Las acusaciones no tienen su d¨ªa
Los exsecretarios generales del PP que declaran en la Audiencia logran irse de rositas y no admiten la caja b
Ya no hay dudas, el presidente del tribunal es un optimista sin remedio. Hab¨ªa citado para la jornada del martes a ocho testigos de peso, cuatro para que declararan entre las diez de la ma?ana y las doce del mediod¨ªa, y otros cuatro para que hicieran lo propio despu¨¦s de la pausa del caf¨¦ y antes de irse a comer. El caso es que a las 18.30 todav¨ªa estaba declarando Mar¨ªa Dolores de Cospedal, y casi el ¨²nico inter¨¦s que po...
Ya no hay dudas, el presidente del tribunal es un optimista sin remedio. Hab¨ªa citado para la jornada del martes a ocho testigos de peso, cuatro para que declararan entre las diez de la ma?ana y las doce del mediod¨ªa, y otros cuatro para que hicieran lo propio despu¨¦s de la pausa del caf¨¦ y antes de irse a comer. El caso es que a las 18.30 todav¨ªa estaba declarando Mar¨ªa Dolores de Cospedal, y casi el ¨²nico inter¨¦s que pod¨ªa deparar ya una jornada en la que los abogados de la acusaci¨®n popular hab¨ªan perdido por goleada frente a los antiguos secretarios generales del PP era si la exministra de Defensa, enemiga declarada de Luis B¨¢rcenas, iba a llamar por su nombre al extesorero, a quien hasta entonces solo se hab¨ªa referido como ¡°esa persona¡± o simplemente como ¡°¨¦l¡±.
¡ªUsted ha dicho al principio de su declaraci¨®n ¡ªpregunta un abogado a De Cospedal¡ª que no tiene amistad ni enemistad con ninguno de los acusados. ?Tampoco con el se?or B¨¢rcenas?
¡ªHacia ¨¦l solo siento desprecio.
Por fin una palabra caliente, rotunda, hermosa, inapelable. Hasta entonces ¡ªtodo un d¨ªa entero¡ª, los exsecretarios del PP Javier Arenas, Francisco ?lvarez Cascos y Dolores de Cospedal hab¨ªan seguido al pie de la letra la senda iniciada la pasada semana por ?ngel Acebes: negar una y otra vez la existencia de la caja b del PP y, por extensi¨®n, cualquier responsabilidad de los sucesivos secretarios generales en la gesti¨®n econ¨®mica del partido. Los abogados de la acusaci¨®n se estrellan una y otra vez contra los ¡°en absoluto¡± de Arenas, la indignaci¨®n de ?lvarez Cascos ¡ªque casi pidi¨® una medalla por haberle puesto coto a las constructoras¡ª, y la altivez de De Cospedal, quien a pesar de haber sido grabada por el comisario Villarejo mientras urd¨ªan juntos un plan contra B¨¢rcenas, contin¨²a negando cualquier irregularidad.
¡ªLa caja paralela no existe. No era del PP. Ser¨ªa de esa persona...
El optimismo del juez, sin embargo, tiene un efecto positivo, muy revelador. Adem¨¢s de los tres exsecretarios generales citados y del periodista Pedro J. Ram¨ªrez, que refiere casi en tiempo real sus cuatro horas de conversaci¨®n con B¨¢rcenas, declaran otros cuatro testigos pertenecientes al PP. Y entonces, como por arte de magia, ya s¨ª empieza a oler en la sala a caja b o a un sistema paralelo de financiaci¨®n que se le parece demasiado. Por orden de aparici¨®n, esos testigos son Jaime Ignacio del Burgo, Eugenio Nasarre, Jaume Matas y P¨ªo Garc¨ªa Escudero. Todos tienen una historia que contar. Todos advierten de entrada que nada les pareci¨® irregular ¡ª ¡°yo no lo hubiera permitido¡±, clama Del Burgo¡ª, pero todos reconocen que s¨ª recibieron del PP unas cantidades que, de forma total o parcial, aparecen consignadas en los famosos papeles de B¨¢rcenas. Jaime Ignacio del Burgo, primer presidente de la Diputaci¨®n Foral de Navarra y senador y diputado del PP durante 28 a?os, admite haber recibido dinero contante y sonante para ayudar a una v¨ªctima de ETA y para cubrir una vieja deuda con un banco de un exdirigente ya fallecido. El exdiputado Eugenio Nasarre tambi¨¦n recogi¨® de manos de Luis B¨¢rcenas 30.000 euros en billetes destinados a la Fundaci¨®n Humanismo y Democracia. El expresidente balear Jaume Matas admite que el partido le ayud¨® cuando dej¨® de ser ministro, aunque se desvincula de las anotaciones del extesorero, y el senador P¨ªo Garc¨ªa Escudero tres cuartos de lo mismo. Recibi¨® un adelanto del partido para reconstruir su casa despu¨¦s de un atentado de ETA, y aunque su nombre figura en los papeles, dice que todo fue legal y que reintegr¨® el pr¨¦stamo.
La acumulaci¨®n de testigos se muestra, por tanto, m¨¢s eficaz que la labor de los abogados de las acusaciones populares, quienes sin la ayuda del fiscal ni la abogac¨ªa del Estado -¡ªque apenas preguntaron¡ª fueron incapaces durante toda la jornada de poner contra las cuerdas a unos exsecretarios generales que ya solo tienen en com¨²n un objetivo: librarse como sea del fantasma de B¨¢rcenas.