El director de Protecci¨®n Civil y Emergencias: ¡°Cuando el bosque deja de ser un recurso puede convertirse en un gigantesco combustible¡±
Leonardo Marcos insiste en que los incendios ¡°no son tanto un problema de medios de extinci¨®n como de abandono de los montes¡±
Leonardo Marcos (65 a?os, Le¨®n) afronta su cuarto a?o al frente de la Direcci¨®n General de Protecci¨®n Civil, la instituci¨®n que coordina el Sistema Nacional de Emergencias y que depende del Ministerio del Interior. Tras un verano pasado en el que 45 grandes incendios arrasaron m¨¢s de 250.000 hect¨¢reas de monte en Espa?a, los bosques de Teruel, Castell¨®n, Lugo y Asturias han empezado a arder ya este mes de marzo y estos fuegos hacen presagiar lo peor.
Pregunta. Los incendios ...
Leonardo Marcos (65 a?os, Le¨®n) afronta su cuarto a?o al frente de la Direcci¨®n General de Protecci¨®n Civil, la instituci¨®n que coordina el Sistema Nacional de Emergencias y que depende del Ministerio del Interior. Tras un verano pasado en el que 45 grandes incendios arrasaron m¨¢s de 250.000 hect¨¢reas de monte en Espa?a, los bosques de Teruel, Castell¨®n, Lugo y Asturias han empezado a arder ya este mes de marzo y estos fuegos hacen presagiar lo peor.
Pregunta. Los incendios han empezado este a?o en el mes de marzo, ?Qu¨¦ podemos esperar este verano?
Respuesta. Siempre ha habido incendios en marzo, durante el invierno. Especialmente en la cornisa cant¨¢brica. Vinculados, sobre todo, a determinados usos agr¨ªcolas. Lo que est¨¢ ocurriendo estos d¨ªas es que las temperaturas son m¨¢s altas de lo normal, la humedad m¨¢s baja, los vientos m¨¢s fuertes, en medio de una sequ¨ªa prolongada. Una primera idea que me gustar¨ªa enfatizar es que no debemos seguir hablando de ¡°campa?a de incendios¡±. La campa?a es anual, permanente. Durante unos meses hay que hacer prevenci¨®n, y en otros extinci¨®n.
P. ?Puede ser un verano peor que el anterior?
R. Lo sabremos cuando termine el verano. Pero debemos acostumbrarnos a analizar este fen¨®meno en ciclos m¨¢s largos.
P. ?Y qu¨¦ podemos hacer para evitar esos riesgos ahora? ?Estamos a tiempo?
R. Hay que focalizar la prevenci¨®n, las medidas tendentes a evitar que el riesgo se manifieste, o si ocurre, minimizar sus efectos. El forestal es un riesgo bien conocido en Espa?a. Y disponemos, en general, de buenos dispositivos de extinci¨®n, de intervenci¨®n. Hay un gran campo de mejora en la prevenci¨®n, en preparar los bosques para que haya menos incendios, o sean menos virulentos y controlables. Es ya un cl¨¢sico decir que los incendios se apagan en invierno, que no quiere decir sino que hay que hacer gesti¨®n forestal integral, todo el a?o. En la prevenci¨®n, adem¨¢s, hay un papel para todos los ciudadanos. Debemos cumplir unas reglas m¨ªnimas de seguridad: no acudir a los bosques en ¨¦pocas de peligro, por supuesto, no hacer fuego, mantener sin maleza el entorno de las urbanizaciones y casas situadas en parajes forestales o con mucha vegetaci¨®n, avisar a los servicios de emergencias en cuanto se detecte alg¨²n foco, etc.
