Un grupo de disidentes ralentiza la autocr¨ªtica de la izquierda ¡®abertzale¡¯
El congreso de Sortu, matriz de Bildu, topa con un 22% que rechaza el ¡°tacticismo¡± de Otegi al apoyar los Presupuestos y alejarse del proyecto rupturista con el Estado
Bildu mantendr¨¢ su pol¨ªtica activa de reconocimiento a las v¨ªctimas del terrorismo, pero, al menos hasta las elecciones municipales de 2023, no avanzar¨¢ hasta hacer autocr¨ªtica por su pasada complicidad con ETA ni, en consecuencia, ser¨¢ partido de gobierno en Euskadi. Es una conclusi¨®n del proceso congresual de Sortu, el partido matriz de Bildu, que culmina la pr¨®xima semana. El rechazo al programa de un 22% de los militantes fuerza a la mayor¨ªa renova...
Bildu mantendr¨¢ su pol¨ªtica activa de reconocimiento a las v¨ªctimas del terrorismo, pero, al menos hasta las elecciones municipales de 2023, no avanzar¨¢ hasta hacer autocr¨ªtica por su pasada complicidad con ETA ni, en consecuencia, ser¨¢ partido de gobierno en Euskadi. Es una conclusi¨®n del proceso congresual de Sortu, el partido matriz de Bildu, que culmina la pr¨®xima semana. El rechazo al programa de un 22% de los militantes fuerza a la mayor¨ªa renovadora a buscar equilibrios, lo que ralentizar¨¢ su proceso de normalizaci¨®n democr¨¢tica y ruptura con su herencia como brazo pol¨ªtico de ETA.
La direcci¨®n de Sortu, vinculada al coordinador general de Bildu, Arnaldo Otegi, que en este congreso renueva a su equipo, ha reafirmado como eje la lucha contra la desigualdad de las condiciones laborales y vitales sin abandonar su reivindicaci¨®n soberanista. Esta orientaci¨®n lo ha comprometido con la pol¨ªtica institucional, con la negociaci¨®n parlamentaria, incluido el apoyo a los Presupuestos en las Cortes y en Navarra. Ha asumido el pragmatismo en pol¨ªtica penitenciaria, descartando la amnist¨ªa, aceptando la legalidad y la reinserci¨®n, instando a los presos de ETA a cumplirla, a reconocer el da?o a sus v¨ªctimas y a desautorizar los ongi etorri (recibimientos p¨²blicos a etarras excarcelados).
Pero esta pol¨ªtica pragm¨¢tica, que la nueva direcci¨®n mantendr¨¢, ha encontrado una disidencia del 22%, encabezada por veteranos de Batasuna como Joseba ?lvarez, Carmelo Landa y Elena Beloki, exdirigente etarra. Los disidentes han enmendado a la totalidad la posici¨®n oficial de Sortu, califican el pragmatismo de su direcci¨®n como ¡°excesivamente tacticista¡± y le acusan de desorientar y desmovilizar a las bases.
Consideran que los apoyos presupuestarios en las Cortes y en Navarra han sido gratuitos y que al votar los Presupuestos estatales han respaldado a la Casa del Rey y proyectos, como el AVE vasco, que la izquierda abertzale ha combatido insistentemente. Tambi¨¦n critican a la direcci¨®n por ¡°haber presionado¡± al colectivo de presos para desautorizar los ongi etorri. Pero su desafecci¨®n se centra en que el pragmatismo lleva a Sortu a asumir la legalidad constitucional y estatutaria y le aleja de su proyecto rupturista con el Estado. Los disidentes critican tambi¨¦n que la pol¨ªtica institucional no est¨¢ compensada con la movilizaci¨®n callejera e insisten en que ¡°no se avanza solo por la v¨ªa institucional¡±. Est¨¢n cercanos al rupturismo de Carles Puigdemont y alejados del pragmatismo de ERC, que ha estrechado lazos con Bildu.
Los renovadores, ganadores del congreso, reelegir¨¢n como secretario general a Arkaitz Rodr¨ªguez, vinculado a Otegi desde que en 2007 iniciaron la reconstrucci¨®n de la izquierda abertzale para adaptarla al final del terrorismo. Tambi¨¦n entrar¨¢ en la direcci¨®n David Pla, exdirigente de ETA que, desde dentro, contribuy¨® al final del terrorismo. Pla, que no cometi¨® delitos de sangre y cumpli¨® su condena, se alinea con los renovadores que utilizan su imagen para neutralizar a los disidentes. Otegi, coordinador de Bildu y fundador de Sortu, pese a su controvertida imagen por su pasado, utiliza su autoridad interna para impulsar la renovaci¨®n.
