La clave est¨¢ en lo que se pacta

Si bien los acuerdos pol¨ªticos para alcanzar mayor¨ªas hace tiempo que dejaron de ser una novedad en ayuntamientos y comunidades aut¨®nomas, la necesidad de crear coaliciones para conformar el Gobierno de Espa?a, por un lado, y la aparici¨®n de nuevos partidos con discursos distintos a lo pol¨ªticamente correcto, por otro, han reavivado la discusi¨®n sobre la legitimidad, conveniencia y oportunidad de tales pactos.

Urge, por tanto, analizar los diferentes elementos del acuerdo, fundamentalmente dos: con qui¨¦n se pacta y qu¨¦ se pacta. Desde el momento en que una organizaci¨®n pol¨ªtica queda in...

Si bien los acuerdos pol¨ªticos para alcanzar mayor¨ªas hace tiempo que dejaron de ser una novedad en ayuntamientos y comunidades aut¨®nomas, la necesidad de crear coaliciones para conformar el Gobierno de Espa?a, por un lado, y la aparici¨®n de nuevos partidos con discursos distintos a lo pol¨ªticamente correcto, por otro, han reavivado la discusi¨®n sobre la legitimidad, conveniencia y oportunidad de tales pactos.

Urge, por tanto, analizar los diferentes elementos del acuerdo, fundamentalmente dos: con qui¨¦n se pacta y qu¨¦ se pacta. Desde el momento en que una organizaci¨®n pol¨ªtica queda inscrita en el registro de partidos se le est¨¢ reconociendo como actor leg¨ªtimo del sistema. Se da por hecho que cumple con la ley de partidos y con el resto de preceptos que se exigen para tal fin, y por tanto tiene legitimidad no s¨®lo para concurrir a las urnas, sino tambi¨¦n para participar en el juego de entendimientos, pactos y/o alianzas necesarios para alcanzar las mayor¨ªas que cada decisi¨®n requiera. Esto, que es aplicable a los acuerdos que se est¨¢n alcanzando estos d¨ªas entre el PP y Vox para elegir alcald¨ªas y ejecutivos aut¨®nomos, es perfectamente extensible a otros ¨¢mbitos: sea a la hora de constituir gobiernos, o bien, simplemente, de alcanzar apoyos puntuales para sacar adelante una iniciativa legislativa. Lo contrario ser¨ªa contradictorio con nuestro sistema jur¨ªdico y nuestro modelo de democracia.

Aclarada, por tanto, la legitimidad de con qui¨¦n se pacta, conviene poner el foco en lo que se pacta; es decir, en el contenido de cada uno de los acuerdos. Se puede acordar con alguien de las ant¨ªpodas ideol¨®gicas haci¨¦ndolo dentro de la ley y del respeto a los valores y pautas de convivencia democr¨¢tica, o, al contrario, con alguien muy cercano ideol¨®gicamente, pero cuestionando esos principios y consensos democr¨¢ticos desde los que se ha configurado dicha convivencia. En el caso de los acuerdos PP-Vox que se est¨¢n conociendo en los ayuntamientos y comunidades aut¨®nomas, lo cuestionable no es el acuerdo entre estos dos partidos, por mucho que uno de ellos se sit¨²e en la extrema derecha bordeando, si no traspasando, los m¨ªnimos democr¨¢ticos, sino el contenido de los mismos.

Si se acuerda dejar de nombrar la violencia machista para hacerla desaparecer bajo el camuflaje de la ¡°violencia intrafamiliar¡± se est¨¢n escondiendo, y negando por tanto, las m¨¢s de 1.200 mujeres asesinadas por esa violencia desde que hay registros; si se relaciona sistem¨¢ticamente a la inmigraci¨®n con la delincuencia, se est¨¢ criminalizando a los migrantes y difundiendo un discurso del odio; si se prometen regad¨ªos haciendo caso omiso de la ciencia y la normativa al respecto, se est¨¢ enga?ando a la ciudadan¨ªa, en especial a los agricultores, y si se acuerda eliminar los carriles bicis y las zonas de bajas emisiones, adem¨¢s de arriesgarse a una no desde?able multa europea por incumplir la normativa comunitaria, se est¨¢ atacando la salud de los vecinos y vecinas, como ha ocurrido en Elche. Es este, el contenido de los acuerdos, lo que puede y debe ser cuestionado.

En un sistema democr¨¢tico, parlamentario y pluralista, todo actor que cumpla con los requisitos exigidos puede y debe formar parte del juego de acuerdos y alianzas. Lo que puede mermar, erosionar y amenazar la democracia no es con qui¨¦n se pacta, sino qu¨¦ se pacta.