La fiesta de los memes

Una mujer se descalza en la tribuna de invitados del Congreso de los Diputados y estira las piernas hasta los ri?ones del hombre que se sienta en la fila inferior. Sus compa?eros cuchichean y se miran unos a otros, extra?ados, pero nadie dice nada. Ella es Carmen Prieto-Castro, esposa de Ram¨®n Tamames, candidato alternativo en la moci¨®n de censura presentada por Vox. Junto a Prieto-Castro est¨¢ el escritor Fernando S¨¢nchez Drag¨®, a...

Una mujer se descalza en la tribuna de invitados del Congreso de los Diputados y estira las piernas hasta los ri?ones del hombre que se sienta en la fila inferior. Sus compa?eros cuchichean y se miran unos a otros, extra?ados, pero nadie dice nada. Ella es Carmen Prieto-Castro, esposa de Ram¨®n Tamames, candidato alternativo en la moci¨®n de censura presentada por Vox. Junto a Prieto-Castro est¨¢ el escritor Fernando S¨¢nchez Drag¨®, autor intelectual confeso de lo que va a ocurrir en el hemiciclo durante las siguientes 11 horas y patrono de Disenso, fundaci¨®n del partido. Seg¨²n ¨¦l mismo explic¨®, el nombre de Tamames surgi¨® en una ¡°charla entre amigos en un restaurante¡±, con ¡°gambas¡± y ¡°vino¡± ¡ªno se especificaron cantidades¡ª. Los pies descalzos ¡ªen una met¨¢fora perfecta de la fren¨¦tica pol¨ªtica espa?ola, en la que cada d¨ªa sepulta al anterior¡ª pierden protagonismo enseguida: lo m¨¢s extra?o est¨¢ abajo, en el ruedo.

En 1981, cuando ten¨ªa 47 a?os y era comunista, Tamames present¨® una enmienda en un comit¨¦ central del PCE con el fin de exigir un l¨ªmite de edad para liderar el partido: 65 a?os, dos m¨¢s de los que ten¨ªa entonces Santiago Carrillo. Un poco antes, en 1976, el prestigioso economista y destacado miembro del partido prohibido se hab¨ªa lanzado a la ficci¨®n con Historia de Elio, sobre un estudiante de Econ¨®micas que se adher¨ªa al marxismo, llegaba a catedr¨¢tico, se opon¨ªa a un dictador y desbarataba ¡°una conjura de extrema derecha que pretend¨ªa secuestrar y asesinar a todos los l¨ªderes de la oposici¨®n¡±. La subtitul¨® Una novela extra?a. Y tanto: el martes, Tamames, excomunista de 89 a?os, es decir, 24 m¨¢s de los que, seg¨²n ¨¦l, deb¨ªa tener un l¨ªder pol¨ªtico, llegaba al Congreso de los Diputados como candidato de la moci¨®n de Vox, el partido que en ese mismo hemiciclo ha dicho que este es el peor Gobierno en 80 a?os. Literalmente, que con Franco se viv¨ªa mejor.

Se lo ve¨ªa impaciente en las primeras horas de la moci¨®n, un duelo entre Pedro S¨¢nchez y Santiago Abascal. Por alguna raz¨®n, no aplaudi¨® al l¨ªder de Vox en ninguna de sus intervenciones. Tampoco Abascal e Iv¨¢n Espinosa de los Monteros, visiblemente inquietos ¡ªen ocasiones se tapaban la boca como los futbolistas en el campo, para que nadie descodificara sus comentarios¡ª, parec¨ªan hacerle mucho caso. A las 12.30, Tamames admiti¨® que ya estaba cansado. Y un poco m¨¢s tarde, antes del receso de la comida y de las intervenciones de todos los grupos parlamentarios, coment¨® que por ¨¦l ya estaba, que no ten¨ªa mucho m¨¢s que decir.

