El primer contrato de los menores extranjeros
En solo un mes el cambio del reglamento de Extranjer¨ªa lleva a m¨¢s de 4.500 j¨®venes inmigrantes a solicitar sus permisos de residencia y trabajo en Espa?a
Borja Z¨¢rraga es el director entusiasta de una compa?¨ªa que, por lo que cuenta, va como un tiro. El grupo vasco Haizea Wind se dedica a la fabricaci¨®n de molinos de viento que se exportan a los enormes parques e¨®licos del norte europeo. Ya les iba bien ¡ªfacturan 200 millones de euros al a?o¡ª, pero la apuesta de la UE por las energ¨ªas renovables para salir de la crisis acaba de ofrecerles una oportunidad de expansi¨®n sin precedentes. Z¨¢rraga planea incrementar la plantilla y duplicar la capacidad de la f¨¢brica, aunque hay un pero: no encuentra los trabajadores que precisa. ¡°Si queremos crecer n...
Borja Z¨¢rraga es el director entusiasta de una compa?¨ªa que, por lo que cuenta, va como un tiro. El grupo vasco Haizea Wind se dedica a la fabricaci¨®n de molinos de viento que se exportan a los enormes parques e¨®licos del norte europeo. Ya les iba bien ¡ªfacturan 200 millones de euros al a?o¡ª, pero la apuesta de la UE por las energ¨ªas renovables para salir de la crisis acaba de ofrecerles una oportunidad de expansi¨®n sin precedentes. Z¨¢rraga planea incrementar la plantilla y duplicar la capacidad de la f¨¢brica, aunque hay un pero: no encuentra los trabajadores que precisa. ¡°Si queremos crecer necesito profesionales muy espec¨ªficos, formados y entrenados. Podemos buscarlos en otros sitios, pero nuestra apuesta es meter gente joven en la base con ganas de aprender, trabajar y profesionalizarse para que vayan subiendo¡±, explica el ejecutivo en la f¨¢brica del puerto de Bilbao. ¡°No importa de donde sean¡±.
En la sala de reuniones donde Z¨¢rraga proyecta el futuro de la empresa se encuentran Othmane, Bandja y Mohamed, tres chavales de 20 a?os de Marruecos, Guinea y Costa de Marfil, respectivamente, que llegaron a Espa?a en patera cuando eran unos cr¨ªos. Hace unos meses ninguno de los tres ten¨ªa la esperanza de poder trabajar porque sus papeles no se lo permit¨ªan, pero ahora ellos y otros 10 j¨®venes inmigrantes como ellos est¨¢n a punto de incorporarse al engranaje de esta compa?¨ªa de m¨¢s de un millar de empleados. Formados en distintos cursos de FP, cobrar¨¢n 20.000 euros brutos al a?o como auxiliares de pintura y soldadura y ser¨¢n uno m¨¢s en el plan de carrera de la empresa. ¡°Se habla mucho de los chavales que dan problemas, que claro que los hay, pero se habla poco de todos los que tienen un hambre por trabajar, por cumplir y por aprovechar la oportunidad, que es muy dif¨ªcil encontrar en la gente joven hoy en d¨ªa. Y es de admirar¡±, tercia Z¨¢rraga.
El pasado mes de octubre, el Consejo de Ministros aprob¨® un cambio del reglamento de la ley de Extranjer¨ªa que elimin¨® muchas de las barreras que imped¨ªan vivir y trabajar legalmente a los menores y j¨®venes extranjeros que han migrado solos a Espa?a. Unos 15.000 chavales entre 16 y 23 a?os encontraban todo tipo de trabas, sobre todo para poder trabajar. Entre los requisitos para conseguir una autorizaci¨®n de trabajo, m¨¢s all¨¢ de la de residencia, la ley les exig¨ªa ofertas de contrato de un a?o a jornada completa o medios propios de vida imposibles de alcanzar (hasta 2.000 euros mensuales). Desde que el cambio entr¨® en vigor, la segunda semana de noviembre, conseguir autorizaciones de residencia y trabajo es mucho m¨¢s f¨¢cil y r¨¢pido y las oficinas de extranjer¨ªa han recibido una avalancha de peticiones. Cientos de j¨®venes han empezado ya a enderezar su futuro en el campo, en f¨¢bricas o restaurantes.
La Secretar¨ªa de Estado de Migraciones, impulsora de la reforma contra el criterio de Interior, mantiene que desde que la medida entr¨® en vigor, el pasado 9 de noviembre, hasta la ¨²ltima semana de diciembre se han tramitado al menos 4.500 peticiones. De todas ellas, seg¨²n fuentes de la Administraci¨®n, cerca de 1.500 eran de menores y mayores de edad que no contaban con ninguna autorizaci¨®n, es decir, que estaban sin papeles. Migraciones no ha concretado el n¨²mero de concesiones, pero aquellos que est¨¢n acompa?ando los procesos administrativos destacan la rapidez con la que se est¨¢n resolviendo los expedientes.
