Un marinero gallego pide la repatriaci¨®n tras estar un a?o retenido en Yemen
Pablo Costas, acusado de pesca ilegal por Australia, atraviesa un proceso legal sin garant¨ªas y denuncia una falta de apoyo de Exteriores
El marinero Pablo Costas lleva casi dos a?os sin ver a su familia. El capit¨¢n gallego, de 54 a?os, sali¨® a faenar en diciembre de 2019, como hac¨ªa desde hace tres d¨¦cadas, y a¨²n no ha logrado volver a su casa de Bueu (Pontevedra). Desde el 26 de septiembre de 2020, hace casi un a?o, Costas malvive junto a los 32 hombres de su barco, el Cobija, en el puerto yemen¨ª de Al Mukallah. La tripulaci¨®n y el nav¨ªo quedaron retenidos en ese estado ¨¢rabe, en guerra civil desde 2014, por una sor...
El marinero Pablo Costas lleva casi dos a?os sin ver a su familia. El capit¨¢n gallego, de 54 a?os, sali¨® a faenar en diciembre de 2019, como hac¨ªa desde hace tres d¨¦cadas, y a¨²n no ha logrado volver a su casa de Bueu (Pontevedra). Desde el 26 de septiembre de 2020, hace casi un a?o, Costas malvive junto a los 32 hombres de su barco, el Cobija, en el puerto yemen¨ª de Al Mukallah. La tripulaci¨®n y el nav¨ªo quedaron retenidos en ese estado ¨¢rabe, en guerra civil desde 2014, por una sorpresiva acusaci¨®n de pesca ilegal en Australia. Al embrollo judicial en el pa¨ªs oce¨¢nico se suma el abandono de los marineros por el actual armador del nav¨ªo, de nacionalidad somal¨ª, y que adquiri¨® la propiedad de la nave cuando esta estaba en alta mar.
El patr¨®n del Cobija explica a EL PA?S a trav¨¦s de audios de WhatsApp que vive en condiciones precarias, en un pa¨ªs en pleno conflicto b¨¦lico y con una de las peores crisis humanitarias del mundo: ¡°Ya no tenemos agua, en tres d¨ªas se acaba la comida. Nunca he tenido ning¨²n apoyo de los consulados, ni han respondido a mi petici¨®n de repatriaci¨®n¡±, denuncia el marinero pontevedr¨¦s. Costas describe la vida en el puerto yemen¨ª como una aut¨¦ntica tortura. ¡°Si quieren que me muera aqu¨ª, lo conseguir¨¢n. Hay basura, animales en las embarcaciones de nuestro alrededor y estamos infestados de ratas y cucarachas¡±, cuenta. Adem¨¢s, las temperaturas sobre el pesquero pueden superar f¨¢cilmente los 45 grados.
El hermano del marinero, V¨ªctor Costas, no comprende por qu¨¦ su situaci¨®n no se ha resuelto: ¡°Lo que m¨¢s me preocupa es su salud. Si tiene alg¨²n problema en esas condiciones no podr¨¢ hacer nada¡±. El Ministerio de Asuntos Exteriores afirma que mantiene una ¡°interlocuci¨®n constante¡± con Costas y que ¡°desde que tuvo conocimiento¡± de su caso ¡°le viene concediendo la m¨¢xima relevancia¡±, informa Miguel Gonz¨¢lez.
Despu¨¦s de zarpar desde Myanmar a finales de 2019 y faenar con normalidad durante casi un a?o en el oc¨¦ano ?ndico, el 18 de junio de 2020, el Cobija, de bandera de conveniencia boliviana, fue abordado por una patrulla australiana a 500 millas de la costa de Australia, mientras cursaba hacia el noroeste. Realizaron una inspecci¨®n de los registros, permisos y certificados, pero, seg¨²n el sindicato Central Unitaria de Traballadores (CUT), no se detect¨® ning¨²n il¨ªcito. El nav¨ªo, de 52 metros de eslora y construido en 1973, continu¨® su traves¨ªa en la misma direcci¨®n, buscando un puerto que le permitiera atracar debido a la irrupci¨®n de la pandemia.
Sin embargo, en ese tiempo, cuando el Cobija estaba en alta mar el barco cambi¨® de titularidad, y el nuevo armador, de nacionalidad somal¨ª, le orden¨® fijar rumbo hacia Yemen. El 26 de septiembre de ese a?o, el barco fonde¨® frente a la costa de Al Mukallah. All¨ª, el capit¨¢n fue informado de que ten¨ªa una orden de detenci¨®n de la Interpol, cursada por Australia, por un delito de pesca ilegal.