En su primer turno de palabra, Abascal recit¨®, orgulloso, todo lo que se hab¨ªa dicho de la moci¨®n: ¡°esperpento¡±, ¡°circo¡±, ¡°show¡±, ¡°disparate¡±¡­ y ¨¦l mismo lo compar¨® con ¡°esas necrol¨®gicas¡± que se preparan con antelaci¨®n y pasan meses, incluso a?os ¡°en la nevera¡±. Tard¨® algo menos de 15 minutos en citar al PP, y sugiri¨® que, de ser secreto el voto, otro gallo cantar¨ªa, porque probablemente la derechita a la que llama cobarde lo apoyar¨ªa. En todo caso, el l¨ªder de la oposici¨®n, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, no estaba en el hemiciclo. Para evidenciar que la moci¨®n de censura de Vox le parec¨ªa una p¨¦rdida de tiempo, en lugar de votar en contra, como hizo su predecesor, Pablo Casado, decidi¨® llenar su agenda de actos lejos del Congreso.

S¨¢nchez fue duro con Abascal ¡ª¡°parece que va a romperse mand¨ªbula¡±, le replic¨® el l¨ªder de Vox¡ª y condescendiente con Tamames, quien le agradeci¨® el buen tono, aunque tambi¨¦n le critic¨® que hubiese ido con ¡°un tocho de folios¡± a una moci¨®n de censura. El candidato alternativo intervino, en efecto, muchos menos minutos, los que tard¨® en leer un discurso que hab¨ªa sido revelado previamente y en abrazar parte del relato de la extrema derecha, por ejemplo, el del revisionismo hist¨®rico que asegura que la Guerra Civil comenz¨® en 1934 y no con un golpe de Estado de Franco. Para hacerlo, cit¨® al historiador Raymond Carr, aunque el catedr¨¢tico de historia contempor¨¢nea Juli¨¢n Casanova aclar¨® despu¨¦s que el brit¨¢nico nunca dijo tal cosa.

La vicepresidenta Yolanda D¨ªaz s¨ª fue m¨¢s contundente en sus cr¨ªticas al converso: lo acus¨® de deteriorar la democracia y de hacer una sola menci¨®n a las mujeres, para reprocharles su baja fecundidad. Tamames interpret¨® su intervenci¨®n como la presentaci¨®n de su proyecto, Sumar. El hemiciclo ol¨ªa, en efecto, a campa?a electoral, toda vez que los n¨²meros no sal¨ªan, el candidato no quer¨ªa, en realidad, ser presidente y cada bloque se dedic¨® a repetir los estribillos de esta legislatura: la alianza ¡°Frankenstein¡± por un lado, y la del PP y Vox, por el otro.

Uno de los m¨¢s contundentes con Tamames fue Aitor Esteban, portavoz del PNV, partido al que Vox le gustar¨ªa ilegalizar. Avis¨® al inicio de su intervenci¨®n de que no iba a ser condescendiente y no lo fue. Llam¨® al candidato de la moci¨®n ¡°simple corista¡±, ¡°veleta¡±, ¡°narcisista¡± que se hab¨ªa dejado utilizar ¡ª¡°ma?ana nadie se acordar¨¢ de usted, ellos tampoco¡±¡ª y le afe¨®, con datos, que hubiese asegurado que la ley electoral sobredimensionaba a los partidos nacionalistas. ¡°Tenemos seis esca?os. El menor, el de ?lava, lo obtuvimos con 40.000 votos¡±. Con mucho menos que eso, record¨®, Vox hab¨ªa obtenido varios diputados en distintas provincias.

Todo era ya tan raro en el hemiciclo que, para tratar de explicar lo que ocurr¨ªa dentro, los distintos portavoces citaron ovnis y espejos c¨®ncavos; alacranes y pavos reales; a Montesquieu y al d¨²o humor¨ªstico Pantomima Full. ¡°Se est¨¢n haciendo muchos memes, pero esto no es gracioso¡±, tuvo que recordar ??igo Errej¨®n.