P. ?Hasta qu¨¦ punto son determinantes los medios de extinci¨®n?
R. Este no es un problema de medios de extinci¨®n, sino de abandono: nos hemos ido del medio rural y lo hemos dejado solo, como mucho lo usamos como parque tem¨¢tico para un fin de semana. Es cierto que un dispositivo de extinci¨®n correctamente dimensionado, preparado y equipado es fundamental para enfrentarse a situaciones de emergencia, sea un incendio forestal o cualquier otro. Pero la extinci¨®n, la intervenci¨®n, es s¨®lo una de las fases del ciclo de las emergencias. El foco debemos ponerlo antes de la intervenci¨®n, en la prevenci¨®n. La cuesti¨®n fundamental no es si estamos preparados para la extinci¨®n, sino si estamos preparados para responder de manera integral a este y a otros riesgos.
P. ?Y lo estamos?
R. En la medida en que el medio natural est¨¦ m¨¢s o menos abandonado, no gestionado o gestionado deficientemente o con m¨¦todos que no se adapten a la realidad de ahora, los dispositivos de extinci¨®n estar¨¢n m¨¢s o menos estresados y capacitados para dar una respuesta adecuada y segura. No hablemos de medios de extinci¨®n, o de intervenci¨®n en sentido amplio, sino de capacidad de respuesta integral, que comienza mucho antes de la intervenci¨®n. En general, podemos afirmar que en Espa?a tenemos un buen sistema de respuesta a emergencias. Y tenemos, adem¨¢s, recursos extraordinarios del Estado (como la Unidad Militar de Emergencias o los medios a¨¦reos del Ministerio de Transici¨®n Ecol¨®gica que opera el Ej¨¦rcito del Aire, o la Guardia Civil, que es esencial para que las evacuaciones preventivas sean seguras) que est¨¢n orientados a complementar los recursos de las Comunidades Aut¨®nomas cuando se vean superadas en su capacidad de respuesta. Que cada Comunidad Aut¨®noma tenga bien dimensionados sus recursos a los riesgos que debe enfrentar es fundamental para no desequilibrar el conjunto del Sistema.
P. ?C¨®mo contribuyen las nuevas tecnolog¨ªas a la gesti¨®n de los incendios?
R. Afortunadamente, cada vez disponemos de m¨¢s y mejores herramientas tecnol¨®gicas: un sistema de sat¨¦lites europeo (Copernicus) que proporciona im¨¢genes muy precisas, muy ¨²tiles no s¨®lo para la recuperaci¨®n, sino tambi¨¦n para la intervenci¨®n; este a?o tenemos ya plenamente operativo el sistema de alertas a tel¨¦fonos m¨®viles (el sistema ES-Alert, que gestionamos en el Ministerio del Interior y que est¨¢ a disposici¨®n de las Comunidades Aut¨®nomas y de Ceuta y Melilla); se ha generalizado el uso de drones, que permiten a los directores de las emergencias conocer exactamente la situaci¨®n en tiempo real. Debo mencionar tambi¨¦n la informaci¨®n que facilita la Agencia Estatal de Meteorolog¨ªa: abundante, precisa, actualizada, accesible.
P. ?Qu¨¦ le dir¨ªa usted a esos bomberos a los que llamar¨¢n en pocas semanas para que luchen en primera l¨ªnea de fuego despu¨¦s de haber estado desempleados durante meses?
R. Cada Administraci¨®n P¨²blica tiene que organizar sus recursos como mejor estime conveniente de acuerdo con sus prioridades. La gesti¨®n de los riesgos debe ser integral. En el caso de los incendios forestales, el trabajo es para todo el a?o. Cuando hablamos de invertir m¨¢s en prevenci¨®n, estamos hablando de gastar menos en intervenci¨®n y en recuperaci¨®n, y, sobre todo, estamos hablando de incrementar nuestro bienestar. Insisto, no es un gasto, es una inversi¨®n.
P. Entonces, ?Qu¨¦ le dir¨ªa a esos bomberos?
R. El elemento fundamental en el sistema de Protecci¨®n Civil y Emergencias son los profesionales, por tanto necesitamos profesionales bien formados, con empleos estables y bien remunerados.