Tras varios meses de proceso, la condena de tres meses de prisi¨®n que se le impuso a Costas qued¨® suspendida, y este pidi¨® la repatriaci¨®n, el pasado 12 de mayo, ante los Consulados de Espa?a en Riad (Arabia Saud¨ª) y Mascate (Om¨¢n). Sin embargo, los documentos del juzgado yemen¨ª que confirmen esa suspensi¨®n nunca llegaron y no fue hasta varias semanas despu¨¦s que el marinero gallego supo que el fiscal hab¨ªan recurrido la resoluci¨®n.
Desde entonces, el patr¨®n del Cobija est¨¢ a la deriva: ni las autoridades han conseguido resolver su situaci¨®n ni le han prestado ning¨²n tipo de ayuda humanitaria. Manolo Caama?o, asesor del sindicato Coordinadora Unitaria de Traballadores (CUT), explica que la organizaci¨®n alert¨® al Ministerio de Exteriores de la situaci¨®n hace m¨¢s de tres meses.
Su esposa, preocupada por la ¡°inacci¨®n¡± del Gobierno espa?ol, envi¨® una carta a Exteriores solicitando auxilio. En la respuesta, a la que ha tenido acceso este peri¨®dico, el ministerio les explic¨® que la salida del capit¨¢n de Yemen ¡°est¨¢ supeditada a que se resuelva la causa pendiente y sea autorizada por las autoridades judiciales competentes¡±. Tambi¨¦n les aseguran que los consulados han ¡°pedido que se aclare la situaci¨®n¡± y que ¡°se le deje desembarcar y se le aloje en un lugar seguro con la debida protecci¨®n¡±.
Sin garant¨ªas jur¨ªdicas
Para la CUT, est¨¢ claro que no se ha respetado el derecho del marinero Costas a un proceso con todas las garant¨ªas. El sindicato explica que la defensa que se le asign¨® es la misma que la del armador somal¨ª, un hombre que ¨¦l no conoce y para quien ya no trabaja, dado que present¨® su renuncia como capit¨¢n del Cobija. Seg¨²n Caama?o, nunca se han presentado pruebas de que el barco en el que naveg¨® haya cometido pesca ilegal.
El marinero siente que no hay ¡°ganas de mojarse, de preguntar¡±. ¡°Solo me dan largas¡±, se queja. Costas cree que las autoridades no est¨¢n dispuestas a resolver su repatriaci¨®n. ¡°Si no fuera porque tengo compa?eros en Espa?a que tratan de alzar la voz sobre mi situaci¨®n, yo no tendr¨ªa ninguna esperanza¡±.
Tras casi un a?o de lucha, Costas mira su situaci¨®n con resignaci¨®n. Todos los consulados de los pescadores procedentes de Indonesia, Per¨², Senegal y Namibia est¨¢n alertados del tema y tienen contacto con ellos. Aun as¨ª, solo uno de los trabajadores, de nacionalidad rusa, ha podido regresar con su familia.
El capit¨¢n asegura que los tripulantes no tienen ning¨²n cargo judicial, pero m¨¢s de diez meses despu¨¦s de llegar a Yemen las autoridades no han permitido que ninguno de los pescadores salga del puerto. Costas hace un llamamiento a las autoridades, con ¨¦nfasis a la Embajada de Per¨² en Madrid, para que rescate al ¨²nico trabajador procedente de este pa¨ªs. ¡°Ellos lo est¨¢n pasando tan mal como yo, sin ninguna condena judicial¡±, concluye.
A solo tres d¨ªas de agotar sus reservas de comida asegura que no pedir¨¢ m¨¢s ayuda, est¨¢ convencido de que no tendr¨¢ respuesta. Sin embargo, sus papeles y orgullo como capit¨¢n siguen intactos: ¡°Un marinero no debe morir as¨ª, como una rata en un puerto. Nos debe llevar la mar¡±, dice, no sin antes pedir auxilio para los 32 hombres que forman parte de su tripulaci¨®n y que est¨¢n atrapados con ¨¦l. ¡°Ellos no tienen ning¨²n cargo, est¨¢n verdaderamente secuestrados¡±.
Un barco en el punto de mira de las ONG
El 'Cobija', anteriormente denominado 'Cape Flower', est¨¢ en el punto de mira de las organizaciones conservacionistas. La ONG Sea Sheperd afirma que el barco pesquero se encuentra incluido en la lista negra internacional por pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, y que se agreg¨® a la lista negra de pesca furtiva de la Organizaci¨®n de los Caladeros del Atl¨¢ntico Sureste (SEAFO, en sus siglas en ingl¨¦s) en 2017. Desde entonces, se sospecha que ha realizado pesca furtiva de merluza negra en la zona ant¨¢rtica.