Nueva York da ejemplo sobre c¨®mo abordar una gran nevada
Dejar que la nieve se amontone en fachadas y accesos supone multas a los vecinos
Salvo que revista dimensiones colosales, una nevada copiosa como las que suelen caer en enero y febrero especialmente, apenas interrumpe la actividad cotidiana en Nueva York, una ciudad bien preparada por la fuerza de la costumbre para afrontar inviernos rigurosos. Sorprende comprobar c¨®mo, a la ma?ana siguiente de una nevada, las aceras est¨¢n expeditas, y en los principales cruces y sem¨¢foros se han abierto lugares de paso para el peat¨®n, en una ciudad donde esta categor¨ªa b¨ªpeda abunda.
El Departamento de Saneamiento de Nueva York, una fuerza responsable de la recogida de basuras y la...
Salvo que revista dimensiones colosales, una nevada copiosa como las que suelen caer en enero y febrero especialmente, apenas interrumpe la actividad cotidiana en Nueva York, una ciudad bien preparada por la fuerza de la costumbre para afrontar inviernos rigurosos. Sorprende comprobar c¨®mo, a la ma?ana siguiente de una nevada, las aceras est¨¢n expeditas, y en los principales cruces y sem¨¢foros se han abierto lugares de paso para el peat¨®n, en una ciudad donde esta categor¨ªa b¨ªpeda abunda.
El Departamento de Saneamiento de Nueva York, una fuerza responsable de la recogida de basuras y la limpieza de las calles a la que se a?aden trabajadores estacionales cuando nieva, dispone de 36 quitanieves capaces de derretir de 60 a 120 toneladas por hora. . Pero del milagro de la limpieza de las aceras no se encargan las autoridades, sino los ciudadanos. Corresponde a porteros, encargados de mantenimiento de los edificios, comunidades de propietarios o due?os de establecimientos a pie de calle despejar un pasillo de al menos cuatro pies de ancho (1,2 metros), as¨ª como retirar la acumulaci¨®n de nieve o hielo de su fachada para evitar accidentes de los vecinos (los bufetes de abogados, siempre al quite, recuerdan que pueden denunciar cualquier ca¨ªda).
Si dejan amontonarse la nieve, pueden recibir una multa de entre 100 y 250 d¨®lares (de unos 82 euros a 205). Y adem¨¢s deben hacerlo escrupulosamente en tres tramos horarios. Si la nieve cae, por ejemplo, en horario diurno ¡ªentre las siete de la ma?ana y las cinco de la tarde¡ª la limpieza no puede demorarse m¨¢s de cuatro horas. Si cae por la noche, entre las 21.00 y las 7.00, las aceras deben estar despejadas antes de las once de la ma?ana.
Los camiones que esparcen sal (¡°la primera l¨ªnea de defensa¡±, en definici¨®n del Ayuntamiento) est¨¢n listos para actuar incluso antes de que empiece la tormenta, sobre todo en lugares umbr¨ªos y m¨¢s proclives a helarse. La nieve licuada se drena a trav¨¦s de la red de alcantarillado. Y es en las alcantarillas donde se producen los peores gajes del hermoso espect¨¢culo de la nieve en la Gran Manzana: incapaces de tragar tal cantidad de agua, sus rejillas se convierten en pozos sin fondo, cuando no placas de hielo, que complican la existencia del sufrido peat¨®n de Nueva York.