P. ?Y m¨¢s largo plazo, que podemos hacer para evitar que se quemen nuestros bosques?
R. Las condiciones clim¨¢ticas nos obligan a adaptarnos a ese nuevo escenario: con m¨¢s gesti¨®n forestal, con mejor gesti¨®n del territorio, con una mayor cultura preventiva. Los incendios forestales han existido siempre, y forman parte del ciclo de la Naturaleza. No se trata de evitarlos (lo cual, seguramente, es imposible), sino de evitar que afecten de manera importante a nuestra seguridad, a nuestro bienestar y a nuestra forma de vida. Se trata de evitar que sean catastr¨®ficos.
P. M¨¢s all¨¢ de los incendiarios, la acci¨®n humana est¨¢ detr¨¢s de la mayor parte de los incendios.
R. La cultura de la prevenci¨®n es una parte fundamental de cualquier estrategia de seguridad. Todos podemos (y debemos) ser agentes de nuestra propia seguridad. Buena parte de los incendios llamados de invierno tienen que ver con pr¨¢cticas agr¨ªcolas que se descontrolan. En pleno verano, no es infrecuente que graves incendios comiencen por la utilizaci¨®n en horario inadecuado de determinadas m¨¢quinas.
P. ?Cree que un reproche penal m¨¢s contundente servir¨ªa para evitar buena parte de los incendios?
R.El reproche penal debe dirigirse a los casos patol¨®gicos, a las conductas claramente dolosas o gravemente irresponsables. Pero lo fundamental, junto con la prevenci¨®n, es la concienciaci¨®n ante el riesgo.
P. Hay zonas de bosque como la que se ha quemado esta semana en Teruel y Castell¨®n en las que no ha pasado nadie casi desde la Guerra Civil, de hecho los Tedax andaban por all¨ª por si acaso, y no deben de ser las ¨²nicas de Espa?a. ?Qu¨¦ se debe hacer con esas masas forestales que rodean a nuestros pueblos y aldeas de la Espa?a vaciada?
R. El proceso de urbanizaci¨®n, o el abandono del medio rural, impacta directamente en la relaci¨®n tradicional con las masas forestales, con el medio natural. Cuando el bosque deja de ser un recurso puede convertirse f¨¢cilmente en una acumulaci¨®n gigantesca de combustible. Cuando el bosque est¨¢ integrado en el ciclo econ¨®mico, cuando es fuente de riqueza, medio de vida, es m¨¢s f¨¢cil gestionarlo de una manera segura y sostenible. No podemos permitir que la naturaleza se convierta en una amenaza.
M¨¢s de 40.000 hect¨¢reas quemadas en lo que va de a?o
El incendio de Castellón y Teruel del pasado 24 de marzo ha arrasado con 4.700 hectáreas. Es el peor en un mes de marzo desde el año 1992, según los datos del ministerio de Transición Ecológica. Y según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales, en lo que va de año se han quemado 41. 276 hectáreas. Cantabria ha cerrado el mes con un balance de 152 incendios forestales más que en el mismo periodo de 2022, cuando no llegaron a 200, informa el Gobierno de regional. Este marzo, uno de los peores meses del año para la lucha contra el fuego en la región, se han contabilizado en Cantabria 343 incendios y el año pasado fueron 191. Y Asturias ha cerrado marzo con 121 focos. En Lugo (Galicia) el fuego ha quemado más de 1.400 hectáreas. El mes pasado ha sido particularmente duro con los incendios. Las estadísticas del ministeiro de Transición Ecológica indican que en el úlitmo medio siglo, solo el 10,5% de los grandes incendios forestales (más de 500 hectáreas) se han producido entre noviembre y abril.
Esta oleada ha coincidido con el mes de marzo más caluroso que en años anteriores. Las altas temperaturas, que han provcado la ausencia de lluvias y la sequía meteorológica de larga duración desde diciembre, son una de las causas que aumentan el riesgo de incendios. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ya alertó el pasado 26 de marzo de que el mes de marzo terminaría con “una situación realmente anómala en cuanto a las temperaturas”.