El turismo rural se queda en vilo en Ovejuela tras el incendio en Las Hurdes
Los habitantes de esta peque?a localidad cacere?a, evacuados por el fuego, intentan recuperar la normalidad y ven amenazada la principal actividad econ¨®mica de la zona
¡°Ovejuela sigue verde¡±, insisten los habitantes de una de las pedan¨ªas de Pinofranqueado, zona en la que se origin¨® el incendio de las Hurdes. La proximidad de las llamas oblig¨® a la evacuaci¨®n de decenas de vecinos que, despu¨¦s de este fin de semana, ya han podido regresar a sus casas. Ahora temen que el destrozo del paisaje que rodea la carretera de entrada al pueblo perjudique sus negocios, la mayor¨ªa vinculados al turismo rural. ¡°Puede haber clientes que cancelen las reserv...
¡°Ovejuela sigue verde¡±, insisten los habitantes de una de las pedan¨ªas de Pinofranqueado, zona en la que se origin¨® el incendio de las Hurdes. La proximidad de las llamas oblig¨® a la evacuaci¨®n de decenas de vecinos que, despu¨¦s de este fin de semana, ya han podido regresar a sus casas. Ahora temen que el destrozo del paisaje que rodea la carretera de entrada al pueblo perjudique sus negocios, la mayor¨ªa vinculados al turismo rural. ¡°Puede haber clientes que cancelen las reservas¡±, lamenta Victoria Rodrigo, propietaria de dos casas rurales en Ovejuela (C¨¢ceres). La cacere?a de 61 a?os cuenta que ahora se tienen que reinventar, ya que las rutas y los senderos que conducen a las cascadas ¨Cel mayor atractivo tur¨ªstico de la zona¨C se han visto afectadas por el incendio.
El peque?o pueblo (118 habitantes), situado en el coraz¨®n de Las Hurdes, se encuentra en un valle rodeado de monta?as y vegetaci¨®n espesa. Una buena parte del bosque que se observa desde la ¨²nica carretera de acceso se ha convertido en un cementerio de ¨¢rboles. El olor a quemado a¨²n puede percibirse. El incendio calcin¨® m¨¢s de 10.000 hect¨¢reas, lo que supone una cuarta parte del total de hect¨¢reas que se han quemado durante este a?o, seg¨²n los datos de Copernicus, el Programa de Observaci¨®n de la Tierra de la Uni¨®n Europea.
Victoria comenta que ya ha avisado a sus clientes del ¡°horror¡± con el que se van a encontrar cuando recorran esa carretera de entrada. Pero insiste en que no se ha quemado todo: ¡°La joya de la corona, que es ¡®El Chorrito¡¯ ¨Cuna cascada pr¨®xima al pueblo¨C se ha salvado¡±. Seg¨²n explica la cacere?a, esta excursi¨®n es uno de los mayores atractivos tur¨ªsticos de la zona. Adem¨¢s de las casas rurales de Victoria, en el pueblo existen otros negocios cuyos propietarios sienten la misma incertidumbre por las expectativas de futuro.
Es el caso de Jos¨¦ Luis Hern¨¢ndez, due?o del ¨²nico restaurante de Ovejuela. Hern¨¢ndez abri¨® las puertas del asador hace nueve a?os y asegura que nunca hab¨ªa vivido nada parecido. Una importante parte de sus ingresos procede de los turistas que vienen a disfrutar de unos d¨ªas rodeados de naturaleza. Desde la ventana del restaurante, se observa el contraste entre el verde de los ¨¢rboles ¨Cla mayor¨ªa pinos¨C y el negro de las cenizas que ha dejado el incendio. ¡°Esto los fines de semana se llena¡±, asegura Hern¨¢ndez, y a?ade que ahora solo queda esperar a ver qu¨¦ pasa los pr¨®ximos d¨ªas.
En el interior del pueblo no se aprecian los efectos devastadores del virulento fuego. Solo en un cartel colgado de la pared desgastada de una vivienda en el que se avisa que se ha suspendido un acto de campa?a de un candidato a la alcald¨ªa que iba a celebrarse el jueves 18 de mayo, el d¨ªa despu¨¦s de que se declarara el incendio. Por lo dem¨¢s, las huertas y los jardines de las casas de piedra mantienen los colores vivos de la primavera.
Un grupo de vecinos llega al restaurante de Hern¨¢ndez. Se presentan como ¡°los j¨®venes del pueblo¡±. Se sientan a tomar una cerveza y comienzan a elucubrar sobre cu¨¢ndo se va a recuperar la naturaleza perdida. ¡°Yo digo que en dos a?os¡±, dice Sergio S¨¢nchez, de 39 a?os, que naci¨® y creci¨® en Ovejuela. Relata que ¨¦l ya hab¨ªa vivido otro incendio en el pueblo cuando ten¨ªa nueve a?os: ¡°Ese lo apagamos nosotros mismos, las llamas nos calentaban de lo cerca que estaban¡±. El grupo coincide en que lo peor ya ha pasado. Su evacuaci¨®n fue especialmente ardua porque cortaron la carretera y se quedaron atrapados dentro del pueblo. Tras pasar toda la noche del jueves en vilo lograron escapar por la ma?ana del d¨ªa siguiente. Ahora se centran en continuar con sus vidas y sacar adelante sus negocios, aunque una parte del paisaje todav¨ªa les sigue recordando la tragedia.