El contrato de Mohamed Ciss¨¦ en Haizea Wind est¨¢ ya preparado y firmado a la espera de que su permiso de residencia incluya la frase ¡°autoriza a trabajar¡±. Tras el cambio del reglamento, solicit¨® la modificaci¨®n de sus papeles, pero a¨²n tendr¨¢ que esperar unas semanas hasta que se la tramiten. Est¨¢ impaciente por poder enviar dinero por primera vez a su familia. ¡°Joer, llevo haciendo pr¨¢cticas desde 2019. Dos empresas me llegaron a ofrecer un contrato, pero me dijeron que no pod¨ªan esperar a que intentase cambiar mis papeles. Pod¨ªan tardar tres meses [en el mejor de los casos] y eso para una empresa es much¨ªsimo¡±, cuenta. Mientras, la compa?¨ªa le mantiene en pr¨¢cticas y se ha comprometido a pagarle como a cualquier empleado contratado hasta que se incorpore.
A casi 1.000 kil¨®metros de distancia de la f¨¢brica de molinos, en Jerez de la Frontera, Hamza Guerrouje, de 19 a?os, acaba de empezar a trabajar en una empresa que exporta losas hidr¨¢ulicas al Reino Unido. Guerrouje era uno de esos chavales que ten¨ªa todas las papeletas para echarse a perder. Lleg¨® a Melilla en 2019 y, aunque le tramitaron la residencia, entre burocracias y pandemias, nunca lleg¨® a finalizar el tr¨¢mite y tener su tarjeta de extranjero. Cumpli¨® los 18 a?os, se qued¨® en la calle y escap¨® de la ciudad aut¨®noma en los bajos de un cami¨®n a bordo de un ferri. Acab¨® en Barcelona malviviendo entre parques y casas okupas con su autorizaci¨®n caducada. ¡°No encontraba trabajo, ni d¨®nde comer, ni d¨®nde ducharme. Fue bastante sufrimiento¡±, cuenta por videollamada.
Sin saber c¨®mo salir del agujero, Guerrouje se march¨® en busca de Michel Bustillo, el fundador de la ONG Voluntarios por otro Mundo que lleva a?os volcada en buscar oportunidades a los menores extranjeros que se hacen adultos en la precariedad m¨¢s absoluta. Se mud¨® a Jerez y su decisi¨®n y el cambio de reglamento viraron su suerte. Tambi¨¦n un partido de f¨²tbol.
El pasado 16 de octubre, tres d¨ªas antes de la aprobaci¨®n de la nueva norma, Alex Aguirre, socio de la empresa de losas Maitland & Poate Familia acud¨ªa a un trofeo ben¨¦fico de f¨²tbol que ¨¦l mismo organizaba. Aguirre se fij¨® en que nadie quer¨ªa ponerse de portero y que bajo los palos acab¨® un chaval que no solo acept¨® el encargo, sino que se tir¨® al suelo con cada bal¨®n que intentaban colarle. ¡°Me llam¨® la atenci¨®n porque m¨¢s all¨¢ de ponerse en un sitio donde nadie quer¨ªa, lo hac¨ªa lo mejor que pod¨ªa. Y cuando termin¨®, de buen humor, se puso a saludar a todo el mundo¡±, recuerda Aguirre. ¡°Y eso es justo lo que necesitamos, gente que se implique y ponga todo de su parte. Y no creas que es f¨¢cil encontrarlo. Es complicado encontrar a gente para determinados trabajos¡±. El chico de la porter¨ªa era Hamza Guerrouje y aquel d¨ªa, sin saberlo, firm¨® su primer contrato.
El precipicio de la mayor¨ªa de edad
La situación de los menores extranjeros que migran solos se complica en cuanto cumplen la mayoría de edad. En España la edad media de emancipación juvenil es de 29,5 años, una de las más tardías de Europa, pero los jóvenes extranjeros están obligados a buscarse la vida en cuanto llegan a los 18 años, cuando les expulsan de los centros de acogida. Mantener o lograr sus papeles, en el caso de que no se los hayan tramitado, es aún una de las principales trabas, además de continuar formándose, alquilar una casa y sustentarse cuando, en la mayoría de los casos, no se les permite trabajar. Algunos programas públicos, como el de la diputación de Bizkaia, o la labor de varias ONG, como la de Voluntarios por Otro Mundo, en Jerez de la Frontera, logran acompañar esa etapa crítica de transición hacia la vida adulta. Othmane, Bandja y Mohamed son tres de los 250 jóvenes que desde 2018 han pasado por el programa de inserción juvenil de la Diputación Foral de Bizkaia, enfocado sobre todo en su inserción laboral. Con esta iniciativa, los jóvenes han podido formarse en hostelería, soldadura, informática o fontanería y se les han gestionado prácticas remuneradas. Con el cambio del reglamento, la mayoría de ellos podrá trabajar.