Los 18 d¨ªas sin Esther rompen Traspinedo
La investigaci¨®n de la desaparici¨®n de una mujer de 35 a?os en un pueblo peque?o de Valladolid apunta a dos hombres, uno de ellos en libertad provisional tras ser detenido
Uniformes verdes, rojos y naranjas peinan los cobrizos suelos de los pinares de Traspinedo (Valladolid, 1.100 habitantes). Los colores de la Guardia Civil, la Cruz Roja y Protecci¨®n Civil destacan entre esos vastos terrenos donde se aspira a encontrar, con m¨¢s fe que confianza, alguna m¨ªnima evidencia, cualquier pista que conduzca a Esther L¨®pez, de 35 a?os, desaparecida desde el 12 de enero. Otras 600 personas, voluntarios de vestimen...
Uniformes verdes, rojos y naranjas peinan los cobrizos suelos de los pinares de Traspinedo (Valladolid, 1.100 habitantes). Los colores de la Guardia Civil, la Cruz Roja y Protecci¨®n Civil destacan entre esos vastos terrenos donde se aspira a encontrar, con m¨¢s fe que confianza, alguna m¨ªnima evidencia, cualquier pista que conduzca a Esther L¨®pez, de 35 a?os, desaparecida desde el 12 de enero. Otras 600 personas, voluntarios de vestimenta heterog¨¦nea, han acudido tambi¨¦n para tratar de dar con la mujer y ayudar a acabar con la inc¨®gnita de qu¨¦ pas¨® con ella tras aquella noche de mi¨¦rcoles. Las pesquisas han se?alado a dos vecinos de Traspinedo: a Ram¨®n El Manitas, conocido de la desaparecida y que ha pasado seis d¨ªas detenido antes de quedar en libertad condicional; y a Carlos L.G., apodado El Carolo, investigado desde el pasado jueves y que estuvo con ella esa noche que se analiza al mil¨ªmetro.
La pesadilla para ese pueblo tranquilo y esa familia discreta de Traspinedo comenz¨® en unas bodegas. All¨ª se reuni¨® la desaparecida con varios amigos para ver un partido de f¨²tbol y pasar la tarde. Despu¨¦s, fuentes del caso explican que baj¨® de all¨ª en coche con sus colegas y discutieron porque ella quer¨ªa prolongar la noche y ellos prefer¨ªan recogerse. As¨ª, les pidi¨® que la dejaran frente al restaurante La Ma?a, al lado de la rotonda que conduce al municipio y cerca de Los Romerales, una urbanizaci¨®n de casas unifamiliares en las que poca gente sabe qu¨¦ se cuece en la vivienda de al lado. En una de ellas reside Ram¨®n, de unos 40 a?os y del que algunos vecinos aseguran que tiene un car¨¢cter conflictivo y que ha protagonizado episodios violentos. Hace un a?o, seg¨²n el relato de varios residentes, atac¨® con un cuchillo a un cliente de La Ma?a y tuvo que de ser reducido.
Fuentes de la Guardia Civil aseguran que lo arrestaron porque, cuando L¨®pez ya estaba desaparecida y sin l¨ªnea telef¨®nica, le cont¨® a otra persona que hab¨ªa hablado con ella, una confidencia probablemente falsa que hizo sospechar a los agentes. Los rastreos con perros, drones o buzos tanto en su vivienda como en los parajes cercanos de pinares o el r¨ªo Duero no han revelado nada significativo. El hombre, que protagoniz¨® una breve huelga de hambre por sentirse tratado injustamente, qued¨® en libertad el viernes tras seis d¨ªas detenido, toda vez que la jueza prolong¨® otras tres jornadas las tres iniciales que marca la ley como m¨¢ximo de una detenci¨®n. El Manitas ha reconocido que la mujer visit¨® su domicilio ¡ªahora con las ventanas tapiadas por los investigadores para actuar con tranquilidad¡ª el d¨ªa de la desaparici¨®n, pero que se march¨® de all¨ª con vida; adem¨¢s, atribuye posibles pelos o muestras de ADN en la vivienda a que en alguna ocasi¨®n se hab¨ªa quedado a dormir.
Ram¨®n ya estaba libre cuando las autoridades apuntaban a otro nombre, a otro apodo: Carlos, El Carolo, de unos 40 a?os. En esos pueblos cercanos a Traspinedo, estructurados en torno a la nacional N-122, todos se conocen, m¨¢s a¨²n a quienes cuentan con trayectorias vitales controvertidas. ?l particip¨® en las primeras batidas populares que buscaban a su amiga y tambi¨¦n ha declarado ante los investigadores en aquellas primeras jornadas que intentaban atar cabos.
La falta de certezas sume a Traspinedo y su entorno en la duda de si esas personas a las que m¨¢s o menos todos conoc¨ªan por lo menos de vista est¨¢n implicadas en lo que se considera una ¡°desaparici¨®n forzosa¡± de resultado a¨²n desconocido. La hip¨®tesis de los agentes ha ido virando con el paso de las fechas, pues el padre no denunci¨® la ausencia hasta el 17 de enero, tras cinco d¨ªas sin saber de ella, pues en varias ocasiones su hija se hab¨ªa ausentado de casa, sin avisar, durante varios d¨ªas. Esta dilaci¨®n ha retrasado la b¨²squeda, en la que se han volcado cientos de personas. Reina el pesimismo entre los habitantes de la zona, que piden el anonimato para compadecerse del ¡°dolor y horror¡± de la familia de Esther L¨®pez, ¡°que se ha criado aqu¨ª¡± y a la que todos reconoc¨ªan por su buen humor y su sonrisa tanto en las calles como en un bar del pueblo en el que trabaj¨®. El tiempo sigue pasando sin resolver la agon¨ªa de saber qu¨¦ ha sido de su vecina.
600 personas participan en la macrobatida de b¨²squeda
Unas 600 personas, con 450 voluntarios, han participado este sábado en las labores de búsqueda de Esther López. Este domingo está prevista una concentración en el Ayuntamiento de Traspinedo en apoyo a los allegados de la mujer desaparecida desde el 12 de enero. Los dispositivos de búsqueda, a los que se ha sumado la ayuda de un club de moteros locales para cubrir más extensión, han ampliado el espacio de rastreo hasta el cercano Villabáñez. Una vecina de la localidad, que conoce a la desaparecida, asegura que el problema no consiste tanto en trillar los pinares en busca de indicios, pues “tarde o temprano terminas”, sino en el caudaloso Duero, cuyos márgenes, en muchos casos casi inaccesibles y hasta peligrosos, también se están revisando al milímetro. Las zonas de vegetación de la ribera y el frío del agua, a unos seis grados, hacen temer que las claves del caso puedan estar sumergidas. Los rastreos de voluntarios fueron decisivos para resolver desapariciones similares como los de la zamorana Laura Luelmo en Huelva en 2018 o al hallar la camiseta que condujo a Ana Julia Quezada como asesina confesa del niño Gabriel en Almería en 2019. El teniente coronel de la Guardia Civil, Javier Peña, ha asegurado que siguen recabando testimonios y que hay muchas líneas abiertas para intentar esclarecer el caso: “Nos estamos dejando el alma para encontrar a Esther”.