Vox prende fuego a la Agenda 2030 de la ONU en su fiesta
El partido de Abascal quema una falla con una feminista, un ecologista y un magnate de izquierdas
?Qu¨¦ es la Agenda 2030? ¡°Es el globalismo, que nos quiere robar la libertad¡±, contesta un hombre de mediana edad, con una insignia del Ej¨¦rcito del Aire en la solapa. Ante la incredulidad de su interlocutor, a?ade: ¡°?Ha o¨ªdo decir que no debemos comer carne? Pues es eso¡±.
La Agenda 2030, aprobada en septiembre de 2015 por la Asamblea General de la ONU, no dice una palabra sobre el consumo de carne. ...
?Qu¨¦ es la Agenda 2030? ¡°Es el globalismo, que nos quiere robar la libertad¡±, contesta un hombre de mediana edad, con una insignia del Ej¨¦rcito del Aire en la solapa. Ante la incredulidad de su interlocutor, a?ade: ¡°?Ha o¨ªdo decir que no debemos comer carne? Pues es eso¡±.
La Agenda 2030, aprobada en septiembre de 2015 por la Asamblea General de la ONU, no dice una palabra sobre el consumo de carne. Sus 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) se refieren a la erradicaci¨®n de la pobreza extrema y el hambre, al acceso universal a la educaci¨®n y la sanidad. Pero en la fiesta que Vox celebra este fin de semana en el recinto ferial de Madrid (Ifema) no hay ning¨²n foro para debatir sobre la Agenda 2030. A la Agenda 2030 le prenden fuego.
En una esquina, junto al escenario, se levanta la falla que Vox proyectaba quemar el s¨¢bado por la noche, como ¡°cierre colosal¡± (sic) de la primera jornada de Viva 21, un remedo de la fiesta que el PCE viene celebrando desde 1977, con bocatas de tortilla y actuaciones musicales, pero sin debates tediosos y sesudos.
En la base de la falla est¨¢n representados los trabajadores que con su esfuerzo sostienen a la sociedad (una enfermera, un obrero, un cocinero, un polic¨ªa) y sobre ellos, como par¨¢sitos, una feminista, un ecologista y un magnate de izquierdas (por el pu?o cerrado en la camiseta que asoma bajo la chaqueta), rodeados de coronavirus. Sobre la pir¨¢mide, un sol con los s¨ªmbolos de los 17 objetivos de la ONU, destinados a ser pasto de las llamas para regocijo de los asistentes.
Desde un rato antes de que abriera sus puertas, una multitud hac¨ªa cola para acceder al recinto ferial. Vox esperaba congregar a unas 20.000 personas a lo largo del fin de semana. Podr¨ªan ser m¨¢s. Nada hay m¨¢s popular que lo gratuito. Solo hay que sacar la entrada a trav¨¦s de internet ¡ªinicialmente el acceso estaba restringido a los afiliados, pero desde el lunes se abri¨® a todo el p¨²blico¡ª y, si se quiere, aportar un donativo.
La feria ocupa cuatro hect¨¢reas de aparcamiento, incluido un parque de atracciones infantiles. Hay 52 casetas ¡ªuna por cada provincia, m¨¢s Ceuta y Melilla¡ª porque para Vox no deber¨ªan existir las comunidades aut¨®nomas. En la de Gerona, escrito con e, un cartel con el lema ¡°municipi de la Rep¨²blica catalana¡± sirve de felpudo. Se recogen firmas pidiendo la ilegalizaci¨®n de los partidos separatistas y se venden boletos para sortear una bandera de Espa?a y una pata de jam¨®n.
Al entrar en el recinto se recibe la credencial del viajero, un cuaderno que se sella en cada uno de los puestos provinciales. Si se completa, se gana un libro sobre Espa?a como obsequio. Quiere imitar a La Compostelana, el documento eclesi¨¢stico que acredita haber recorrido al menos 100 kil¨®metros del Camino de Santiago. Igual que un encierro con toros de cart¨®n rememora los Sanfermines y un correfoc, la fiesta popular mediterr¨¢nea. La Espa?a que reconocer¨ªa cualquier turista extranjero.
La feria muestra hasta qu¨¦ punto Vox ha generado una constelaci¨®n de grupos en su ¨®rbita. Hay una asociaci¨®n de v¨ªctimas del coronavirus, otra de vecinos, una de ayuda a las v¨ªctimas de la violencia dom¨¦stica (no confundir con violencia machista) e incluso una Asociaci¨®n de Mujeres por la Igualdad, que defiende ¡°un feminismo sano y equitativo¡±. Cuando se pregunta a la mujer que atiende a los curiosos si tambi¨¦n se pueden asociar hombres, responde con evasivas. Tambi¨¦n est¨¢n representados una fundaci¨®n de colegios segregados, el sindicato de Vox, su editorial y su televisi¨®n (el Toro TV). Es posible desarrollar cualquier actividad cotidiana sin salir del universo Vox.
Los visitantes se hacen fotos junto a unos chulapos con organillo, unos caballeros de las cruzadas y una pareja con traje t¨ªpico asturiano. Tambi¨¦n con un Abascal de cart¨®n a la entrada de una tienda de ropa. Pero el m¨¢s demandado es el Abascal aut¨¦ntico, que visita una por una las casetas seguido por una multitud que se api?a para saludarle y pedirle un selfi. Por megafon¨ªa se recuerda a la gente que se ponga las mascarillas, sin mucho ¨¦xito.
Ning¨²n discurso pol¨ªtico empa?a el ambiente festivo durante la ma?ana. Eso queda para la tarde, cuando Abascal carga contra ¡°el lamentable presidente de Estados Unidos¡±, Joe Biden, quien critic¨® el viernes ¡°la historia dolorosa de errores y atrocidades que muchos exploradores europeos infligieron¡± a los ind¨ªgenas americanos. ¡°?C¨®mo se atreve a decir eso?¡±, se pregunta indignado el l¨ªder de Vox. ¡°Ni un paso atr¨¢s, Nosotros no pedimos perd¨®n a los progres. Sentimos orgullo de nuestra historia¡±, sentencia. En el mitin de este domingo, el gran acto pol¨ªtico de la fiesta, compartir¨¢ tribuna con Andr¨¦ Ventura, l¨ªder del portugu¨¦s Chega, y Giorgia Melloni, de Fratelli d¡¯Italia, los partidos hermanos de Vox, y presentar¨¢ la Agenda Espa?a, su alternativa a la Agenda 2030, que mantiene en secreto y no se sabe si incluir¨¢ o no alg¨²n punto relativo al consumo de carne.