El equipo de Rodr¨ªguez ha copado la direcci¨®n de Sortu y ha conseguido que el congreso rechace la propuesta disidente de instaurar corrientes internas. Pese a esa disidencia, la direcci¨®n de Sortu se siente fortalecida porque, aunque distanciada del PNV, Bildu se ha convertido en segunda fuerza vasca (en las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas obtuvo su mejor resultado) y lo atribuye a su pragmatismo. Tambi¨¦n atribuye a ello los avances en pol¨ªtica penitenciaria, como el acercamiento de presos a c¨¢rceles vascas y navarras, y la consideraci¨®n de las progresiones de grado, aunque reprocha su lentitud.
La direcci¨®n de Sortu no teme que los disidentes se escindan, pero, para evitarlo, ha decidido ralentizar su proceso de normalizaci¨®n e incluso hacer concesiones puntuales, como se ha visto recientemente. El reconocimiento de Arkaitz Rodr¨ªguez al etarra Troiti?o, fallecido tras cumplir condena por una veintena de asesinatos y sin autocr¨ªtica, al que calific¨® como ¡°v¨ªctima del conflicto vasco¡±, enturbi¨® el clima positivo suscitado por el colectivo de presos al desautorizar los ongi etorri. Igual sucedi¨® con el respaldo de Sortu a Mikel Antza, jefe pol¨ªtico de ETA durante la campa?a criminal de socializaci¨®n del sufrimiento, en una reciente comparecencia judicial.
Estos hechos evidencian la dificultad de Sortu para avanzar hacia la autocr¨ªtica sobre su pasada complicidad con ETA. Los disidentes se niegan tajantemente a admitir que el terrorismo etarra fue injustificable. Arkaitz Rodr¨ªguez reconoci¨® recientemente las dificultades internas que tuvieron al reconocer a las v¨ªctimas del terrorismo etarra y pedir al colectivo de presos que desautorizara los ongi etorri. ¡°La autocr¨ªtica sobre el pasado no est¨¢ ahora en la agenda. Nuestros esfuerzos han tenido un coste. Seguiremos dialogando con socialistas y Podemos y buscando acuerdos. Nos une la radicalizaci¨®n de la derecha¡±, se?alan fuentes de Bildu. Pero, en esta coyuntura, es pr¨¢cticamente imposible que Bildu apoye la reforma laboral del Gobierno cuando, adem¨¢s, los sindicatos LAB y ELA se oponen de una manera tajante.
Diez a?os de evoluci¨®n
Como consecuencia del frenazo, se aleja la expectativa de Bildu como partido de gobierno alternativo al PNV. En tres ayuntamientos vascos (Irun, Eibar y Durango), PSE y Podemos han alcanzado acuerdos en esta legislatura con Bildu sin entrar en el gobierno municipal. El PNV temi¨® que fraguara el embri¨®n de un gobierno tripartito de izquierdas. La falta de consistencia de los ¨²ltimos avances de Bildu lo descartan. ¡°Nuestra expectativa es mantener el pacto de gobierno con el PNV para las municipales y forales¡±, aseguran fuentes socialistas.
Bildu y su matriz Sortu est¨¢n en evoluci¨®n. En diez a?os han dado pasos importantes, como el rechazo del terrorismo, su contribuci¨®n al desarme y disoluci¨®n de ETA, su pragmatismo en pol¨ªtica penitenciaria y su participaci¨®n parlamentaria. Pero tiene un techo para ser partido de gobierno, especialmente por su ausencia de autocr¨ªtica por el pasado. En otro plano, acusa falta de rodaje con instituciones claves como la Ertzaintza y la judicatura, l¨ªneas rojas para la antigua Batasuna, aunque Otegi las ha cruzado con otra de esas entidades, la patronal. Necesitan tiempo, nuevamente, como les sucedi¨® con el fin del terrorismo y la disoluci¨®n de ETA.
Pintadas y ¡®ongi etorri¡¯
La disidencia en la izquierda abertzale se mueve exclusivamente en el campo político. Ni promueve ni practica la violencia. Los expertos policiales de la Ertzaintza y de las Fuerzas de Seguridad del Estado coinciden en el diagnóstico. “Lo máximo que hay son pintadas, realizadas por pequeños grupos, en respuesta a hechos puntuales como hace año y medio durante la huelga de hambre del preso etarra Patxi Ruiz. Pintaron sedes del PSE y del PNV y delante del domicilio de Idoia Mendia, secretaria general del PSE. También las ha habido ante sedes de la Ertzaintza, pero sin amenazas de muerte como en el pasado”.
Tras las pintadas está básicamente GKS (Gazte Koordinadora Sozialista), una pequeña escisión de Ikasle Abertzaleak (“Estudiantes Patrióticos”). ATA (Amnistía y Libertad), que tuvo alguna capacidad movilizadora en respuesta a la parálisis en la política penitenciaria durante el Gobierno de Mariano Rajoy, hoy está muy debilitada. Lo más llamativo de estos grupos ha sido su convocatoria de algunos ongi etorri, como el sucedido en Pamplona en Navidades, para desafiar a la posición oficial de la izquierda abertzale.