Los espa?oles en Ucrania tratan de escapar del horror de la guerra
Unos 200 nacionales permanecen todav¨ªa en el pa¨ªs tras la evacuaci¨®n de los primeros residentes
Roger Carles, de 30 a?os, se enter¨® a las seis de la ma?ana de este jueves de que Rusia hab¨ªa empezado a atacar Ucrania. Tras levantarse, vio a su suegra pegada a la televisi¨®n, en la que se anunciaba la peor de las noticias: ¡°Guerra¡±. Nacido en Barcelona, reside en Kiev desde 2019 con su esposa, de nacionalidad ucrania. ¡°El miedo m¨¢s grande es sobre si esto puede desembocar en caos en Kiev y pueda poner en riesgo la vida de mi mujer, embarazada, y la de mi familia¡±, exp...
Roger Carles, de 30 a?os, se enter¨® a las seis de la ma?ana de este jueves de que Rusia hab¨ªa empezado a atacar Ucrania. Tras levantarse, vio a su suegra pegada a la televisi¨®n, en la que se anunciaba la peor de las noticias: ¡°Guerra¡±. Nacido en Barcelona, reside en Kiev desde 2019 con su esposa, de nacionalidad ucrania. ¡°El miedo m¨¢s grande es sobre si esto puede desembocar en caos en Kiev y pueda poner en riesgo la vida de mi mujer, embarazada, y la de mi familia¡±, explica Carles. ¡°Tendremos que tomar una decisi¨®n final acerca de si tomamos la evacuaci¨®n final de ma?ana¡±, a?ade, por videollamada, tres horas antes de que empiece el toque de queda ordenado por el Gobierno de Zelenski.
A diferencia de otros espa?oles que desde este jueves intentan abandonar el pa¨ªs asistidos por la Embajada espa?ola, Carles y su pareja decidieron al principio permanecer en su domicilio de Kiev porque no quer¨ªan dejar a su suegra y a su cu?ada atr¨¢s. Adem¨¢s, desconfiaban de un viaje largo por carretera ¡ªpuesto que el tr¨¢fico a¨¦reo est¨¢ cortado¡ª, y m¨¢s teniendo en cuenta que ella est¨¢ embarazada de siete meses.
¡°El miedo m¨¢s grande es sobre si esto puede desembocar en caos en Kiev y pueda poner en riesgo la vida de mi mujer, embarazada¡±Carles Roger, residente en Kiev
Unos 200 espa?oles permanecen a¨²n este viernes en Ucrania (en el consulado estaban inscritos 436, pero m¨¢s dos centenares han salido del pa¨ªs en los ¨²ltimos d¨ªas), seg¨²n datos de las autoridades espa?olas. Exteriores acelera los tr¨¢mites para su repatriaci¨®n, previsiblemente a trav¨¦s de la frontera con Polonia. ¡°Lo que les puedo garantizar es que el Gobierno de Espa?a, en colaboraci¨®n con nuestros socios europeos, va a prestar la ayuda necesaria a los ciudadanos espa?oles que a¨²n permanecen en Ucrania¡±, subray¨® este jueves el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, durante su comparecencia en La Moncloa.
Tras los primeros momentos de nerviosismo, Carles y su esposa salieron de casa para hacer acopio de v¨ªveres y agua antes de que ¡°todo colapsara¡±. Ahora cargan bater¨ªas de los m¨®viles, tapian ventanas y est¨¢n en constante contacto con la embajada. Tras el avance de las tropas rusas, si este viernes consiguen que su familia pueda y quiera viajar con ellos, tomar¨¢n el convoy facilitado por la embajada que intente el camino de vuelta a Espa?a.
