N¨²?ez Feij¨®o: una coronaci¨®n reversible
Los l¨ªderes sobre los que deber¨¢ apoyarse el futuro l¨ªder del PP le jalear¨¢n a cambio de cederles poder en sus respectivas regiones y listas electorales
Cuando Alberto N¨²?ez Feij¨®o alcance la presidencia del PP el pr¨®ximo mes de abril, para muchos se habr¨¢ restablecido el orden debido. Su carrera pol¨ªtica y su formaci¨®n se asemejan m¨¢s a la de Aznar, Rajoy y algunos de quienes aspiraron a sucederles en el pasado. Es cierto que Casado nunca lo tuvo f¨¢cil con la ¡®pesada herencia¡¯ recibida: los estudios sobre liderazgos de partido se?alan que quienes suceden a dirigentes de larga duraci¨®n o a presidentes del gobierno salientes tienen muchas probabilidades de acabar mal y ser reemplazados en breve tiempo.
Pero las circunstancias en que Feij...
Cuando Alberto N¨²?ez Feij¨®o alcance la presidencia del PP el pr¨®ximo mes de abril, para muchos se habr¨¢ restablecido el orden debido. Su carrera pol¨ªtica y su formaci¨®n se asemejan m¨¢s a la de Aznar, Rajoy y algunos de quienes aspiraron a sucederles en el pasado. Es cierto que Casado nunca lo tuvo f¨¢cil con la ¡®pesada herencia¡¯ recibida: los estudios sobre liderazgos de partido se?alan que quienes suceden a dirigentes de larga duraci¨®n o a presidentes del gobierno salientes tienen muchas probabilidades de acabar mal y ser reemplazados en breve tiempo.
Pero las circunstancias en que Feij¨®o se har¨¢ con el liderazgo no se lo pondr¨¢n menos dif¨ªcil. Feij¨®o, poco amigo de las improvisaciones en pol¨ªtica, interpreta estos d¨ªas el guion de una conspiraci¨®n sobrevenida que no ha escrito ¨¦l. Pocos han reparado en c¨®mo D¨ªaz Ayuso pronto tom¨® un segundo plano tras lanzar su ¨®rdago, dejando que otros hicieran el trabajo sucio en la defenestraci¨®n a c¨¢mara lenta de Casado.
Forzaba as¨ª al pol¨ªtico gallego a asumir un escenario imprevisto en condiciones desfavorables: Feij¨®o encabezar¨¢ la oposici¨®n con un grupo parlamentario que no seleccion¨®, con un mapa de dirigentes auton¨®micas ajenos, y con una estructura provincial del aparato forjada por quienes acaba de tumbar.
Tendr¨¢ una oportunidad de revertir parte de ese cuadro en el congreso extraordinario, pero tampoco llega a ¨¦l en las mejores condiciones. La aclamaci¨®n interna que le ha aupado no significa otra cosa que una coronaci¨®n a cobro revertido: todos esos l¨ªderes sobre los que deber¨¢ apoyarse le jalear¨¢n a cambio de cederles poder en sus respectivas regiones y listas electorales. Con ello, asistiremos a un cambio latente del modelo organizativo del PP, que remplazar¨¢ la tradicional centralizaci¨®n presidencial construida por Aznar por una l¨®gica m¨¢s federal, esa misma l¨®gica que caracterizaba al PSOE y que Pedro S¨¢nchez casi ha eliminado. La medida definitiva de a cu¨¢nto poder est¨¢ dispuesto a renunciar estar¨¢ precisamente en la presidencia de Madrid, donde comprobaremos si aceptar¨¢ el pacto de Fausto al que todos sus antecesores se resistieron.
Incluso su posici¨®n institucional ser¨¢ equ¨ªvoca. En ausencia de esca?o en el congreso, tendr¨¢ incentivos para mantener la presidencia auton¨®mica por un tiempo, aunque para ello se enfrente a una irresoluble doble lealtad cuando deba fijar posiciones en la reforma de la financiaci¨®n auton¨®mica o los debates territoriales: ?priorizar¨¢ el inter¨¦s del PP nacional o el de la Junta de Galicia?
Adem¨¢s, Feij¨®o deber¨¢ clarificar el parad¨®jico desenlace de esta crisis. En ¨²ltimo extremo, Casado ha ca¨ªdo tras ser empujado por aquellos que discut¨ªan su aversi¨®n hacia Vox y su (a menudo confuso) pragmatismo. Si aquellos no quer¨ªan caldo, Feij¨®o les dar¨¢ dos tazas, aunque algo indigestas: si su primera decisi¨®n quiz¨¢ tenga que ser refrendar el pacto con la derecha radical en Castilla y Le¨®n, deber¨¢ contraponerla con una relaci¨®n m¨¢s fluida ante el Gobierno en temas de Estado.
Por ¨²ltimo, y quiz¨¢ m¨¢s importante, Feij¨®o se hace con la presidencia del partido sin que ello implique necesariamente, por los motivos anteriores, convertirse en el candidato a la presidencia del Gobierno. A pesar de todos los compromisos que sin duda habr¨¢ exigido, esa decisi¨®n final depender¨¢ de inc¨®gnitas a¨²n por resolver en la evoluci¨®n de la legislatura, incluyendo las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas y municipales.
Quiz¨¢ todo ello le convierta en l¨ªder del PP con menor poder desde los tiempos de Hern¨¢ndez Mancha. Pero a diferencia del andaluz, Feij¨®o puede a¨²n transformar ese c¨²mulo de debilidades en la base de su fuerza, si consigue persuadir al electorado decepcionado del centroderecha de que sabr¨¢ conducir mejor el malabarismo pol¨ªtico que hoy sostiene a S¨¢nchez en la Moncloa.
Juan Rodr¨ªguez Teruel es profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad de Valencia y fundador de Agenda P¨²blica.