido definitivamente por todos esos amigos que lo asaltaban con peticiones para que todo un profesional como ¨¦l los acompa?ase a bajar el Sella, inaugur¨® la Escuela Asturiana de Pirag¨¹ismo, inicio de una actividad en la zona que ahora incluye casi cualquier deporte al aire libre imaginable: escalada, h¨ªpica, tiro al plato¡
¡°Ha sido una evoluci¨®n trepidante. Y nuestro papel ha sido y seguir¨¢ siendo importante. Los que fomentamos estas actividades hemos conseguido que se mire a la naturaleza de otra manera, como un medio del que disfrutar, pero que hay que conocer y respetar. El futuro del turismo pasa precisamente por esto. Por la no masificaci¨®n, no podemos provocar la huida de los aut¨®ctonos: experiencias v¨ªvidas, y a ser posible activas, que nos acerquen a los lugare?os¡±, defiende Calo.
Mara Santos es palentina, aunque parcial y voluntariamente asturiana. Recuerda c¨®mo ya en categor¨ªa cadete su padre la llevaba a competir con la piragua a Asturias desde su pueblo, Velilla de Carri¨®n, a 100 kil¨®metros de Arriondas. ¡°Con 14 a?os ya baj¨¦ el Sella. Hac¨ªa tambi¨¦n competiciones en pista [canales], pero las hac¨ªa por los puntos porque esto era lo que me gustaba¡±, declara entre risas.
Dice del r¨ªo que es limpio y nada traicionero, con corrientes rectas, sin remolinos, y que cuando vuelcas o encallas lo haces en cascajeras, fondos de guijarros, siempre a salvo. ¡°El Sella, de verdad, es lo m¨¢ximo. Tengo fotos con algunos hist¨®ricos pirag¨¹istas all¨ª desde peque?a y, aunque ahora tenga 51 a?os, pretendo seguir yendo¡±. Toda una declaraci¨®n de intenciones de quien, en su palmar¨¦s, adem¨¢s de cinco medallas en campeonatos del mundo y tres europeas, ostenta el r¨¦cord absoluto de victorias del Descenso Internacional del Sella: ya van 24, y Santos promete m¨¢s guerra.
Arancha Marcotegui y Joaqu¨ªn L¨®pez viv¨ªan en Madrid hasta hace un lustro, momento en que decidieron instalarse en Cangas de On¨ªs. Quer¨ªan dedicarse por entero a la observaci¨®n y fotograf¨ªa de fauna y naturaleza, y, en el entorno del Sella, han logrado hacer de ello su modo de vida. Su propuesta de ecoturismo comenz¨® ofreciendo el avistamiento de las aves de los lagos de Covadonga y, despu¨¦s, del desfiladero de Los Beyos. Pero en 2017 encontraron tambi¨¦n su hueco en el r¨ªo: ¡°Quer¨ªamos hacer un descenso en canoa que permitiera la observaci¨®n de aves, necesit¨¢bamos lentitud y silencio: o¨ªr solo los trinos y el ruido del agua; as¨ª que partimos de tres kil¨®metros m¨¢s abajo de Arriondas¡±, explica L¨®pez, que a?ade que esa forma de conocer el Sella es una actividad cada vez m¨¢s demandada. Un aviso: puedes hacer la traves¨ªa acompa?ado por tu perro.
La sostenibilidad medioambiental es principo rector para ellos. Han fundado una asociaci¨®n de ecoturismo hace un a?o para agrupar a todos los que, como ellos, comparten el inter¨¦s del fomento de esas actividades respetuosas, no masificadas y no destinadas a traer a gente solo en verano. Y van m¨¢s all¨¢: calculan la huella medioambiental de cuanto hacen a lo largo del a?o (las emisiones de sus veh¨ªculos etc¨¦tera) y la compensan con donaciones a la reintroducci¨®n del quebrantahuesos, ave en peligro de extinci¨®n que intentan en Asturias que en un futuro pr¨®ximo corra la misma suerte que el oso pardo y crezca su poblaci¨®n, y con colaboraciones con el Proyecto Roble, dedicado a la repoblaci¨®n de laderas incendiadas con flora aut¨®ctona.