¡°Esta noche coger¨¦ un autob¨²s a Varsovia [Polonia]. No s¨¦ c¨®mo me ir¨¢ en la frontera, pero bueno¡¡± afirma Carla San Andr¨¦s, por tel¨¦fono. De 22 a?os, estudia Gesti¨®n Cultural en la Universidad de Le¨®polis, una ciudad situada en el oeste de Ucrania de m¨¢s de 700.000 habitantes, a menos de 100 kil¨®metros del l¨ªmite con el pa¨ªs polaco. Esta madrile?a aterriz¨® en Ucrania tambi¨¦n en 2019 para, en su caso, hacer un voluntariado europeo, y se qued¨® a vivir all¨ª al llegar la pandemia. Cuenta con cierto nerviosismo que en la anoche de este mi¨¦rcoles se fue a dormir ¡°tranquila¡±, sin imaginar nada parecido a lo que ocurrir¨ªa despu¨¦s. A pesar de que San Andr¨¦s considera que su ciudad ¡°es segura¡± ¡ªal estar lejos de las tropas rusas¡ª, la universidad ha cancelado las clases y ha enviado un mapa con refugios antia¨¦reos a todos los alumnos.
Las tiendas de Le¨®polis est¨¢n cerradas y, como describe San Andr¨¦s, se nota cierta ¡°tensi¨®n¡± en la calle: ¡°Hay muchas colas de gente intentando sacar dinero, yendo a la farmacia¡¡±. Desde que se enter¨® de la invasi¨®n rusa, su intenci¨®n ha sido volver a Espa?a. Su plan ahora es llegar a Polonia, desde donde reserv¨® un vuelo que ha sido cancelado. ¡°Mi madre estaba tranquila hasta que esta ma?ana me ha llamado llorando y me ha dicho: ¡®Vente¡±. Los miedos de San Andr¨¦s se centran ahora en sus allegados: ¡°Estoy bastante preocupada por los amigos que tengo aqu¨ª, por mi pareja [que tambi¨¦n reside en Le¨®polis], por la gente ucraniana, por Ucrania¡ Es todo muy loco¡±.
Julio Su¨¢rez, de 62 a?os, regenta una empresa mayorista de alimentos espa?oles que, desde 2012, cuenta con una oficina en Jerson (Ucrania), una de las ciudades atacadas este jueves por las fuerzas rusas. ¡°Hasta ayer mismo [por este mi¨¦rcoles] hemos estado trabajando en un proyecto importante, viendo las instalaciones para una empresa, sin tener ni idea de que iba a pasar esto hoy [por este jueves]. Y, esta ma?ana, de madrugada, me llama mi hijo y me dice que est¨¢n siendo invadidos y que ya se escuchan explosiones y temblores¡±, explica preocupado por tel¨¦fono. ?l est¨¢ en Alicante, pero su hijo y los otros tres empleados de la empresa asentados all¨ª siguen en Jerson, sin poder salir por ninguna de las v¨ªas que hab¨ªan previsto.
¡°Es inviable. Hab¨ªamos pensado que fueran en coche hasta Moldavia, a trav¨¦s de Odesa, pero Odesa tambi¨¦n est¨¢ siendo atacada, as¨ª que no se puede. A trav¨¦s del aeropuerto de Jerson tambi¨¦n es imposible, porque intentamos coger un vuelo a Turqu¨ªa, pero el aeropuerto ya ha sido bombardeado y no est¨¢ en funcionamiento¡±, lamenta Su¨¢rez.
Su hijo, que prefiere no hablar por el miedo que le provoca la situaci¨®n, naci¨® en Ucrania, pero tiene su residencia en Espa?a y est¨¢ intentando volver por todos los medios. Los v¨ªdeos que ha ido grabando a lo largo de la jornada muestran un escenario poco halag¨¹e?o: tanques en la carretera, una columna de humo negro saliendo del aeropuerto de la localidad, hileras de coches haciendo cola en cada gasolinera y decenas de personas esperando para sacar dinero en alg¨²n cajero, la mayor¨ªa inutilizados. ¡°Hay nerviosismo, hay miedo y, sobre todo, hay caos¡±, resume su padre de las conversaciones con ¨¦l.