C¨¢diz pide el indulto para un narco arrepentido
Jos¨¦ Antonio S. S., un traficante ya rehabilitado, se enfrenta a la c¨¢rcel por hechos de hace nueve a?os
Ganar 18.000 euros por pilotar una lancha atestada de hach¨ªs y quemar el dinero en caprichos, fiestas y droga es un espejismo muy alejado de la vida real. Al adolescente que fue Jos¨¦ Antonio S.S. en los a?os 2000 nadie se lo explic¨® cuando le propusieron entrar en el negocio del narco. Tampoco le advirtieron del infierno de adicciones, c¨¢rcel y decepciones que, con apenas 33 a?os, lleva a sus espaldas: ¡°No era necesario tanto sufrimiento para aprender¡±. Este gaditano asegura que ya ha derrotado a sus demonios, pero una pena ...
Ganar 18.000 euros por pilotar una lancha atestada de hach¨ªs y quemar el dinero en caprichos, fiestas y droga es un espejismo muy alejado de la vida real. Al adolescente que fue Jos¨¦ Antonio S.S. en los a?os 2000 nadie se lo explic¨® cuando le propusieron entrar en el negocio del narco. Tampoco le advirtieron del infierno de adicciones, c¨¢rcel y decepciones que, con apenas 33 a?os, lleva a sus espaldas: ¡°No era necesario tanto sufrimiento para aprender¡±. Este gaditano asegura que ya ha derrotado a sus demonios, pero una pena pendiente de prisi¨®n por unos hechos de hace nueve a?os amenaza con torcer de nuevo su vida. Solo un indulto podr¨ªa salvarle.
¡°Esto marca de por vida. Podr¨¦ hacerme viejecito, pero nunca podr¨¦ olvidar que perd¨ª seis a?os de mi vida en prisi¨®n y todav¨ªa podr¨ªan ser nueve¡±, afirma. El viernes, el extraficante, con la misma calma, narr¨® su vida y arrepentimiento a los 27 concejales del Ayuntamiento de C¨¢diz. El pleno acord¨® por unanimidad sumarse a su petici¨®n de indulto. Es la ¨²ltima bala que Esther Coto, su abogada, tiene para volver a elevar al Ministerio de Justicia una solicitud que hace dos semanas ya les lleg¨® denegada, pese a que el tribunal que conden¨® a Jose Antonio se mostr¨® favorable al perd¨®n.
El extraficante nunca ha rehuido su culpa. Con 14 a?os prob¨® el hach¨ªs. A los 16, comenz¨® a menudear. Con la veintena, culmin¨® su carrera en el narcotr¨¢fico: piloto de lanchas a las costas de Kenitra, en Marruecos. Cuanto m¨¢s ganaba, m¨¢s se gastaba en sus m¨²ltiples adicciones. ¡°Si el primer alijo sale bien, se crea una fantas¨ªa de pensar que puedes llegar a comer de eso. Es un enga?o y quien te lo ofrece lo sabe, van a por quienes tienen problemas de adicciones o de dinero¡±, sentencia. Narrar la aut¨¦ntica cara del narcotr¨¢fico forma parte de una catarsis que el gaditano ya inici¨® en octubre de 2019 con una entrevista en EL PA?S.
Ya entonces se hab¨ªa rehabilitado, pero los delitos de salud p¨²blica se le amontonaban. Una causa de 2008 y otra de 2011 le llevaron a pasar seis a?os y cuatro meses entre rejas. El periodo en prisi¨®n se inici¨® justo despu¨¦s de que le detuviesen el 22 de mayo de 2012 tras participar en un alijo de mil kilos de hach¨ªs en la desembocadura del Guadalete, el ¨²ltimo delito de su carrera, y tambi¨¦n el m¨¢s grave. Entonces no lo sab¨ªa, pero el joven tambi¨¦n firm¨® ah¨ª el principio del fin de sus adicciones y el inicio del largo camino judicial.