20 kil¨®metros cauce abajo, ya casi en la villa de Ribadesella, en la desembocadura del r¨ªo, en 1968 ocurri¨® algo que, por inesperado, por su trascendencia, casi podr¨ªa tildarse de milagro. Seis chicos y cuatro chicas de la zona, monta?eros, se adentraron en una cueva. ¡°Aqu¨ª hay pinturas¡±, grit¨® un compa?ero. ¡°Todav¨ªa se me pone la piel de gallina al pensarlo¡±, dice Amparo Izquierdo, que entonces, cuando descubrieron las pinturas prehist¨®ricas de Tito Bustillo, ten¨ªa 21 a?os.
¡°Nos separamos porque est¨¢bamos en lo que hoy se conoce como el camar¨ªn de las Vulvas y pensamos que, si hab¨ªa un mural, podr¨ªa haber m¨¢s¡±, explica. ¡°Yo estaba con Tito cuando se le apag¨® la luz y, al agacharse para encenderla, con el fogonazo repentino, vimos el caballo en la roca¡±. Tito es Tito Bustillo, que falleci¨® poco despu¨¦s en accidente de monta?a y en cuya memoria se bautiz¨® la cueva que alberga pinturas rupestres a lo largo de casi un kil¨®metro de galer¨ªas. Es una de las cinco muestras m¨¢s importantes de Europa de arte paleol¨ªtico.
Amparo Izquierdo (izquierda de la fotograf¨ªa) junto con varios de los descubridores de las pinturas rupestres el d¨ªa del hallazgo (1968). Tito Bustillo, quien dio nombre a la cueva, arriba a la derecha con casco blanco.
Izquierdo cuenta que, in situ, ya tuvieron noci¨®n de lo que ten¨ªan a la vista. ¡°Fuimos prudentes, pedimos asesoramiento inmediato, supon¨ªamos que aquel descubrimiento pod¨ªa ser importante¡±, cuenta esta profesora de educaci¨®n f¨ªsica hoy jubilada que, sin embargo, sigue volviendo a la cueva. Atesora recuerdos imborrables all¨ª, como una noche en vela pasada dentro con F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente. ¡°En los ¨²ltimos dos a?os debo haber acompa?ado a m¨¢s de 100 personas¡±.
Rodrigo de Balb¨ªn es prehistoriador, el experto de referencia al que acudir, a prop¨®sito de Tito Bustillo. Sus investigaciones demuestran que antecesores nuestros pintaron en aquellas cavernas desde el 36.000 a.C. hasta el 7.000 a.C. Este hecho, sumado a la variedad y valor est¨¦tico de las graf¨ªas, llena de razones la declaraci¨®n del sitio como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 2008. ¡°Trabajamos aqu¨ª con f¨ªsicos, ge¨®logos, ambient¨®logos, paleont¨®logos, con cient¨ªficos europeos y americanos; lo que analizamos es el pasado com¨²n a toda la humanidad, universal, y estamos ante un yacimiento de importancia mundial¡±.
Dice Balb¨ªn que el Centro de Arte Rupestre de Tito Bustillo, adem¨¢s, todav¨ªa tiene qu¨¦ ofrecer, pues podr¨ªa convertirse, defiende, en un lugar capital de divulgaci¨®n, vivo, de di¨¢logo no solo con la ciencia de hoy sino tambi¨¦n con artistas contempor¨¢neos. Al fin y al cabo, el patrimonio asturiano supone un viaje cultural de m¨¢s de 30.000 a?os. ?Qu¨¦ conversaci¨®n mejor que ese repaso para alumbrar el ma?ana?