Reuni¨®n con Catalu?a, solo si hay visos de alg¨²n acuerdo

Una reuni¨®n y no m¨¢s. Esta es la situaci¨®n hasta ahora desde el momento en el que el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez y el presidente de la Generalitat, Pere Aragon¨¦s, dieron el paso de afrontar una negociaci¨®n pol¨ªtica sobre el conflicto catal¨¢n. La ¨²nica reuni¨®n se celebr¨® en septiembre de 2021. Sin acuerdos concretos, pero con la voluntad de seguir los contactos, no romperlos. Hay conversaciones pero sin fecha para una segunda reuni¨®n. No se improvisar¨¢. Solo se convocar¨¢ cuando haya probabilidades ciertas de alcanzar alg¨²n o algunos acuerdos, seg¨²n apuntan a este peri¨®dico fuentes gu...

Una reuni¨®n y no m¨¢s. Esta es la situaci¨®n hasta ahora desde el momento en el que el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez y el presidente de la Generalitat, Pere Aragon¨¦s, dieron el paso de afrontar una negociaci¨®n pol¨ªtica sobre el conflicto catal¨¢n. La ¨²nica reuni¨®n se celebr¨® en septiembre de 2021. Sin acuerdos concretos, pero con la voluntad de seguir los contactos, no romperlos. Hay conversaciones pero sin fecha para una segunda reuni¨®n. No se improvisar¨¢. Solo se convocar¨¢ cuando haya probabilidades ciertas de alcanzar alg¨²n o algunos acuerdos, seg¨²n apuntan a este peri¨®dico fuentes gubernamentales. A modo de hip¨®tesis se apunta a que el segundo encuentro pueda producirse despu¨¦s del verano, pero depende no solo de que haya algo relevante que comunicar, sino de la marcha del c¨²mulo de problemas que pesan sobre el pa¨ªs. S¨ª hay m¨¢s convencimiento sobre la celebraci¨®n del debate del estado de la naci¨®n antes del 30 de junio, final del per¨ªodo ordinario de sesiones.

Gestos, los republicanos quieren gestos aunque su demanda no es por inter¨¦s exclusivo, aseguran los interlocutores consultados. ¡°Al Gobierno central tambi¨¦n le interesa que haya di¨¢logo, que los ciudadanos de ambas partes comprueben que la negociaci¨®n sirve¡±. Estos postulados republicanos los comparte el Gobierno central. S¨ª, tambi¨¦n tienen ¡°voluntad¡± de mantener abierto el di¨¢logo, lo dicen en privado y as¨ª lo reconoce el portavoz del grupo socialista, H¨¦ctor G¨®mez, en conversaci¨®n con este peri¨®dico. La voluntad sigue intacta, dicen y no pueden adelantar mayor concreci¨®n. Todas las energ¨ªas y los desvelos del Gobierno est¨¢n en la grave situaci¨®n econ¨®mica y de seguridad que vive Espa?a y Europa por la invasi¨®n rusa de Ucrania.

Las expectativas y, sobre todo, los planes del Gobierno para enderezar la econom¨ªa tras la paralizaci¨®n del pa¨ªs por la pandemia, con el empuje de los fondos europeos, vuelven a encallar con nuevas realidades, todas negativas. Los frentes para limitar los precios de la energ¨ªa, la destructiva inflaci¨®n, en subida libre, la protesta de los sectores profesionales m¨¢s afectados y, en principio, el mantenimiento de las hostilidades con la oposici¨®n conservadora, aunque con menos gritos y adjetivaci¨®n gruesa, hacen que la agenda del gobierno rebose de problemas.

Todos ellos afectan por igual a Catalu?a y a sus ciudadanos. Los retos y las necesidades son de tal calibre que las llamadas de atenci¨®n sobre la necesidad de afrontar ¡°el conflicto catal¨¢n¡±, sin renunciar en absoluto a un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n, est¨¢n en la agenda del independentismo, pero las circunstancias les llevan a dar prioridad al d¨ªa a d¨ªa de los ciudadanos y todo pasa por la econom¨ªa. Se puede reclamar desde la pol¨ªtica el derecho a celebrar un refer¨¦ndum, pero esa demanda pasa a un segundo plano cuando est¨¢ en ciernes un posible escenario de racionamiento energ¨¦tico en toda Europa, recalcan fuentes gubernamentales. No ocultan en el Ejecutivo que la complejidad de la relaci¨®n entre ERC y JxC permite un cierto respiro al no haber un bloque compacto que ejerza la presi¨®n. La tensi¨®n entre los dos partidos no disminuye al tener que articular permanentemente su convivencia. Mientras que ERC apuesta por el di¨¢logo con el Gobierno central, en JxC no tienen inter¨¦s en sentarse en torno a esa mesa de negociaci¨®n, distinta a la bilateral, que existe en todas las comunidades con el Gobierno, en la que se tratan cuestiones materiales concretas. Al tiempo, el PSC, y su l¨ªder, Salvador Illa, ganador de las elecciones catalanas, trabajan por mantener la bandera de que una Catalu?a unida es posible y mayoritaria, sin que el independentismo imponga sus posiciones. Ahora les toca negociar la obligaci¨®n legal de impartir en castellano el 25% de la ense?anza obligatoria.

De todo ello se puede hablar, incluido el extenso temario de 52 puntos que abordaron en primera instancia los expresidentes Mariano Rajoy y Artur Mas.

Las dificultades est¨¢n donde estaban. El Gobierno central excluye del todo la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n, pero s¨ª quiere hablar de un mayor reconocimiento de la identidad catalana que puede plasmarse en un nuevo Estatuto. S¨ª se conseguir¨ªa que los catalanes votaran, como es preceptivo en las reformas estatutarias. Hablar de lo ¨²ltimo es agua pasada por los independentistas, pero no para los socialistas. La pr¨®xima reuni¨®n est¨¢ a la espera de que haya alg¨²n hilo que les una. Ninguna parte quiere arriesgarse a provocar frustraci¨®n.