Guillermo Galeote: un caballero sin espada
¡°Muchas de las ideas atribuidas a uno u otro dirigente socialista eran creaci¨®n de Guillermo Galeote¡±, asegura Alfonso Guerra sobre el hist¨®rico dirigente socialista fallecido este jueves
La noticia de la muerte de Guillermo Galeote puede ser que no signifique mucho para las generaciones m¨¢s j¨®venes, pero los que le conocimos sabemos de la importancia que para la democracia espa?ola tuvo un hombre que no prefer¨ªa los grandes escenarios, que trabajaba siempre en un espacio de discreci¨®n, por su humilde condici¨®n natural.
Todos los que tuvimos la fortuna de compartir con ¨¦l las alegr¨ªas y las penas de la construcci¨®n de un proyecto democr¨¢tico para la naci¨®n somos conscientes de la extraordinaria personalidad que acaba de abandonarnos.
Sobre todas las circunstancias...
La noticia de la muerte de Guillermo Galeote puede ser que no signifique mucho para las generaciones m¨¢s j¨®venes, pero los que le conocimos sabemos de la importancia que para la democracia espa?ola tuvo un hombre que no prefer¨ªa los grandes escenarios, que trabajaba siempre en un espacio de discreci¨®n, por su humilde condici¨®n natural.
Todos los que tuvimos la fortuna de compartir con ¨¦l las alegr¨ªas y las penas de la construcci¨®n de un proyecto democr¨¢tico para la naci¨®n somos conscientes de la extraordinaria personalidad que acaba de abandonarnos.
Sobre todas las circunstancias, Guillermo era un amigo. Han sido para mi 60 a?os de amistad, desde los tiempos de la Universidad, cuando creamos el cineclub universitario de Sevilla, cuando cada s¨¢bado nos encontr¨¢bamos en el Pabell¨®n de Chile de la Exposici¨®n de 1929 para proyectar las pel¨ªculas que no ten¨ªan acceso a las pantallas de cine. Antes, present¨¢bamos la pel¨ªcula y al terminar la proyecci¨®n, inici¨¢bamos un coloquio que de manera indefectible acababa en una cr¨ªtica mordaz a la dictadura. Aquellos actos representaron una verdadera escuela pol¨ªtica en la que aprendimos a medir el pulso de nuestra juventud de entonces.
Durante a?os, Guillermo fue un pilar de la organizaci¨®n socialista ¡ªprimero clandestinamente, despu¨¦s legalmente¡ª, uno de los primeros en aquel grupo de sevillanos que habr¨ªa de alcanzar la direcci¨®n del PSOE y del Gobierno de Espa?a.
Guillermo pose¨ªa una inteligencia natural, especialmente dotada para el an¨¢lisis de los acontecimientos, aunque estos no le importaban tanto como conocer las causas y las consecuencias de los hechos. Por esta raz¨®n, acostumbraba a leer los peri¨®dicos ¡ªlos le¨ªa todos¡ª con un retraso deliberado de uno o varios d¨ªas, pues sosten¨ªa que la noticia, la novedad, cambiaba con el paso del tiempo; los a?adidos, las aclaraciones, las declaraciones de unos y otros desgajaban de lo noticioso el verdadero significado de lo sucedido.
Junto a Roberto Dorado, Guillermo era pieza fundamental en el Grupo de Estrategia que proporcion¨® durante a?os a la direcci¨®n del partido los elementos b¨¢sicos para la toma de decisiones. En los debates internos, Guillermo hablaba poco, pero sus intervenciones eran tan agudas, tan desnudas de sofisticaci¨®n pol¨ªtica, que ah¨ª se deten¨ªa el debate, no hab¨ªa m¨¢s que a?adir. Muchas de las ideas atribuidas a uno u otro dirigente socialista eran creaci¨®n de Guillermo Galeote.
Guillermo fue un hombre abnegado, sacrificado, no fue tratado bien ni por los ajenos ni por los propios. En la hora de la muerte muchos reflexionan y est¨¢n dispuestos a reconocer la excelencia de su condici¨®n humana ¡ªa pesar de que alguno queda, dispuesto a mancillar su ejemplar trayectoria¡ª, pero en los momentos en los que la actitud personal puede hacer vacilar el destino de una organizaci¨®n no se sabe valorar la grandeza de personas como Guillermo Galeote, dispuesto siempre a la expiaci¨®n personal para eximir la responsabilidad de los dem¨¢s. Fue siempre un hombre ¨ªntegro. A pesar de ello, hubo de sufrir la injusticia y la maldad, pero no es tiempo de ajustes con el pasado, ¨¦l no lo hubiese querido. Es la hora de recordar a un hombre excepcional con quien el socialismo tiene una deuda magn¨ªfica, como la democracia y la recuperaci¨®n de Espa?a que se produjo en los a?os 80.
Lo saben bien sus hijos Guillermo, Carlos y Esther, lo sabe Elena, lo saben sus amigos y compa?eros: lo que hemos perdido es un hombre bueno y tambi¨¦n un sustento inmenso de nuestros principios, de nuestras ideas de justicia y libertad. Sin Guillermo son muchas las cosas que hubieran sido diferentes.
Guillermo se ha marchado de manera discreta, como fue su vida toda, sin incomodar a nadie. Ahora todos saben lo grande que era, pero tal vez lo saben demasiado tarde. Es lo que ocurre siempre, es muy dif¨ªcil aceptar la excelencia de los vivos, el d¨ªa de las alabanzas llega cuando est¨¢n sonando las campanas.
En los tiempos pol¨ªticos que vivimos, como nos recuerda Rob Riemen, no son pocos los que condenan sin piedad las deficiencias de la democracia, en tanto que se muestran muy condescendientes con los cr¨ªmenes m¨¢s execrables, siempre y cuando estos concuerden con sus perspectivas ideol¨®gicas.
Guillermo siempre se mantuvo fiel a la b¨²squeda de la verdad, combatiente contra la demagogia y los populismos. Con su muerte perdemos su magisterio puro y desinteresado.
La realidad, su p¨¦rdida, quiere sobreponerse a nuestros sentimientos pero no los derrotar¨¢, por, que seguimos teniendo a Guillermo en nuestro coraz¨®n; si seguimos queri¨¦ndole no triunfar¨¢ la muerte.
Guillermo Galeote, m¨¦dico internista y pol¨ªtico, fue secretario de finanzas, y de prensa y propaganda del PSOE, y diputado por C¨®rdoba. Falleci¨® este jueves en Madrid a los 79 a?os.