Juan Pablo de Laiglesia, un diplom¨¢tico humanista
Muere quien fue embajador, director de la AECID y secretario de Estado en Exteriores, un creyente en la cooperaci¨®n y en las relaciones con Iberoam¨¦rica
El pasado 4 de marzo nos dej¨® Juan Pablo de Laiglesia (Madrid, 1948). Un gran y reconocido diplom¨¢tico, que hizo de sus creencias humanistas y de sus valores progresistas una manera de actuar en el Estado y en el terreno; de defender nuestros intereses en el mundo, y de gestionar la solidaridad como una se?a de identidad, cualidades que le distinguieron en la carrera diplom¨¢tica.
Juan Pablo cre¨ªa b¨¢sicamente en el ser humano y en la capacidad transformadora del esfuerzo y la creatividad para fomentar mund...
El pasado 4 de marzo nos dej¨® Juan Pablo de Laiglesia (Madrid, 1948). Un gran y reconocido diplom¨¢tico, que hizo de sus creencias humanistas y de sus valores progresistas una manera de actuar en el Estado y en el terreno; de defender nuestros intereses en el mundo, y de gestionar la solidaridad como una se?a de identidad, cualidades que le distinguieron en la carrera diplom¨¢tica.
Juan Pablo cre¨ªa b¨¢sicamente en el ser humano y en la capacidad transformadora del esfuerzo y la creatividad para fomentar mundos m¨¢s justos. No solo fue un destacado funcionario, con puestos de responsabilidad en la sede, sino tambi¨¦n un curtido embajador en Guatemala, Polonia, M¨¦xico y ante las Naciones Unidas, en Nueva York. Todos ellos destinos de mucha brega y de tensiones y problem¨¢ticas variadas donde hace falta tener criterio flexible y atinar en las respuestas.
Su talante abierto a todos, su inteligencia y rigor y su inmensa generosidad para escuchar a los dem¨¢s, le permitieron afrontar valientemente muchos de los retos. Su dilatada experiencia le llev¨® a ocupar puestos de gran responsabilidad: director general de Iberoam¨¦rica, director de la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional para el Desarrollo, secretario de Estado para la Cooperaci¨®n Internacional y para Iberoam¨¦rica y secretario de Estado de Pol¨ªtica Exterior, puesto este que en el organigrama del Palacio de Santa Cruz es de facto ser el n¨²mero dos del Ministerio. Esa responsabilidad le hizo incursionar en los m¨¢s ¨¢lgidos temas europeos, acompa?ar a los miembros de la Casa Real en m¨²ltiples viajes y acudir, en el espacio iberoamericano, a encuentros y citas del m¨¢s alto nivel.
Juan Pablo amaba Latinoam¨¦rica, regi¨®n que fue su segunda casa y donde el respeto por sus opiniones, trabajo y cari?o siempre eran mutuos. Su perfil de gran compromiso le hizo pasar, sin embargo, algunas penurias por los avatares de la pol¨ªtica espa?ola en un ministerio donde tambi¨¦n existen diversas sensibilidades y donde los ¨¢mbitos progresistas han sido en general minoritarios. As¨ª lo manifest¨®, no sin pol¨¦mica, asegurando que prefer¨ªa la ventanilla y ver el horizonte que la estrechez de un pasillo.
Juan Pablo era un humanista que cre¨ªa profundamente en el di¨¢logo a ultranza para resolver los conflictos m¨¢s agudos. Y que cre¨ªa en la cooperaci¨®n al desarrollo como un instrumento clave para paliar o encontrar caminos de progreso para las poblaciones m¨¢s vulnerables, con una agenda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como gu¨ªa de consenso fundamental. Tambi¨¦n cre¨ªa en la necesidad de forjar una relaci¨®n reforzada y ambiciosa con Iberoam¨¦rica, espacio pol¨ªtico que conoc¨ªa a la perfecci¨®n. Los que tuvimos el placer y la suerte de trabajar con ¨¦l recordaremos siempre la profundidad de sus ideas, su pragmatismo, su necesidad de entender las razones humanas de las decisiones y el impacto que podr¨ªan tener sobre los m¨¢s d¨¦biles. Tambi¨¦n, la intensidad de las discusiones sobre la ayuda humanitaria o sobre la viabilidad de los proyectos. Y su reconocimiento de la complejidad y magnitud del trabajo de sus compa?eros diplom¨¢ticos y del resto de profesionales y actores del sistema espa?ol de cooperaci¨®n: de los t¨¦cnicos y expertos en desarrollo, de las ONG, la Academia, los Gobiernos y la sociedad civil de los pa¨ªses socios de Espa?a.
Escuchaba y le escuchaban con enorme inter¨¦s y reflexionaba con sabidur¨ªa. Pero tambi¨¦n actuaba de inmediato buscando la colaboraci¨®n de todos. Juan Pablo amaba la vida con intensidad. La suya y la de su maravillosa familia. De igual manera, la de cualquier ser humano. Y luch¨® por la dignidad de todos. Sus melod¨ªas y su guitarra las seguiremos escuchando siempre. Aquellos que creemos en un mundo m¨¢s justo no dejaremos de agradecer su huella y seguir su ejemplo. Descanse en paz.
Firman este art¨ªculo: Jos¨¦ Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores, Uni¨®n Europea y Cooperaci¨®n; Miguel ?ngel Moratinos, exministro de Asuntos Exteriores y Cooperaci¨®n; Leire Paj¨ªn, exministra de Sanidad y ex secretaria de Estado de Cooperaci¨®n, y Pascual Navarro, secretario de Estado para la Uni¨®n Europea. Acompa?a una lista de 30 diplom¨¢ticos, profesionales de la cooperaci¨®n internacional y la sociedad civil: Nicol¨¢s Martinez-Fresno, Juan Antonio Y¨¢?ez, Lola Mart¨ªn, Fernando Jim¨¦nez, Francisco Villar, Fernando Valenzuela, Beatriz Moran, Manuel Iglesias, Pablo Benavides, Luis Calvo, Javier Jim¨¦nez, Marisa Ramos, Fernando Valderrama, Aurora Diaz-Rato, Ignacio Soleto, Jose Antonio Sanhauja, Juan L¨®pez-D¨®riga, Rafael Garranzo, Violeta Dom¨ªnguez, Mari Cruz del Saso, Aina Calvo, Mercedes Rico, Carmelo Angulo, David del Campo, Gonzalo Vega, Miguel Gonz¨¢lez, Jos¨¦ Luis Pimentel, Lorea Arrizabalaga, Rossana Rosell¨®, Juan Pita, Carlos Cavanillas y Vega Bouthier.