El agravamiento del conflicto en Mal¨ª empuja a miles de refugiados hacia Canarias
Mauritania se enfrenta al desaf¨ªo de acoger a unos 200.000 malienses que huyen de la guerra mientras descienden las llegadas a Italia tras los acuerdos entre T¨²nez y la UE
El agravamiento y extensi¨®n del conflicto de Mal¨ª y el cerrojazo de T¨²nez a la emigraci¨®n tras los acuerdos alcanzados con la UE en 2023, que han provocado un descenso del 66% en las llegadas a Italia seg¨²n Acnur, son dos factores que est¨¢n empujando hacia la ruta migratoria canaria a miles de malienses que huyen del conflicto en su pa¨ªs. A ello se suma la incapacidad de Mauritania, el pa¨ªs ...
El agravamiento y extensi¨®n del conflicto de Mal¨ª y el cerrojazo de T¨²nez a la emigraci¨®n tras los acuerdos alcanzados con la UE en 2023, que han provocado un descenso del 66% en las llegadas a Italia seg¨²n Acnur, son dos factores que est¨¢n empujando hacia la ruta migratoria canaria a miles de malienses que huyen del conflicto en su pa¨ªs. A ello se suma la incapacidad de Mauritania, el pa¨ªs que atraviesan, para gestionar este flujo, lo que ha convertido este a?o a Mal¨ª, por primera vez, en el principal pa¨ªs de origen de la emigraci¨®n irregular africana hacia Espa?a. El presidente espa?ol, Pedro S¨¢nchez, aterriza este martes en Mauritania en una visita que le llevar¨¢ tambi¨¦n a Gambia y Senegal con la emigraci¨®n irregular como tema central.
Este cambio en el perfil es muy significativo pues, frente a marroqu¨ªes y senegaleses que suelen ser migrantes econ¨®micos, la mayor¨ªa de los malienses huye de una guerra. De hecho, el 96% de los nacionales de este pa¨ªs que solicitan asilo en Espa?a son aceptados, seg¨²n Xavier Creach, coordinador para el Sahel del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). ¡°Son personas que necesitan protecci¨®n, este tema no se va a solucionar con controles migratorios, si los malienses no tienen opciones de quedarse en la regi¨®n van a seguir saliendo. Los controles son necesarios, pero estar¨ªa bien que el presidente espa?ol, Pedro S¨¢nchez, pudiera hablar tambi¨¦n de crear espacios de protecci¨®n en ?frica durante su visita¡±, asegura.
La guerra de Mal¨ª, que estall¨® en 2012 cuando rebeldes tuaregs y grupos yihadistas se alzaron en armas en el norte del pa¨ªs, se ha intensificado de manera notable en los ¨²ltimos dos a?os. El Ej¨¦rcito maliense y sus aliados rusos de la empresa Wagner han lanzado una ofensiva para recuperar el control del centro y norte del pa¨ªs, ocupado por los grupos armados, que se ha caracterizado por la comisi¨®n de masacres de civiles ¡ª como la de Moura en 2022¡ª, pillaje, torturas y violaciones que han provocado un incremento de la cifra de refugiados que llega a Mauritania y otros pa¨ªses vecinos.
Pese a este despliegue de violencia, la ofensiva no est¨¢ dando los frutos esperados. Los rebeldes tuaregs hostigan a las fuerzas ruso-malienses y los grupos yihadistas han conseguido extender su insurgencia por todo el pa¨ªs, afectando a los alrededores de la capital y regiones como Kayes y Sikasso, en el oeste y sur respectivamente, las menos tocadas hasta ahora por el conflicto. Solo este mes de agosto, el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM) ha reclamado la autor¨ªa de dos ataques en Melgu¨¦ y Yeliman¨¦, un artefacto explosivo en Diabaly, todos ellos cerca de la frontera mauritana, y la detonaci¨®n de una mina artesanal en Yorosso, al sur.
Pero los malienses no huyen solo de la extensi¨®n del conflicto a pr¨¢cticamente todo el pa¨ªs, sino tambi¨¦n de las devastadoras consecuencias econ¨®micas que genera la guerra y que se suman al creciente aislamiento regional e internacional que sufre tras la llegada al poder de los militares: campos de cultivo que se abandonan, zonas de pastoreo hoy inaccesibles, escasez de gasolina, cortes de luz a diario y el comercio seriamente afectado. ¡°Hoy vas a retirar dinero a un banco en Bamako y solo te pueden dar 1.500 euros porque ni los bancos tienen. Todos los emprendedores se est¨¢n yendo¡±, asegura un empresario maliense hoy residente en Senegal.