El alijo del Guadalete fue uno de los 2.427 escritos de acusaci¨®n que la Fiscal¨ªa Antidroga de C¨¢diz realiz¨® ese a?o. Acusado de un delito de narcotr¨¢fico y otro de organizaci¨®n criminal por alijar 1.000 kilos de hach¨ªs, el fiscal lleg¨® a pedir para ¨¦l seis a?os y nueve meses de prisi¨®n. El juicio tard¨® siete a?os en llegar a la Secci¨®n Cuarta de la Audiencia Provincial de C¨¢diz.
Una nueva vida
En sus seis a?os y cuatro meses en las prisiones de Puerto II y Puerto III por sus dos causas anteriores Jos¨¦ Antonio tuvo tiempo de conseguir el graduado escolar, comenzar estudios universitarios de Educaci¨®n Social por la UNED, conocer a su pareja, tener dos hijos y encontrar un trabajo en la industria auxiliar de los astilleros. Para construir esa nueva vida, tuvo primero que destruir la anterior aprendiendo a decir ¡®no¡¯. Rechaz¨® la ayuda de los capos para los que trabajaba ¡ªesos de ¡°traje de chaqueta¡± a los que nunca conoci¨® directamente¡ª, rehus¨® nuevas propuestas de viajes y se apart¨® de cualquier consumo de sustancias: ¡°Fue un proceso largo, de espinas y piedras. Hoy saludo a todo el mundo del pasado, pero no me paro con nadie¡±.
En el juicio celebrado a finales de 2019, Jose Antonio reconoci¨® los hechos y pidi¨® perd¨®n. ¡°En el uso de la ¨²ltima palabra, impact¨® bastante a la sala¡±, rememora Coto. Con una rebaja por dilaciones en el proceso, acab¨® condenado a los tres a?os y 11 meses que ahora pueden devolverle a prisi¨®n. Sin embargo, el mismo tribunal se mostr¨® a favor del indulto en junio de 2020. La sala tuvo en cuenta su esfuerzo por relatar en medios el infierno que se esconde tras el narcotr¨¢fico o su trabajo con multitud de asociaciones antidroga. ¡°La concesi¨®n de un indulto en tales circunstancias no generar¨ªa ning¨²n tipo de alarma social y resultar¨ªa equitativo al esfuerzo realizado por Jose Antonio S. S. para su rehabilitaci¨®n¡±, asegur¨® la sala en su informe al Gobierno, de quien depende la medida de gracia.
¡°Lo que ha hecho Jos¨¦ Antonio con los c¨ªrculos de Justicia restaurativa es incre¨ªble y ha sido la primera persona en Andaluc¨ªa en lograrlo¡±, a?ade su abogada. Sin embargo, el Ministerio de Justicia rechaz¨® su petici¨®n hace dos semanas. Coto ahora ya tiene lista una nueva solicitud en la que incluir¨¢ el respaldo del pleno municipal, y que deber¨¢ pasar de nuevo por la Audiencia antes de llegar al Gobierno. No parece f¨¢cil que ahora s¨ª atiendan a razones. De los 744 expedientes de indulto de delitos contra la salud p¨²blica resueltos en 2018 en Espa?a, el Ministerio solo atendi¨® favorablemente nueve.
Para la abogada, la denegaci¨®n del indulto ser¨ªa un fracaso colectivo, m¨¢s que personal: ¡°Si no se lo dan a ¨¦l, no s¨¦ a qui¨¦n se lo dan¡ Es una aut¨¦ntica garant¨ªa social, recuperar a alguien que fue por otro camino y que se arrepiente de ello¡±. Jose Antonio espera su futuro con ansiedad e incertidumbre. Teme dejar de nuevo su destino en suspenso. ¡°Gano menos, he asumido que soy pobre y acepto mi clase social. Pero me siento un privilegiado, tengo detr¨¢s a una gran familia. Mi vida es plena¡±, sonr¨ªe, pese a todo.