La inmensa mayor¨ªa de los refugiados, tanto malienses como de otros pa¨ªses que viven conflictos en la regi¨®n, se queda en el propio continente africano. Pero las cifras aumentan a un ritmo vertiginoso. En julio pasado hab¨ªa 13,7 millones de refugiados y desplazados internos en ?frica occidental y central, un 25% m¨¢s que en julio de 2023. Hace tan solo cinco a?os la cifra era de 6,5 millones. ¡°Est¨¢ claro que las 22.000 personas que han llegado a Canarias en seis meses suponen un desaf¨ªo mayor para las autoridades de las Islas, pero hay que poner esas cifras en contexto con lo que ocurre en ?frica. Solo en Burkina Faso, un pa¨ªs muy pobre, hay entre dos y tres millones de desplazados internos; en Chad tienen 1,2 millones de refugiados, la mitad procedentes de Sud¨¢n; y en Mauritania, que tiene cinco millones de habitantes, hay unos 200.000 refugiados malienses¡±, comenta Creach.
Menor ayuda externa
Parad¨®jicamente, el aumento de las personas que se han quedado sin hogar no est¨¢ suponiendo un incremento de la ayuda internacional, sino todo lo contrario. En 2020, los donantes solo alcanzaron a cubrir el 60% de las necesidades de Burkina Faso, Mal¨ª y N¨ªger para atender a refugiados y desplazados, pero en 2024 no se ha llegado a financiar ni el 20% de los aproximadamente 2.000 millones de euros necesarios en una crisis ensombrecida por otros conflictos en el mundo. ¡°Si los refugiados no pueden recibir educaci¨®n, atenci¨®n sanitaria, acceso a alimentos y agua o conseguir un empleo, para ellos quedarse en ?frica ya no es una opci¨®n¡±, asegura el coordinador de Acnur para el Sahel.
Ante la imposibilidad de conseguir visados, las dos rutas tradicionales de la emigraci¨®n maliense hacia Europa son la de Canarias y la del Mediterr¨¢neo, que atraviesa el desierto del Sahara y tiene a dos pa¨ªses como principales puntos de salida de las embarcaciones: Libia y T¨²nez. Sin embargo, los graves abusos cometidos contra los migrantes en el primer pa¨ªs, con pr¨¢cticas de esclativud, torturas y secuestros, convirtieron al segundo en el epicentro de las salidas hacia Europa. En 2023, casi 160.000 personas llegaron a Italia por v¨ªa mar¨ªtima irregular, pero en 2024 se ha producido un descenso del 66%. Detr¨¢s de esta ca¨ªda est¨¢n los acuerdos firmados por Italia y la Uni¨®n Europea con T¨²nez, que prev¨¦n inversiones superiores a los 1.000 millones de euros.
En contrapartida, T¨²nez ha puesto en marcha una pol¨ªtica sin precedentes de persecuci¨®n contra los migrantes subsaharianos, seg¨²n denuncian organizaciones de derechos humanos. Human Rights Watch ha documentado abusos, golpes, uso excesivo de la fuerza, casos de tortura, arrestos y detenciones arbitrarias, expulsiones colectivas, interceptaciones peligrosas en el mar, desalojos forzosos y robo de dinero y pertenencias cometidos contra los migrantes. M¨¦dicos sin Fronteras acusa a la UE de ¡°complicidad en el abuso continuo al que se somete a los migrantes atrapados¡± en T¨²nez, cuyo presidente, Kais Said, ha sido acusado de racismo por sus declaraciones contra los migrantes.
La pol¨ªtica de mano dura de T¨²nez ha contribuido a que la ruta canaria sea hoy una opci¨®n creciente para miles de malienses. ¡°Entran por carretera o simplemente cruzan la frontera¡±, aseguran fuentes del Gobierno mauritano, ¡°tenemos acuerdo de libre circulaci¨®n, nuestros n¨®madas tambi¨¦n van a Mal¨ª en busca de pastos, y, adem¨¢s, estamos obligados por solidaridad y por ley a acogerlos como podamos¡±. Las cifras oficiales hablan de unos 110.000 refugiados malienses en Mauritania, pero la realidad es muy superior y podr¨ªa rondar los 200.000: el campo de Mbera hace meses que lleg¨® a su l¨ªmite de capacidad y acoge a la mitad. El resto se instala en las afueras del campo o van a las ciudades en busca de oportunidades, con la posibilidad de dar el salto a Canarias en el horizonte.
¡°Mauritania no puede hacer m¨¢s¡±, asegura la misma fuente, ¡°en febrero ya estuvo el presidente espa?ol e hizo muchas promesas, pero a d¨ªa de hoy no se ha visto ninguna iniciativa concreta. Hay cierto malestar por esos compromisos incumplidos. Necesitamos reforzar nuestra seguridad con drones, veh¨ªculos, radares y material, pero tambi¨¦n inversiones econ¨®micas para impedir que nuestros j¨®venes se vayan, porque tambi¨¦n est¨¢n empezando a coger los cayucos¡±, a?ade. Nuadib¨² es uno de los puntos de salida tradicionales, pero en los ¨²ltimos meses muchas embarcaciones zarpan de los alrededores de Nuakchot, donde la vigilancia mauritana o de la Guardia Civil espa?ola es menor.